Se acercan las vacaciones de verano y la mente de los propietarios que cambian de residencia durante unas semanas o meses se pone en alerta. Los riesgos han aumentado, en forma de robos y ocupaciones, y la tranquilidad y seguridad no están garantizadas si no se toman determinadas medidas. El problema se corta de raíz con la decisión de contratar alarma para la casa, ya que es la solución más rápida y eficaz para responder ante un problema de este tipo. Además, hay otras medidas que pueden ayudar en el objetivo de evitar problemas durante las vacaciones y que vamos a detallar a continuación.

La instalación de una alarma en el hogar es, sin lugar a dudas, la mejor recomendación para evitar robos y, sobre todo, ocupaciones. La Ley indica, para el segundo concepto, que los ‘okupas’ serán desalojados durante las primeras veinticuatro horas de la entrada al domicilio. El sistema de la alarma se activa en el momento de que hay una entrada no autorizada, de manera que los trabajadores de la empresa contratada llaman inmediatamente a la Policía. Los agentes no tienen otra opción: acuden al lugar y detienen a las personas que han entrado ilegalmente en la propiedad. El problema está resuelto.

Asumida la idea de que una alarma es la única garantía de éxito para expulsar a ‘okupas’ y a la hora de responder lo más rápido posible ante un robo; ahora hay que buscar medidas para evitar llegar a esta situación. ¿Qué puedo hacer para que la alarma nunca suene, es decir, para que nadie entre a mi casa si yo no quiero?

Una buena medida disuasoria de los malhechores es dejar una o varias luces encendidas. Así las personas que planean entrar en la vivienda tienen la duda de si hay o no gente dentro. Evidentemente, estar una o varias semanas con una luz encendida es un gasto económico y energético desagradable. La buena noticia es que se pueden instalar enchufes inteligentes que se conectan por Wifi y que son activados y desactivados desde el teléfono móvil, aunque estemos ubicados a miles de kilómetros de distancia. De esta manera, se puede enchufar alguna luz por la noche y ahuyentar así a posibles ladrones. En las viviendas con jardín privado es habitual instalar luces solares que se cargan durante el día y se encienden cuando llega la noche.

Una visita cada cierto tiempo

¿Tienes vecinos o familiares cerca? Ellos te pueden echar una mano. Si la esencia fuera de la residencia habitual se prolonga durante más de una semana, es recomendable contar con la ayuda de una persona de confianza. Ella puede acercarse cada cierto tiempo para airear las habitaciones y cambiar algunas cosas de sitio. El objetivo es dar la sensación de movimiento y de que hay alguien viviendo allí. Pocos delincuentes se plantean entrar en una propiedad si no tienen la certeza de que está vacía.

De acuerdo con la idea de la alarma, las cámaras de vigilancia pueden servir de ayuda. Se instalan tanto en las zonas interiores como en las exteriores, y es muy importante avisar de su presencia. De esta manera, el delincuente sabe que sus movimientos serán grabados si decide entrar en una propiedad que no es la suya.