Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Menopausia | Edad | Mujeres | emociones
Mis emociones eran como una montaña rusa, me sentía eufórica y a los pocos minutos mi estado de ánimo caía empicado

Cuando ves a una mujer abanicarse en invierno

|

No sé si es difícil hacerse mayor siendo mujer, o es que los hombres cuando se hacen mayores y atraviesan alguna de las crisis que nosotras atravesamos, guardan silencio y callan para siempre. Pero el caso es que cada vez que cambio de peinado es porque estoy pasando por un cambio, o, mejor dicho, una de esas crisis de la edad.


Hace aproximadamente un par de meses que comenzó a avecinarse una tormenta, una borrasca y el huracán entero, dentro de mí. Pensareis que, si me conozco tan bien, no tendría problema en controlar cualquier cambio de clima en mi interior, pues no es así, y el cambio no se produce de repente; poco a poco vas bajando a pequeños pasos esa escalera que te adentra poco a poco en tu interior y te alborota entera. Siempre existe un desencadenante, y esta vez han sido mis hijos; desde que comenzaron el curso, primero de bachillerato, todo ha pasado demasiado rápido, hemos empezado a pensar más seriamente en las carreras universitarias, porque cuando entras en bachiller, tienes que tener más o menos claros, los estudios universitarios que quieres cursar, ya que tienes que decidirte entre varias opciones y optativas. Pero no solo son los estudios, también han empezado a salir más, a ir a conciertos, al futbol, al cine, de barbacoas, de compras… en pocas palabras, se están haciendo mayores demasiado rápido y me está costando asimilarlo.


Sin saber lo que me estaba pasando, quise aprovechar cada momento con mis hijos, disfruté el concierto de Lola Índigo como si tuviera veinte años, y empecé a obsesionarme con las arrugas. Me compré varias coletas postizas para verme más joven frente al espejo y la ansiedad invisible que estaba inundando mi cuerpo actuó como adrenalina. Mis emociones eran como una montaña rusa, me sentía eufórica y a los pocos minutos mi estado de ánimo caía empicado. Por un lado, pensaba que la vida se me iba rápidamente y debía aprovecharla, y por otro lado, cuando supuestamente la aprovechaba, me sentía agotada de tanto luchar contra el paso del tiempo.


Puede parecer una estupidez para muchos, pero todos pasaremos por esa crisis, algunos menos que otros, pero todos, en algún momento determinado, nos detendremos, miraremos el mundo, y nos daremos cuenta de lo rápido que ha pasado todo, entraremos en crisis, y después, comprenderemos que hemos aprovechado cada momento de nuestra vida disfrutando de esos pequeños instantes. Porque la vida son pequeños instantes en los que simplemente sonríes al ver que tu hijo se ha dormido en tus brazos, cuando te abrazan al llegar del trabajo y te dicen Te quiero antes de dormir.


Los hombres que estéis leyendo este artículo, seguramente habréis pasado también por esta crisis, pero siento deciros que la mujer sigue siendo la más sufrida, ya que no eran suficientes los dolores del parto y los cambios hormonales de la regla, también llevamos fecha de caducidad en nuestro útero, sí, me refiero a la menopausia, esa palabra que nos parece un proceso natural hasta que comenzamos a tener, lo que los médicos llaman desarreglos.


Para los que no lo sepan, cuando nos dicen que estamos empezando a tener desarreglos, no se refieren a que salimos sin peinar, sino que la regla está empezando a despedirse. ¿Guay? No, amigos, no es nada guay, es una putada, tengo compañeras de trabajo que se tiran prácticamente todo el invierno quitándose y poniéndose la chaqueta, que se despiertan a media noche empapadas en sudor listas para una ducha, eso sin contar que a algunas les dan mareos, hemorragias tan grandes que tienen que acudir a urgencias y cambios de humor peores que en el embarazo. 


La menopausia puede causarnos enfermedades como la osteoporosis y por supuesto inapetencia sexual, así que, queridos amigos masculinos, cuando veáis a una mujer abanicándose en invierno, no penséis que está loca, sabed que está luchando una guerra contra su propio cuerpo, una guerra silenciosa que está mal vista contar, porque lo queramos o no, decir que tienes la menopausia es decir que estás mayor, y eso es como si te marcaran con el ganado caducado y te metiesen al matadero. Esta sociedad no está preparada para bajar el ritmo de vida seas de la edad que seas, pero sí que está preparada para señalar con el dedo y despreciarte por ser mayor. 


En fin, en mi caso, cada vez que tengo una crisis de esas, cambio de peinado, me compro cremas antiarrugas, me doy contra la pared, y llega la lucidez a mi mente haciéndome recobrar la cordura y comprender que no tengo que aprovechar la vida porque ya la he aprovechado, simplemente vivir el día a día haciendo pequeñas cosas con las que me sienta bien. 

Cuando ves a una mujer abanicarse en invierno

Mis emociones eran como una montaña rusa, me sentía eufórica y a los pocos minutos mi estado de ánimo caía empicado
María Beatriz Muñoz Ruiz
martes, 7 de noviembre de 2023, 09:29 h (CET)

No sé si es difícil hacerse mayor siendo mujer, o es que los hombres cuando se hacen mayores y atraviesan alguna de las crisis que nosotras atravesamos, guardan silencio y callan para siempre. Pero el caso es que cada vez que cambio de peinado es porque estoy pasando por un cambio, o, mejor dicho, una de esas crisis de la edad.


Hace aproximadamente un par de meses que comenzó a avecinarse una tormenta, una borrasca y el huracán entero, dentro de mí. Pensareis que, si me conozco tan bien, no tendría problema en controlar cualquier cambio de clima en mi interior, pues no es así, y el cambio no se produce de repente; poco a poco vas bajando a pequeños pasos esa escalera que te adentra poco a poco en tu interior y te alborota entera. Siempre existe un desencadenante, y esta vez han sido mis hijos; desde que comenzaron el curso, primero de bachillerato, todo ha pasado demasiado rápido, hemos empezado a pensar más seriamente en las carreras universitarias, porque cuando entras en bachiller, tienes que tener más o menos claros, los estudios universitarios que quieres cursar, ya que tienes que decidirte entre varias opciones y optativas. Pero no solo son los estudios, también han empezado a salir más, a ir a conciertos, al futbol, al cine, de barbacoas, de compras… en pocas palabras, se están haciendo mayores demasiado rápido y me está costando asimilarlo.


Sin saber lo que me estaba pasando, quise aprovechar cada momento con mis hijos, disfruté el concierto de Lola Índigo como si tuviera veinte años, y empecé a obsesionarme con las arrugas. Me compré varias coletas postizas para verme más joven frente al espejo y la ansiedad invisible que estaba inundando mi cuerpo actuó como adrenalina. Mis emociones eran como una montaña rusa, me sentía eufórica y a los pocos minutos mi estado de ánimo caía empicado. Por un lado, pensaba que la vida se me iba rápidamente y debía aprovecharla, y por otro lado, cuando supuestamente la aprovechaba, me sentía agotada de tanto luchar contra el paso del tiempo.


Puede parecer una estupidez para muchos, pero todos pasaremos por esa crisis, algunos menos que otros, pero todos, en algún momento determinado, nos detendremos, miraremos el mundo, y nos daremos cuenta de lo rápido que ha pasado todo, entraremos en crisis, y después, comprenderemos que hemos aprovechado cada momento de nuestra vida disfrutando de esos pequeños instantes. Porque la vida son pequeños instantes en los que simplemente sonríes al ver que tu hijo se ha dormido en tus brazos, cuando te abrazan al llegar del trabajo y te dicen Te quiero antes de dormir.


Los hombres que estéis leyendo este artículo, seguramente habréis pasado también por esta crisis, pero siento deciros que la mujer sigue siendo la más sufrida, ya que no eran suficientes los dolores del parto y los cambios hormonales de la regla, también llevamos fecha de caducidad en nuestro útero, sí, me refiero a la menopausia, esa palabra que nos parece un proceso natural hasta que comenzamos a tener, lo que los médicos llaman desarreglos.


Para los que no lo sepan, cuando nos dicen que estamos empezando a tener desarreglos, no se refieren a que salimos sin peinar, sino que la regla está empezando a despedirse. ¿Guay? No, amigos, no es nada guay, es una putada, tengo compañeras de trabajo que se tiran prácticamente todo el invierno quitándose y poniéndose la chaqueta, que se despiertan a media noche empapadas en sudor listas para una ducha, eso sin contar que a algunas les dan mareos, hemorragias tan grandes que tienen que acudir a urgencias y cambios de humor peores que en el embarazo. 


La menopausia puede causarnos enfermedades como la osteoporosis y por supuesto inapetencia sexual, así que, queridos amigos masculinos, cuando veáis a una mujer abanicándose en invierno, no penséis que está loca, sabed que está luchando una guerra contra su propio cuerpo, una guerra silenciosa que está mal vista contar, porque lo queramos o no, decir que tienes la menopausia es decir que estás mayor, y eso es como si te marcaran con el ganado caducado y te metiesen al matadero. Esta sociedad no está preparada para bajar el ritmo de vida seas de la edad que seas, pero sí que está preparada para señalar con el dedo y despreciarte por ser mayor. 


En fin, en mi caso, cada vez que tengo una crisis de esas, cambio de peinado, me compro cremas antiarrugas, me doy contra la pared, y llega la lucidez a mi mente haciéndome recobrar la cordura y comprender que no tengo que aprovechar la vida porque ya la he aprovechado, simplemente vivir el día a día haciendo pequeñas cosas con las que me sienta bien. 

Noticias relacionadas

Si uno lee las noticias económicas, parece que estemos asistiendo al juego de deshojar la margarita -que sí, que no, me ama, no me ama- mientras el que manda sigue su siniestro juego de aumentar su dominio sobre nuestra economía y nuestro país. BlackRock posee un 5,45% del BBVA y un 4,1% del Sabadell, por lo que sería el accionista dominante -con un 5,25%- de la fusión entre ambos bancos, junto con otros fondos estadounidenses.

El próximo domingo, 12 de mayo, los catalanes acudirán a las urnas para elegir quién tendrá que dirigir la Generalitat. No es fácil predecir cuál será el resultado de unas elecciones en las que el independentismo puede perder la primacía que ha alcanzado durante los últimos años.

La oposición turca tiene por fin un candidato sólido. Un líder que proyecta una imagen seria y tranquila, en las antípodas del populismo carismático y autoritario de Erdogan. Sería ingenuo pensar que sus bases le han dado la espalda por el retroceso del Estado de Derecho.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto