En los primeros días de Agosto se ha hecho público el Informe del Grupo de Estados contra la Corrupción del Consejo de Europa (GRECO). Parece que desde 2019, España no ha cumplido ninguna de las 19 recomendaciones para prevenir la corrupción del Gobierno y de las fuerzas de seguridad. Con una dureza inusual para este tipo de informes oficiales, los autores denuncian la “falta de acción decisiva y de resultados tangibles”.
En mi opinión y en la de mi entorno, este informe del Consejo de Europa coincide con la percepción social de que uno de los problemas más graves de Sánchez es el de la corrupción, que atenaza esta legislatura. Por más que se prometa al Consejo de Europa el plan contra la corrupción más ambicioso de una democracia, la realidad demuestra todo lo contrario. A medida que pasan los días queda más evidente que no existe una voluntad política real para atajar el uso indebido del poder y de los instrumentos del Estado para fines e intereses personales o de partido.
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