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No me casaré
con la mentira, el error,
la cara bonita
que me dijo "amor",
pero para nada
lo he encontrado en él.
No me casaré
con los ojos claros
de ese corazón que decía:
¿amarme?.
Ya le conozco bien,
es el rostro del falso,
del cruel,
del que no quiere perder,
es el rostro del diablo,
del dolor y el fracaso
en el amor, y eso,
no puede ser.
Tierra mía: ¡Me llaman nativo de África! A ellos los parece una situación patética, mientras que por acá la vida es pacífica. ¡Todo se piensa más allá de la física!
Trompifai: Entre ceja y ceja yo entusiasmado por una damita a la que conturba mi grandilocuencia. Protagonistas: ¡A mí! Antagonistas: ¡Conmigo!
El mundo de los escritores goza de las virtudes y defectos de los humanos. Más o menos neuróticos, normalitos, empáticos o soberbios, un artista, un escribidor, un narrador, un poeta, un novelista no están eximidos de las carnaduras propias de la vida.
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