Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | El segmento de plata | mayores | Nostalgia | Pasado | presente
Dicen que son odiosas. Pero no cesamos de comparar y nos convertimos en gruñones

Comparaciones

|

Los miembros del segmento de plata, a los que envío estas reflexiones especialmente, somos muy proclives a manifestar nuestro rechazo a muchas de las cosas que suceden a nuestro alrededor. Sin darnos cuenta, caemos en el síndrome del “abuelo Cebolleta” proclamando aquello de “en mis tiempos…”.

      

La realidad de los hechos nos confirma que estos tiempos son mejores aunque distintos. Lo que verdaderamente hacemos patente con nuestras palabras, es que hemos menguado, mientras que el mundo ha dado pasos hacia delante de una forma desmesurada.

      

No nos gusta la Málaga en la que vivimos porque añoramos aquella Málaga coqueta de muchas tabernas y una librería. Hoy tenemos muchos bares, muchos restaurantes, algunas librerías y muchos museos. Queríamos que vinieran turistas a raudales y nos han llegado de tal forma que ahora los visitantes somos los propios malagueños.

     

Nos quejamos del tráfico excesivo y la carga que es para nosotros movernos en cualquier tipo de vehículo por la ciudad. Olvidábamos cuando lampábamos por tener una bicicleta, un Vespino o un 600. Nos quejamos de lo caro que está todo –pero tenemos de todo- y olvidamos cuando todo era más barato, pero no lo podíamos comprar.

     

Creo que tenemos que adaptarnos a los signos de los tiempos. Vivir nuestra senectud con dignidad y aceptar un mundo que nos parece loco, pero al que se adaptan con facilidad los que tienen la edad y el vigor para afrontarlo.

    

Lo que no tiene enmienda es el egoísmo imperante desde siempre  y la capacidad que tenemos de pedir que el mundo gire a nuestro alrededor y todo se haga a nuestro gusto. Pensamos que todos andan con el paso cambiado menos nosotros.

     

Hoy he reflexionado de esta manera a consecuencia de mi paso por las aulas universitarias junto a jóvenes que pueden ser mis nietos. Me cuesta cierto trabajo entenderlos, pero descubro que tienen los mismos valores o más que teníamos los de mi generación. Están en un mundo más globalizado y menos cercano, pero están muy bien preparados y sabrán afrontar un futuro que se presenta difícil, pero que serán capaces de manejar. Veo a dignos profesores que dan clase en camiseta y con pendientes. Recuerdo a los tiempos de chaqueta y corbata. Pero estos de ahora son excelentes, dan las clases extraordinariamente y son muy cercanos.

     

Las generaciones son como los marcos que describen los cursis: incomparables. Así que… vivamos el presente.

Comparaciones

Dicen que son odiosas. Pero no cesamos de comparar y nos convertimos en gruñones
Manuel Montes Cleries
viernes, 12 de abril de 2024, 09:56 h (CET)

Los miembros del segmento de plata, a los que envío estas reflexiones especialmente, somos muy proclives a manifestar nuestro rechazo a muchas de las cosas que suceden a nuestro alrededor. Sin darnos cuenta, caemos en el síndrome del “abuelo Cebolleta” proclamando aquello de “en mis tiempos…”.

      

La realidad de los hechos nos confirma que estos tiempos son mejores aunque distintos. Lo que verdaderamente hacemos patente con nuestras palabras, es que hemos menguado, mientras que el mundo ha dado pasos hacia delante de una forma desmesurada.

      

No nos gusta la Málaga en la que vivimos porque añoramos aquella Málaga coqueta de muchas tabernas y una librería. Hoy tenemos muchos bares, muchos restaurantes, algunas librerías y muchos museos. Queríamos que vinieran turistas a raudales y nos han llegado de tal forma que ahora los visitantes somos los propios malagueños.

     

Nos quejamos del tráfico excesivo y la carga que es para nosotros movernos en cualquier tipo de vehículo por la ciudad. Olvidábamos cuando lampábamos por tener una bicicleta, un Vespino o un 600. Nos quejamos de lo caro que está todo –pero tenemos de todo- y olvidamos cuando todo era más barato, pero no lo podíamos comprar.

     

Creo que tenemos que adaptarnos a los signos de los tiempos. Vivir nuestra senectud con dignidad y aceptar un mundo que nos parece loco, pero al que se adaptan con facilidad los que tienen la edad y el vigor para afrontarlo.

    

Lo que no tiene enmienda es el egoísmo imperante desde siempre  y la capacidad que tenemos de pedir que el mundo gire a nuestro alrededor y todo se haga a nuestro gusto. Pensamos que todos andan con el paso cambiado menos nosotros.

     

Hoy he reflexionado de esta manera a consecuencia de mi paso por las aulas universitarias junto a jóvenes que pueden ser mis nietos. Me cuesta cierto trabajo entenderlos, pero descubro que tienen los mismos valores o más que teníamos los de mi generación. Están en un mundo más globalizado y menos cercano, pero están muy bien preparados y sabrán afrontar un futuro que se presenta difícil, pero que serán capaces de manejar. Veo a dignos profesores que dan clase en camiseta y con pendientes. Recuerdo a los tiempos de chaqueta y corbata. Pero estos de ahora son excelentes, dan las clases extraordinariamente y son muy cercanos.

     

Las generaciones son como los marcos que describen los cursis: incomparables. Así que… vivamos el presente.

Noticias relacionadas

Si uno lee las noticias económicas, parece que estemos asistiendo al juego de deshojar la margarita -que sí, que no, me ama, no me ama- mientras el que manda sigue su siniestro juego de aumentar su dominio sobre nuestra economía y nuestro país. BlackRock posee un 5,45% del BBVA y un 4,1% del Sabadell, por lo que sería el accionista dominante -con un 5,25%- de la fusión entre ambos bancos, junto con otros fondos estadounidenses.

El próximo domingo, 12 de mayo, los catalanes acudirán a las urnas para elegir quién tendrá que dirigir la Generalitat. No es fácil predecir cuál será el resultado de unas elecciones en las que el independentismo puede perder la primacía que ha alcanzado durante los últimos años.

La oposición turca tiene por fin un candidato sólido. Un líder que proyecta una imagen seria y tranquila, en las antípodas del populismo carismático y autoritario de Erdogan. Sería ingenuo pensar que sus bases le han dado la espalda por el retroceso del Estado de Derecho.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto