Más de un 40% de las mujeres vive situaciones de rechazo o incomprensión durante la menopausia y una de cada cinco sufre pérdida de autoestima, sobre todo entre los 45 y 50 años, según datos de la Fundación Española para el Estudio de la Menopausia (FEEM). La FEEM participa en el XIV Congreso Nacional de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), que se celebra en el Palacio de Congresos de Valencia del 9 al 11 de junio. Por ese motivo, el congreso dedicará un apartado específico a los síntomas psicológicos y depresivos, presentes en al menos una de cada cinco mujeres durante los distintos periodos del climaterio.
La AEEM advierte que el adjetivo “menopáusica” se utiliza a menudo para menospreciar a mujeres de más de 50 años, en lugar de asumirlo como una etapa más en la vida de la mujer, a pesar de que cada vez hay más mujeres que hablan abiertamente de ello, como la actriz Angelina Jolie. Para la doctora Dolores Juliá, coorganizadora del Congreso de la AEEM “tanto la menopausia como la etapa anterior, premenopausia, “son situaciones en las que la mujer tiene muchos miedos, sobre todo a la soledad y a no sentirse comprendida, a los cambios físicos y psicológicos, además de al inicio del proceso de envejecimiento, a los riesgos de fracturas, de enfermedad cardiovascular y de cáncer. Un estudio realizado por matronas de la Comunidad de Madrid en mujeres durante la premenopausia concluyó que la mayoría tienen una connotación negativa de la menopausia a la que asocian con envejecimiento o pérdida de la feminidad, y que conocen mejor los tratamientos farmacológicos que los cuidados diarios.
La menopausia debe considerarse como una etapa más en la vida de la mujer, “no es una enfermedad y no es el fin, aunque la sociedad aún lo vea como un retroceso o incluso el final de su vida por la creencia antigua de con ella termina su actividad reproductiva y por tanto ya no sirve para nada”, añade. Una reciente revisión de estudios publicada en la revista de The Joanna Briggs Institute concluye que la experiencia de la menopausia se caracteriza por problemas personales y cambios de roles dentro de la familia y de la sociedad. Además, la manera en que cada una se enfrenta a ello está influenciada por su entorno familiar y sociocultural. En resumen, los cambios físicos como los emocionales les afectan en gran medida.
La pareja es clave
Los cambios fisiológicos manifestados por los sofocos y la sudoración, así como las dificultades sexuales, que son las menos consultadas, y los cambios psíquicos “confieren a la mujer a una situación de fragilidad y vulnerabilidad que va a notarse en todas las parcelas de su vida: con su pareja y familia, con sus amigos y en el entorno laboral, lo que puede sumirla en un estado de nerviosismo e irritabilidad que conduzcan a la al estado de ánimo depresivo si no se sienten comprendidas”, recalca la doctora Juliá. Esta especialista destaca que “el apoyo de la pareja es fundamental pues es una situación a la que deben adaptarse los dos”. “Del mismo modo es muy importante el apoyo de los hijos, y de los amigos”. Una investigación publicada en febrero en Menopause demuestra que el mayor conocimiento de la pareja en salud de la menopausia mejora la calidad de vida de las mujeres durante esta etapa.
Por otra parte, también sufre cambio de roles. “En la edad adulta, la mujer adquiere una serie de responsabilidades diferentes que pueden contribuir al estado de estrés y ansiedad. Es época en la que los hijos se hacen mayores, o deben asumir el cuidado de sus padres o incluso su ausencia”, afirma el doctor Antonio Cano, coorganizador del congreso. Además, tienen un papel más activo en el ámbito social y laboral.
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es el de la atención médica. “La mujer necesita que se la escuche y busca soluciones. Sin embargo, tan importantes como los tratamientos son los hábitos de salud relacionados con la alimentación, el tabaco, el ejercicio o el alcohol”, indica el doctor Cano.
A pesar de todo, las mujeres llegan cada vez mejor informadas a la consulta y con la seguridad de que les queda una amplia etapa por vivir. De hecho, España es uno de los países más longevos del mundo, lo que supone que después de la menopausia una mujer tiene una esperanza de vida media de un 40% por delante.
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