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Nieves Fernández

De Fuenteovejuna a Fuente Obejuna

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Ya saben que Fuenteovejuna es una de las más famosas obras de Lope de Vega. Cada año en el Almagro del Festival nos representan unas cuantas versiones de ella con mayor o menor fortuna, con menor o mayor éxito o renombre.

En este espacio semanal pensaba comentarles hoy una de las versiones de este año, la de la compañía cubana “Mefisto Teatro de La Habana” que ha estrenado con gran éxito y con la versión de Luiba Cid, una muy especial versión a la cubana de esta gran obra de Lope.

Sin embargo, vemos por la prensa que la localidad cordobesa de Fuente Obejuna tiene también su propia versión de la antigua y clásica obra, bueno, parece ser que la mejor versión, esto es la escrita por el Príncipe de los Ingenios, es decir Don Félix Lope de Vega y de Carpio y que la representa cada año en las fiestas. Por eso y sólo por eso no debería generar derechos de autor pues el pobre Don Félix duerme el sueño de los justos desde hace casi medio milenio.

Y se me han cruzado los cables para cruzar yo a mi vez ambas opiniones al respecto. Es decir la magnífica interpretación de los actores del Teatro de La Habana y la fatídica actuación de la Sociedad General (o no tan general) de Autores y Editores y de la búsqueda de beneficio a costa del trabajo de los demás. Porque por un lado, hay que ver cómo le crecen a la SGAE las facturas y los beneficios año tras año con los ayuntamientos y con las bandas de música municipales por no hablar de los grupos de teatro de aficionados como estos cordobeses melarienses que a fuerza de repetir la misma obra, se convierten en actores muy profesionales, sí, pero estupendos y ocasionales actores que de año en año representan los mismos papeles en una misma obra. ¿Son aficionados?, sí, ¿son profesionales?, también, pero ¿generan por el mero hecho de representar una obra derechos de autor? Pues, con la ley en la mano, si utilizan una versión o adaptación nueva y con menos de 80 años, deberán pagar a la SGAE un canon artístico, canon que nunca recibirán los actores ni por supuesto los herederos del pobre Lope que a la vista de la pobreza en la que murió, mejor que no levante la cabeza para verlo.

Así anda la pobre alcaldesa de la población con el justo renombre de Fuente Obejuna, asustada después que ante tanta deuda, deberán de dejar de representar la obra que le da nombre a su población, pues llegará uno de los representantes de la SGAE y muy legalmente, pues les ampara la ley, pero de forma injusta le presentará una factura anual acumulada de tantos años, facturas de risa que en el municipio se niegan a pagar y que hasta les pueden hacer llorar si algunos se empeñan.

Cambiando de Fuente, digo de Fuenteovejuna, no quiero dejar de resaltar la genial versión cubana de la obra de Lope en la Antigua Universidad de Almagro. En escena un maravilloso grupo de actores incluida una sacerdotisa o hechicera, se suceden los cánticos, tambores, danzas, canciones de José Martí sobre la libertad, los acentos caribeños no le quitan ni un ápice de dramatismo a esta historia que hace que todo un pueblo luche junto al tirano que viene a soliviantarles en su tranquila rutina medieval y diaria.

El mensaje sobrecogedor del pueblo llega al espectador que no respira durante la representación, salvo para reír en algunos momentos con el personaje más gordo y graciosillo. Sensualidad sobre el escenario de actores y actrices y calidad escénica, Reflexionando sobre la puesta en escena y pensándolo bien, perfectamente Fuenteovejuna podría haber sido creado en Cuba, los actores y el director lo corroboran con su buen hacer internacional. ¿Pero habrá derechos de autor en Cuba? Preguntaré a mi editor de allí.

De Fuenteovejuna a Fuente Obejuna

Nieves Fernández
Nieves Fernández
sábado, 15 de agosto de 2009, 07:53 h (CET)
Ya saben que Fuenteovejuna es una de las más famosas obras de Lope de Vega. Cada año en el Almagro del Festival nos representan unas cuantas versiones de ella con mayor o menor fortuna, con menor o mayor éxito o renombre.

En este espacio semanal pensaba comentarles hoy una de las versiones de este año, la de la compañía cubana “Mefisto Teatro de La Habana” que ha estrenado con gran éxito y con la versión de Luiba Cid, una muy especial versión a la cubana de esta gran obra de Lope.

Sin embargo, vemos por la prensa que la localidad cordobesa de Fuente Obejuna tiene también su propia versión de la antigua y clásica obra, bueno, parece ser que la mejor versión, esto es la escrita por el Príncipe de los Ingenios, es decir Don Félix Lope de Vega y de Carpio y que la representa cada año en las fiestas. Por eso y sólo por eso no debería generar derechos de autor pues el pobre Don Félix duerme el sueño de los justos desde hace casi medio milenio.

Y se me han cruzado los cables para cruzar yo a mi vez ambas opiniones al respecto. Es decir la magnífica interpretación de los actores del Teatro de La Habana y la fatídica actuación de la Sociedad General (o no tan general) de Autores y Editores y de la búsqueda de beneficio a costa del trabajo de los demás. Porque por un lado, hay que ver cómo le crecen a la SGAE las facturas y los beneficios año tras año con los ayuntamientos y con las bandas de música municipales por no hablar de los grupos de teatro de aficionados como estos cordobeses melarienses que a fuerza de repetir la misma obra, se convierten en actores muy profesionales, sí, pero estupendos y ocasionales actores que de año en año representan los mismos papeles en una misma obra. ¿Son aficionados?, sí, ¿son profesionales?, también, pero ¿generan por el mero hecho de representar una obra derechos de autor? Pues, con la ley en la mano, si utilizan una versión o adaptación nueva y con menos de 80 años, deberán pagar a la SGAE un canon artístico, canon que nunca recibirán los actores ni por supuesto los herederos del pobre Lope que a la vista de la pobreza en la que murió, mejor que no levante la cabeza para verlo.

Así anda la pobre alcaldesa de la población con el justo renombre de Fuente Obejuna, asustada después que ante tanta deuda, deberán de dejar de representar la obra que le da nombre a su población, pues llegará uno de los representantes de la SGAE y muy legalmente, pues les ampara la ley, pero de forma injusta le presentará una factura anual acumulada de tantos años, facturas de risa que en el municipio se niegan a pagar y que hasta les pueden hacer llorar si algunos se empeñan.

Cambiando de Fuente, digo de Fuenteovejuna, no quiero dejar de resaltar la genial versión cubana de la obra de Lope en la Antigua Universidad de Almagro. En escena un maravilloso grupo de actores incluida una sacerdotisa o hechicera, se suceden los cánticos, tambores, danzas, canciones de José Martí sobre la libertad, los acentos caribeños no le quitan ni un ápice de dramatismo a esta historia que hace que todo un pueblo luche junto al tirano que viene a soliviantarles en su tranquila rutina medieval y diaria.

El mensaje sobrecogedor del pueblo llega al espectador que no respira durante la representación, salvo para reír en algunos momentos con el personaje más gordo y graciosillo. Sensualidad sobre el escenario de actores y actrices y calidad escénica, Reflexionando sobre la puesta en escena y pensándolo bien, perfectamente Fuenteovejuna podría haber sido creado en Cuba, los actores y el director lo corroboran con su buen hacer internacional. ¿Pero habrá derechos de autor en Cuba? Preguntaré a mi editor de allí.

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