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En España no cabe un tonto más | |||
| Almudena Negro | |||
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Debe ser cosa del calor que ha reblandecido las meninges de algunos, porque algunas noticias que han ido apareciendo esta semana en los medios de comunicación provocan en cualquier persona medianamente normal una mezcla de sorpresa, terror e hilaridad. Tenemos por un lado al inefable Carod Rovira de Perpiñán, quien ejerciendo para vergüenza de los catalanes el cargo de Molt Honorable en funciones, amenaza con manifestaciones y algaradas para presionar al Tribunal Constitucional, órgano político que aún no se ha manifestado acerca de si derogará el Estatut por inconstitucional o, sin referéndum previo – o lo que es lo mismo, vía golpe de estado legalizado-, derogará por “inestatutable” la Constitución Española de 1978. Será porque ERC, al fin y al cabo, nació como partido fascista a imagen y semejanza del de Mussolini. Luego está Caamaño, que es ese Ministro de Justicia Socialista que anda haciendo bueno al dimitido cazador Bermejo. Después de ir contra los derechos fundamentales de las personas reconocidos en todo occidente al negar el derecho de objeción de conciencia de los médicos que no están dispuestos a practicar abortos porque consideran que su misión es salvar vidas y no cercenarlas, nos sale con que España debe ser federal. Sin cambiar la Constitución. Esto también lo acaba de defender Martínez Gorriarán, de la UPyD sin rumbo ; Gorriarán afirma en su blog, hay que tener morro, que la España Federal se encuentra “tácitamente” recogida en la Constitución socialdemócrata de 1978. El PP, derecha comodona y acomodaticia y nada liberal, deseoso de mantener el régimen establecido en 1978, que consagra la partitocracia, defiende el texto de 1978, verdadero origen de cuanto estamos hoy viviendo. Que para poner remedio a la deriva totalitaria y centrifugadora en que ha entrado España hay que abrir un nuevo proceso constituyente, limpio y democrático y en donde quien opine sea el pueblo y no la casta dirigente que lleva mangoneando desde antes de la muerte del dictador, es, creo yo, evidente. Que la carta otorgada en 1978 no puede ser “reinterpretada” o cambiada por tribunales políticos o políticos con ansias de perpetuarse en el poder sin que dicha reinterpretación o cambio sea llamado por su nombre, golpismo, también. Zapatero, por su parte, se monta la gran operación propagandística prometiendo dinero a los parados, que como buen socialista fabrica por miles, que se han quedado sin prestación de desempleo y la cosa acaba siendo un camelo que tiene al personal mosqueadísimo, por más que ahora el que prometía hace 18 meses pleno empleo quiera subsanar las cosas a costa de aumentar, aún más, el déficit público. Trinidad Jiménez, para despistar, anuncia que el gobierno piensa copiar milimétricamente las medidas adoptadas por el gobierno alemán, inventor del concepto de “fumador pasivo”, entre los años 1933 y 1940 persiguiendo a los fumadores. Que hace menos de dos años se obligara a los hosteleros, a su costa, a emprender carísimas reformas en los locales para separar espacios les importa una higa. Que la cosa pueda llevar a la quiebra de establecimientos ya de por sí dañados económicamente por la crisis, les trae sin cuidado. Que el libre albedrío existe lo desprecian porque es precisamente la libertad lo que temen. Que los no fumadores no están obligados a irse a comer la paella al chiringuito –también perseguidos por el gobierno prohibicionista de ZP- les da igual. El culto al cuerpo sano, sustituto de la raza aria en esto de las triunfantes bioideologías a las que se ha apuntado la progresía, es lo primordial. De locos. PRISA, la de Sogecable, la empresa del de “no hay cojones para negarme a mí una tele en España” y el monopolio de la tele de pago, agarra el cesto de las chufas, se pone a patalear y denuncia que el gobierno de Rodríguez Zapatero favorece a los amiguetes. Y es que ZP, como siempre pasando del usuario que se verá abocado a comprar un nuevo decodificador de la TDT si quiere ver fútbol, se acaba de cargar el monopolio en una jugada que puede provocar un cataclismo en el panorama mediático nacional. Rajoy, el del Partido Payudar, ordena estudiar recurso. Hay que defender los intereses del régimen. El PP de Extremadura anda reclamando no se sabe qué deuda histórica, Montserrat Nebrera dice que ella votaría “si” en un referéndum secesionista catalán y Alicia Sánchez Camacho no quiere hablar del Estatut. Pero el gran premio de las tonterías estivales se lo lleva, sin dudarlo, el presidente de Actyma, Arturo Ángel Pérez, ecolojeta de pro, quien ha lanzado al campaña “No te dejes cremar, déjate devorar”. Propone el buen señor el cierre de los crematorios por contaminantes y que los cadáveres de nuestros seres queridos sean entregados a las aves carroñeras para su uso y disfrute. Por eso del medio ambiente. Y si esto les suena abracadabrante no se pierdan el argumento definitivo, tan típico de la izquierda: eso de trinchar a la abuela y prepararla como plato suculento para los buitres supone un ahorro para “pagar la hipoteca”. Toma ya. Y todo esto en agosto. En España, está claro, no cabe un tonto más. |
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