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"El viaje que nunca termina", de Carlos Calderón Fajardo

Gabriel Ruiz-Ortega
Gabriel Ruiz Ortega
lunes, 4 de enero de 2010, 07:03 h (CET)
A lo largo de su envidiable trayectoria, el narrador peruano Carlos Calderón Fajardo (Puno, 1946) ha incursionado en distintos tópicos narrativos, destacando prácticamente en todos. Prueba de ello es la novela breve EL VIAJE QUE NUNCA TERMINA (LA VERDADERA HISTORIA DE SARAH ELLEN), publicada en principio en 1993, siendo la presente edición a comentar la definitiva.

¿De qué va esta novela? Pues de uno de los tópicos literarios que viene siendo abordado por una inacabable gama de escritores alrededor del mundo: el vampirismo. En muchos casos esta tendencia es desarrollada con mucha irresponsabilidad, sin conocer la rica tradición del vampirismo, de lo gótico, lo que conlleva a que leamos relatos que adolecen de nervio y fuerza y por ende a forjarnos dudas razonables de que la apuesta por esta clase de libros obedece más a factores comerciales que a una conciencia ética creativa.

Hay que saber presionar las teclas adecuadas, basta una sola palabra demás como para que cualquier relato pierda su fuerza. En otras palabras: hay que tener oficio para hacerlo, y destreza narrativa es lo que precisamente se observa en esta deliciosa novelita de Calderón Fajardo, quien saca partido de un popular mito peruano: el de Sarah Ellen, una inglesa enterrada en 1917 en un cementerio de Pisco, ubicado a 100 kilómetros al sur de la capital Lima. Demasiadas historias se han tejido alrededor de esta mujer, “venerada como una vampira considerada como una santa que hace milagros”.

El autor no es ajeno a su ética creativa, rastreable en casi toda su producción: la del narrador que cuenta: “Voy a tratar de contar la verdadera historia de Sarah Ellen. Estoy en una cama, en un hotel de Pisco de dos estrellas…”

Entonces lo que tenemos es una suculenta especulación que nos remonta a los posibles motivos que generaron el mito de la santa, como el apego de Ellen en su Inglaterra natal por las novelas góticas, resaltando su preferencia por las de Bram Stocker; también por su sensibilidad artística que la convierte en una más que aceptable pianista. Ellen posee un alma pautada por los ideales que parten de su niñez, es por ello que se aferra al vampirismo, en una suerte de resistencia ante los embates de la modernidad que corroen los sueños de los seres humanos. John P. Roberts es el esposo de la falsa vampiro y entiende la inconformidad de su mujer. El matrimonio decide irse de Halifax hacia lugares exóticos, para salvaguardarse de las posibles manifestaciones violentas puesto que comienza a correrse el rumor entre los habitantes de que Sarah Ellen es quien dice ser: una vampiro.

A partir de entonces huyen en un barco llamado Estrella del mar, y nos topamos con el tercer protagonista de la novela: el capitán Diego Álvarez. Navegan hacia América y las desventuras empiezan a sucederse: los tripulantes mueren, el cólera se apodera de la embarcación, ningún puerto los quiere recibir…

EL VIAJE QUE NUNCA TERMINA es un canto a las novelas de aventuras. La narración es envolvente, el autor sabe distribuir bien sus recursos narrativos en pos de no perder la atención del lector. Este quizá sea el libro en el que CCF ha privilegiado, ante todo, la historia, lo que ha llevado a esta logradísima especulación sobre los orígenes del mito de Sarah Ellen a ser un libro a la fecha agotado.

Editorial: Altazor.

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