“Una mentira no tiene piernas, pero un escándalo tiene alas”. Thomas Fuller
La mitología griega nos relata que Electra era una hija de Agamenón,rey de los territorios de Micenas y Argos, y Clitemnestra, su infiel esposa.
Según el mito, cuando su padre regresó de la tierra de Troya fue asesinado por Egisto, el amante de Clitemnestra. Electra logró salvar a su hermano Orestes y junto con Pilades trataron de acabar con la vida de Clitemnestra y Egisto. Orestes, después de vengarse de su madre, se vuelve loco y es perseguido por las Erinias cuya mision es castigar cualquier transgresión de los lazos de piedad familiar.
Electra, sin embargo, no es acosada por las Erinias. Orestes, por su lado, se refugia en el templo de Delfos. Aunque Apolo le induce a tomar venganza, es incapaz de protegerlo de las consecuencias de sus acciones.
Al fin, Atenea lo recibe en la Acrópolis de Atenas y arregla un juicio ante doce jueces áticos. Las Erinias reclaman su víctima, él presenta como atenuante las órdenes de Apolo. Los votos de los jueces están equitativamente divididos, pero Atenea da su voto de calidad a favor de la absolución.
Más tarde, Electra se casa con Pilades, amigo íntimo de Orestes e hijo del rey Estrofo, el mismo que había cuidado a Orestes mientras se escondía de su madre y de Egisto. Este bello pasaje de la mitología dio pie a Sófocles, a Eurípides y a Esquilo a convertir a Electra en protagonista de obras en las cuales se trata el complejo mundo de las relaciones entre una madre y su hija frente a la figura del padre.
DESVENTURAS DEL TRAVESTIDO
Electra también es el nombre de un popular travestido paraguayo, que ganó notoriedad por su cercanía al entorno del obispo Fernando Lugo, clérigo y presidente que a su vez ha ganado fama internacional por sus escándalos sexuales, su sibaritismo hedonista y sus orgías. Uno de los fans influyentes con que cuenta Electra es el ministro de Emergencias de Lugo, el polémico Camilo Soares, involucrado en varios hechos de corrupción.
Según los reportes de la prensa, un delincuente que se hizo pasar por un productor del conductor televisivo Marcelo Tinelli se apersonó hace pocos días en el domicilio personal de la travesti paraguaya Electra, ubicado en el barrio porteño de Palermo, y además de golpearla y amenazarla de muerte la obligó a tener sexo oral.
Poco tiempo antes, la misma fuente había publicado que “la popular travesti de Paraguay, actualmente radicada en Argentina, fue entrevistada por Agencia NOVA, y reconoció que le encantaría tener sexo con el presidente Fernando Lugo, aunque no le simpatiza la política que está llevando adelante el obispo católico metido a político”. Ver:
http://www.agencianova.com/nota.asp?n=2009_9_14&id=11111&id_tiponota=9
EMBAJADOR TRAVESTIDO
Pero Electra no es el único travestido que ha ganado popularidad bajo el gobierno del obispo. No hace mucho su embajador en Chhile fue primera plana de los medios paraguayos, por sus fotos vestido de mujer en una orgía. Se trataba de Armando Espínola.
Las fotos mostraban al eufórico Espínola despojándose de sus ropas y siendo obligado a travestirse por varias mujeres que lo rodean, en medio de prácticas sadomasoquistas.
Estos bochornosos escándalos sólo constituyeron una muestra más de la catadura moral del gobierno luguista, que ya fue acusado por la oposición de organizar orgías en más de una oportunidad.
El mismo obispo Fernando Lugo fue denunciado por dirigir personalmente las refacciones de una casa en una isla sobre el río Paraná para tales menesteres, en tanto cobraban estado público sus escandalosos romances y aventuras en tiempos en que ejercía de cura en su obispado.
TRAGEDIA PARAGUAYA
Si la homosexualidad es, como se ha dicho, una tragedia de la cultura, el travestido Electra tiene una historia doblemente trágica. Su historia no difiere mucho de la pléyade de adolescentes y jóvenes paraguayas que son empujadas por la realidad social a viajar a Buenos Aires, para caer en la explotación sexual, la degradación y la prostitución. El destino se ha hecho tan común que en la capital argentina la palabra “paraguayita” ha pasado a ser sinónimo de prostituta.
Mientras las jóvenes paraguayas sufren esta trágica realidad, como contraste, entre los ricos paraguayos, en su mayoría vinculados al gobierno arzobispal, los espectáculos privados de shows eróticos van ganando cada vez más adeptos. Algunas de estas demostraciones de opulencia, paradojas del destino, suelen contar con la participación de conocidas vedettes argentinas, importadas desde la reina del Plata, las cuales compiten por agradar al obispo con sus mujeres, prostitutas y travestis.
Eso mientras en las calles, no muy lejos de las opulentas mansiones que hoy ocupan los personajes cercanos al clérigo, menores indigentes abandonados a su suerte por el gobierno, ofrecen a los automovilistas que se detienen en los semáforos y por una mòdica suma, el placer de disfrutar de un minuto de sexo ora.
Pero esa, por supuesto, es una historia diferente a la que vive el obispo de los escándalos, Fernando Lugo, cuyo gobierno ha sido acusado el fin de semana por sus adversarios, de oler a lujuria y corrupción.
Lo peor de todo es que la sociedad paraguaya, conservadora en extremo, va perdiendo paulatinamente capacidad de reacción ante tanta inmoralidad. Es que como lo expresó Simone de Beauvoir, lo más escandaloso que tiene el escándalo es que uno se acostumbra.
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