Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | La buena noticia | Cambios | Vivienda | Barrios | hogar
Hace más de un año que decidí mudarme a una zona de la ciudad desconocida para mí

Mi barrio

|

Reconozco que soy un enemigo acérrimo de los cambios. Le cojo gran aprecio a las casas en las que habito y a las cosas que utilizo. Pero hay dos circunstancias que me enervan especialmente. El cambio de vivienda y el de vehículo.

      

Las necesidades logísticas de mi familia, me obligaron a tomar la determinación de abandonar la vivienda que había disfrutado durante los últimos cuarenta años. Con gran alborozo de mis familiares decidimos mudarnos a un precioso ático en medio de un populoso nuevo barrio de la periferia malacitana.

       

El abandono de mi viejo despacho, mi deteriorada piscina, mi chimenea, mi pequeño jardín y, sobre todo, el lugar en el que había visto crecer a mis hijos y nietos, fue para mí una especie de tránsito hacia lo ignoto y lo amenazante. Una especie de muerte en vida.

    

Mi buena noticia de hoy se basa en el refrán español que pontifica: “No hay mal que por bien no venga”. Efectivamente, cada día me siento más contento de asomarme a la terraza y ver el mar, los niños jugando, un nudo de carreteras con su atasco correspondiente; tres restaurantes, una heladería, una pastelería de lujo, una farmacia, un estanco, un vendedor de cupones y un despacho de loterías y quinielas.

   

¿Qué más le puedes pedir a la vida? Tengo de todo: dos pizzerías, un bar de copas y otro de “pescaito”, una parada de metro y dos de autobuses. Para colmo la UMA a doscientos metros.

    

¿Por qué les cuento todo esto que supongo que a ustedes no le importa? Porque desgraciadamente no encuentro otra buena noticia que contarles en una mañana de otoño llena de guerras, de mentiras, de engaños, de tensiones y de enfrentamientos.

    

Me gustaría que el mundo adoptara este microespacio territorial que apenas abarca doscientos metros cuadrados. Un lugar, como tantos otros de nuestro país, que hemos conseguido con nuestros esfuerzos, convertir en una especie de paraíso y que los malasombras que nos rodean, se han empeñado en trocar en un país agriado que no nos gusta nada.

     

Me quedo con la utopía. Como Martín Lutero King he tenido un sueño. Que algún día tengamos nuestros medios de comunicación  llenos de buenas noticias. Mientras tanto me conformo con ver a los niños jugando en un tobogán.

Mi barrio

Hace más de un año que decidí mudarme a una zona de la ciudad desconocida para mí
Manuel Montes Cleries
lunes, 30 de octubre de 2023, 09:51 h (CET)

Reconozco que soy un enemigo acérrimo de los cambios. Le cojo gran aprecio a las casas en las que habito y a las cosas que utilizo. Pero hay dos circunstancias que me enervan especialmente. El cambio de vivienda y el de vehículo.

      

Las necesidades logísticas de mi familia, me obligaron a tomar la determinación de abandonar la vivienda que había disfrutado durante los últimos cuarenta años. Con gran alborozo de mis familiares decidimos mudarnos a un precioso ático en medio de un populoso nuevo barrio de la periferia malacitana.

       

El abandono de mi viejo despacho, mi deteriorada piscina, mi chimenea, mi pequeño jardín y, sobre todo, el lugar en el que había visto crecer a mis hijos y nietos, fue para mí una especie de tránsito hacia lo ignoto y lo amenazante. Una especie de muerte en vida.

    

Mi buena noticia de hoy se basa en el refrán español que pontifica: “No hay mal que por bien no venga”. Efectivamente, cada día me siento más contento de asomarme a la terraza y ver el mar, los niños jugando, un nudo de carreteras con su atasco correspondiente; tres restaurantes, una heladería, una pastelería de lujo, una farmacia, un estanco, un vendedor de cupones y un despacho de loterías y quinielas.

   

¿Qué más le puedes pedir a la vida? Tengo de todo: dos pizzerías, un bar de copas y otro de “pescaito”, una parada de metro y dos de autobuses. Para colmo la UMA a doscientos metros.

    

¿Por qué les cuento todo esto que supongo que a ustedes no le importa? Porque desgraciadamente no encuentro otra buena noticia que contarles en una mañana de otoño llena de guerras, de mentiras, de engaños, de tensiones y de enfrentamientos.

    

Me gustaría que el mundo adoptara este microespacio territorial que apenas abarca doscientos metros cuadrados. Un lugar, como tantos otros de nuestro país, que hemos conseguido con nuestros esfuerzos, convertir en una especie de paraíso y que los malasombras que nos rodean, se han empeñado en trocar en un país agriado que no nos gusta nada.

     

Me quedo con la utopía. Como Martín Lutero King he tenido un sueño. Que algún día tengamos nuestros medios de comunicación  llenos de buenas noticias. Mientras tanto me conformo con ver a los niños jugando en un tobogán.

Noticias relacionadas

Realmente, la función de la filosofía se desarrolla, como un saber crítico de segundo grado, que analiza los contenidos de las diversas ciencias. Es un saber que se interesa por toda la realidad y el presente. Ya en vida de su creador Gustavo Bueno, su materialismo demostró una potencia explicativa extraordinaria, superior a la de otras corrientes o sistemas filosóficos.

Hay cosas cómicas que hay que tomar muy en serio. Son gansadas que retratan nuestro mundo. Representan el ombliguismo que nos rodea. El término es magistral: define aquello que cree está en el centro del cuerpo (del universo), sin reparar que su función se volvió inútil hace ya tiempo.

Hace unos días recibí de la editorial Anagrama el libro de Roberto Saviano titulado Los valientes están solos. Libro apasionante que he comenzado a devorar por la forma directa de contar una historia de coraje e integridad que terminó con los restos del juez Falcone volando por los aires a consecuencia del atentado perpetrado por la Cosa Nostra, al mando de ese tipo con cara de paleto bobo, Salvatore Totò Riina.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto