La leyenda de Tannhäuser, inspiradora de una ópera de Wagner, apareció por primera vez en el siglo XVI, en una canción que narra la historia de un caballero que había vagado por el mundo hasta llegar a Venusberg (en alemán montaña de Venus), el reino de la diosa del amor, Venus, donde disfruta de los placeres de aquel mundo secreto. Sin embargo, cansado de los placeres que le provee la diosa, se arrepiente y decide volver al mundo real.
En cuanto Tannhäuser renuncia a Venus, aparece en un valle de Turingia y se reconcilia con los caballeros a los que abandonó. En el acto final, Elisabeth se muestra dispuesta a morir para la redención de Tannhäuser. Éste, mientras está en Roma, no consigue la redención, por lo cual decide pasar sus últimos días con Venus. Al final de la ópera, Tannhäuser muere creyendo que Elisabeth lo ha redimido, de manera que el mundo de Venus desaparece totalmente.
PEREGRINACIÓN A ROMA DEL NUEVO TANHAUSER
Cual Tanhausser arrepentido de visitar el monte de Venus, Fernando Lugo viajará el sábado a Roma, donde deseaba entrevistarse con el Papa Benedicto XVI, quien se negó a concederle audiencia.
"Estoy a disposición de esta Iglesia que tanto amo y a la que pertenezco. Me pongo en las manos de ellos, aprecio esta Iglesia y no quiero salir de ella. Ojalá tengamos la inteligencia y la fe suficiente para dar una salida satisfactoria a ambas partes”, señaló en varias oportunidades Lugo.
Sin embargo, voceros de la iglesia de Roma señalaron en varias oportunidades que el caso del obispo que había dejado embarazada a varias mujeres le había ocasionado un grave dolor.
La imagen de la iglesia católica quedó profundamente deteriorada debido a la inconducta de Lugo, quien además abusó de menores de edad y fue centro de un escándalo mundial por su vida disipada e inconducta.
Según amigos que cayeron en desgracia con él, la residencia presidencial ha terminado de convertirse en un burdel con la presencia del obispo en sus dependencias. Una voz bien informada difundió esta semana en un espacio radial que las recámaras de sede arzobispo-presidencial han sido equipada con televisores Plasma de gran porte, donde se exhiben las últimas realizaciones cinematográficas de la industria del sexo.
SEGUIDILLA DE DESAIRES
En un momento de subida crispación política, Fernando Lugo ha recibido su tercera demanda por filiación, y nuevas mujeres aparecen reclamando parte en su vida privada.
Las demandas previas ante la Justicia y los testimonios de las mujeres y amantes del obispo, golpearon con dureza al Gobierno de Paraguay en un momento de debilidad política, minando de manera permanente su credibilidad.
Más adelante también se supo que el gobierno malgastó siderales sumas de dinero público contratando asesores de imagen extranjeros para paliar el profundo deterioro que sufrió su fisonomía moral, añadiendo más ingredientes de inmoralidad al escándalo.
Paralelamente, las figuras internacionales cada vez tienen más reservas de aparecer junto a Lugo. Un tiempo atrás, el escritor Eduardo Galeano declinó una invitación para realizar un encuentro de escritores en Asunción, en la explanada de la sede del gobierno. Por la misma época, una universidad de Buenos Aires lo desairó negándose a entregarle un título Doctor Honoris Causa, en ocasión en que distinguió con la mención a Evo Morales.
Más recientemente, el líder revolucionario cubano Fidel Castro rehusó tomarse una fotografía con él, cuando fue visitado en la isla caribeña. En Bariloche, sufrió un plantón a manos de la presidente argentina Cristina Fernández.
MAL MOMENTO
La revelación de la doble vida de Lugo, potenciada por su calidad de político y presidente de Paraguay, llegaron en un mal momento para la iglesia de Roma, que todavía no se recuperaba de los escándalos por pedofilia en Estados Unidos, México, Irlanda y otras latitudes del orbe.
Al respecto, un informe de la BBC de 2004, declara que en los Estados Unidos el 4% del clero católico de ese país ha estado implicado en prácticas sexuales con menores, en número aproximado de 4000 sacerdotes durante los últimos 50 años aunque sólo entre el 5 y el 10% de las víctimas denuncia el caso, según Barbara Blaine, presidenta de la Red de sobrevivientes de abusados por sacerdotes (SNAP) de los EE.UU.
Según otras pesquisas, como la realizada en 1995 por la Universidad de Salamanca y publicada por el Ministerio de Asuntos Sociales de España, determinaron que del total de españoles que han sufrido abusos sexuales siendo menores, el 10% asegura que fue abusado por un sacerdote católico.
La mayoría de los casos se presentaron en seminarios sacerdotales, escuelas y orfanatos en donde niños y adolescentes estaban bajo el cuidado del clero. La publicación de numerosos escándalos creó una fuerte crítica hacia la jerarquía de la Iglesia, especialmente por la actitud que algunos obispos y superiores religiosos asumieron frente a las evidencias del hecho limitándose a llamados de atención privados y el traslado del infractor a otros sitios, mientras se guardó una indiferencia sistemática frente a las víctimas, lo que llevó a la conclusión de que los superiores de los infractores estaban encubriendo el crimen.
Todo este delicado clima de situación envuelve la peregrinación a Roma del Tanhauser contemporáneo, Fernando Lugo, a quien la investidura presidencial parecería no alcanzarle, por el momento, para una fotografía con Benedicto XVI.
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