A lo largo de 449 páginas, el profesor, historiador y atropólogo jiennense Emilio Lara nos narra las peripecias de la Cofradía de la Buena Muerte, una hermandad cartagenera embarcada en el Mater Mea, buque fletado en Lisboa y con destino a Irlanda, en el verano de 1588. Su misión, encuadrada dentro de la gran ofensiva de la Gran y Felicísima Armada (Armada Invencible) contra Inglaterra, consiste en ganar para la causa a los católicos irlandeses, oprimidos desde antiguo por sus vecinos orientales y contribuir con ello a la creación de un frente, a la par miltar e ideólogico, que consolide las bases de una hipotética victoria de Felipe II sobre su acerba rival, Isabel I , la” Reina Virgen”. La novela es una lograda amalgama de aventura, historia y ficción, en la que además se desarrolla una trama de intriga criminal producida por una serie de muertes inexplicables, misterio que quedará resuelto en la parte final del libro, formado por capítulos breves en los que la eficacia narrativa va unida a un cuidado estilo literario.
¿Hasta qué punto contribuyó el desastre de la Armada Invencible, en 1588, a la elaboración de la Leyenda Negra?
La Leyenda Negra ya existía, alentada por Inglaterra y los rebeldes de los Países Bajos, que eran los principales enemigos de España. Más que acrecentarla supuso un arma propagandística de Inglaterra en su rivalidad con España, que era la fuerza hegemónica. Les vino muy bien desde un punto de vista propagandístico y es curioso como aún perdura en el imaginario inglés -esto se ha visto incluso en la campaña a favor del Brexit- el hecho de que hubieran sido capaces de derrotar a Felipe II, a Napoleón y a Hitler. Este carácter insular unido al hecho de haber salido victoriosos en etapas muy conflictivas de su historia, acrecienta su orgullo como nación . El desastre de la Armada Invencible para nosotros (para ellos la victoria) sigue siendo uno de los momentos cruciales de su historia.
¿Por qué personajes tan notables como Martínez de Recalde no resultan conocidos para el gran público, a diferencia de lo que ocurre con otros como Drake o Raleigh,que en Gran Bretaña son considerados héroes nacionales?
Con respecto a nuestra historia, España más que madre es madrastra . España ha devorado a sus héroes como Saturno devoró a sus hijos. Unas veces se les ha olvidado y otras vilipendiado . No existen héroes populares que hayan sido reconocidos verdaderamente; y no me refiero sólo a héroes militares sino también en el campo civil, en el de la ciencia etc. Hoy en día los únicos héroes son los deportivos. Y, sin embargo, hemos tenido tantos en la literatura, en la medicina, en las Artes, tantos premios Nobel o marinos destacados, como Jorge Juan o Blas de Lezo... Quizá en los últimos años hemos empezado a despojarnos de ese sentimiento pesimista de nuestra historia; de esa idea de que es algo que siempre termina mal; lo cual es falso: Nuestra historia está plagada de éxitos muy grandes y deberíamos sentirnos orgullosos de ellos. La etapa franquista y determinados nacionalismos periféricos -para los que todo lo español es como si oliera a azufre- han contribuido a esa visión pesimista . No obstante, en los últimos años ha aparecido una importante masa de conciudadanos que, con independencia de su ideología, desea conocer la historia de nuestro país. La novela histórica,como divulgadora de ese conocimiento, resulta un vehículo magnífico porque a través de ella se logra acceder a datos que son fáciles o relativamente fáciles de entender, y, por otro lado, se llega a empatizar con ellos cuando están ayudados por una buena narrativa.Para mí hay una novela capital en este sentido, publicada hace ya 30 años, Yo el rey, con la que Juan Antonio Vallejo Nájera obtuvo el Premio Planeta, y que glosa la figura de José Bonaparte. Se trata de una novela revisionista, ya que recupera su figura desde un punto de vista humano e intelectual. A partir de entonces los historiadores empezaron a tomarse con mucha más seriedad el tema de los afrancesados en España y a revisar histórica e historiográficamente la figura de este rey. Es decir, la buena novela histórica puede servir de acicate a los historiadores para ahondar en el conocimiento de una figura o de un periodo.Los afrancesados sufrieron una malísima fama a lo largo de los siglos XIX y XX porque fueron considerados traidores, una especie de “tercera España”,de “otra España” y esta novela rompió muchos prejuicios y muchos tabúes a través de un relato muy eficaz y documentado, recuperándose con ella una parte importante de nuestra historia.
Hubo una contraofensiva británica, la llamada Contraarmada, que obtuvo resultados aún peores y más catastróficos. Sin embargo esto no se conoce a nivel popular ¿Cuál puede ser la causa?
Lo que pretendía Inglaterra con ello era destrozar aquello que quedaba de la flota española tras el desastre de la Invencible y que se hallaba fondeada en determinados puertos del Cantábrico, fundamentalmente en Galicia, Asturias y Santander. Drake piensa que con una flota bien pertrechada podrá acabar con el poder y español y que con ello los corsarios ingleses podrían atacar a su antojo los puertos españoles y abrir una vía hacia la América española. No obstante, nuestra flota supo defenderse muy bien y su estrategia fue acertada; además en esta ocasión sucedió a la inversa: los temporales se encargaron de machacar a la flota británica. En Inglaterra esto se lo callan; enfatizan sus victorias pero no dicen nada de sus derrotas. Curiosamente en España, ni siquiera en su momento, se le concedió a esta victoria toda la importancia que tuvo. Con el devenir de los años es como si se hubiera puesto una losa sobre la propia Historia de España para los españoles (alguna de las razones las mencioné anteriormente) que nos impide sentirnos orgullosos de las muchas cosas buenas que se hicieron. Incluso de esas sombras del pasado pueden obtenerse conclusiones muy interesantes, pero es como si los españoles hubiéramos ido al rebufo de nuestra Leyenda Negra y nos la hubiéramos creído. Hemos caminado de puntillas sobre hechos cruciales de nuestro pasado, quizá por un deseo de no herir sensibilidades o no molestar, debido probablemente a un complejo de culpa que todavía subyace .
La Cofradía de la Armada Invencible es una novela histórica, uno de cuyos hilos conductores es de intriga criminal ¿Qué autor o autores podrían haberte influido a la hora de combinar ambos elementos; es decir,la narrativa de carácter histórico con la trama de intriga?
Para mí el autor fundamental que fusiona los géneros es Umberto Eco con El nombre de la rosa. Eso está claro. Pero por otro lado soy muy aficionado a la novela negra y me interesan algunos autores de novela de este género a los que también podríamos considerar de novela histórica, cómo Philip Kerr, sobre todo con su serie del comisario Gunther, situada en la Alemania nazi.También James Ellroy con su última novela, Perfidia, centrada en el día y los días que siguieron al ataque de Pearl Harbor . Son autores de novela negra que se pueden parangonar con la novela histórica. De ellos me interesa por una parte la estructura narrativa y por otra la forma que tienen de diseccionar la sociedad en la que se ambientan sus novelas. De novelistas de temática histórica con algún toque de suspense sobresale Robert Graves, con su Yo, Claudio, por la forma de presentar a los personajes en las tramas familiares, los odios, el asalto al poder ... En España, Arturo Pérez Reverte ha conseguido en muchas de sus novelas este tipo de fusión de los dos géneros . Estoy pensando en Hombres buenos, que es uno de sus últimos libros. Es muy original la manera de plantear la estructura de las dos épocas en que se basa la narración, la época actual y la de Carlos III .Estos son quizá algunos de los autores que me han marcado más a la hora de escribir.
¿Existe algún trasfondo histórico en la historia propiamente dicha o es pura ficción?
Se trata de una ficción, aunque haya un cierto poso de realidad. Cuándo Felipe II manda realizar la invasión de Inglaterra, le son sugeridos dos planes. El plan original era el del marqués de Santa Cruz que tenía que haber comandado la Armada Invencible, pero que no pudo hacerlo al fallecer en el invierno de 1588, siendo sustituido por el duque de Medina Sidonia, y que consistía en un desembarco en Irlanda y otro a menor escala en Inglaterra, contando con que Alejandro Farnesio, comandante de los Tercios de Flandes, hiciera lo propio desde el Continente. En el reinado de Felipe III, el famoso Tercio de Juan Del Águila desembarcaría al sur de Irlanda apoyado por varios cientos de irlandeses. Por lo tanto sí existe una cierta base histórica, de planes originarios de la Armada Invencible o, bastantes años más tarde, de un Tercio español que desembarco en Irlanda con la intención de organizar una rebelión armada. Estos fueron los mimbres sobre los que construir la idea de inventarme la cofradía con el plan secreto de desembarcar en Irlanda y emprender una multitudinaria procesión religiosa que fomentase un alzamiento militar.
De toda la galería de personajes que presenta la novela, me refiero a los de ficción, no a los históricos ¿Cuál es el que te ha costado más esfuerzo perfilar?
Probablemente el de don José Melgar, el jesuita.Tuve que concitar en él al catedrático de Teología, dotado de una gran perspicacia psicológica, y por otro lado a una persona que ha viajado, que ha vivido bastante tiempo en Italia, concretamente en Roma. Se trataba de una mezcla de intelectual, sacerdote y psicólogo, que debía desplegar mucha estrategia para saber manejar a las personas en momentos muy delicados y cruciales . Por otra parte, el personaje de “Cheto”, antiguo combatiente de los Tercios de Flandes, es el que pone el contrapunto de humor. Me resultó fácil y grato de perfilar Fabián Escarabajal, el secretario de la cofradía, un joven escribano que representa el idealismo y la utopía; carece de experiencia de la vida y desde el principio es consciente de que está viviendo un momento crucial en la historia y se enfrenta a ella con un optimismo que nace de esa poca experiencia . Felipe Cancio es el gobernador o hermano mayor de la Cofradía y desempeña también un papel fundamental. No me resultó difícil y además disfruté mucho describiendo al personaje de “el malo”, Salvador Lucero, el inquisidor,que está basado en un personaje que existió en Córdoba a principios del siglo XVI, que se llamaba precisamente Lucero, y del cual se guardaba muy mal recuerdo . Se trataba de un fanático de esos que han existido en todas las épocas y en todas las ideologías, con su alta dosis de autoritarismo e inflexibilidad, dotado de un “pico de oro” y que contaba, cómo no, con sus seguidores. Es un arquetipo de esos personajes que buscan engañar .
Éste es sin duda uno de los más destacados villanos de la novela y resulta inquietante que sea un ávido lector (a escondidas) de Savonarola, el cual fue precisamente ejecutado por la Inquisición ¿Podría tener algo que ver esa influencia en su comportamiento?
Sin duda. Savonarola fue el gran fraile dominico que a finales del siglo XV llegó incluso a excomulgar al propio Papa, Alejandro Borgia . Y fue precisamente la Inquisición la que lo acabó por ejecutar en la plaza de la Señoría de Florencia. Sus restos quemados fueron arrojados al río Arno para que no fueran usados como reliquias por sus miles de seguidores. Para la Iglesia Católica fue considerado un gran hereje, aunque, curiosamente, ya en el siglo XX hubo un movimiento dentro de la congregación de los dominicos para reivindicar su figura, a la que se intentó presentar como un reformador, una suerte de adelantado a la Reforma de Lutero. En mi opinión Savonarola fue un personaje muy siniestro, que tuvo una enorme capacidad de arrastre, llegando incluso a dirigir en Florencia un gobierno teocrático . Fueron famosas sus “hogueras de las vanidades”, a las que se arrojaban todo tipo de objetos suntuarios .Entre sus seguidores se encontró el propio Botticelli, que llegó incluso a quemar algunos de sus cuadros de temática pagana. La figura histórica de Savonarola le iba muy bien a mi personaje de Lucero, pues he tratado de presentar a un fanático religioso.
¿Fue el duque de Medina Sidonia un almirante tan incompetente como se ha afirmado?
Desde luego que lo fue, pero a la vez fue, como diríamos ahora, un excelente “director de recursos humanos”. Poner a punto en dos meses a la Gran Armada, dotándola de pólvora, cañones, marineros competentes, cartas de navegación, timoneles, pilotos, alimentos para la travesía etc. fue una acción en la que resultó sobresaliente .Demostró ser un magnífico organizador... y sin embargo fue un pésimo comandante. Por ejemplo hubo un momento crucial en el que se podía haber ganado. Cuando Martínez de Recalde y algunos de los otros capitanes lo animan a que la Gran Armada ataque a la flota inglesa fondeada en el puerto de Plymouth .Si se hubiera atacado al amanecer, la Armada habría arrasado a los ingleses y la invasión de Inglaterra habría sido un paseo militar para los Tercios de Flandes. Ahora bien, el duque de Medina Sidonia era muy inflexible y siguió a rajatabla las instrucciones de Felipe II, que prohibían apartarse un milímetro del plan trazado, que consistía en llevar a los barcos hasta las costas de Flandes para unirse con los tercios comandados por Alejandro Farnesio . Esta falta de flexibilidad estratégica y táctica marcó en parte lo que vendría a continuación. Y perdió un momento precioso por ser incapaz de contravenir las órdenes del monarca. Por otra parte, el duque carecía de experiencia militar naval y quizá ello influyera en que se negara a dar la orden de ataque.
En el último capítulo, situado en la época actual, aparece Marta, una estudiante de doctorado que es la responsable de que la historia de la Cofradía sea rescatada del olvido. Ella obtiene por fin su ansiado doctorado pero acaba trabajando en Mercadona ¿Es esto un guiño sarcástico a lo que sucede en el presente con tantos licenciados y hasta doctores en nuestro país?
Por supuesto.La pobre chica ha estudiado muchísimo y por fin obtiene el doctorado con la más alta calificación. Pero no hay dinero suficiente para aumentar las plazas en su universidad y con todo su buen expediente académico y su formación se pone a trabajar de cajera en Mercadona. Está preparando unas oposiciones como profesora de instituto y como no quiere ser una carga para sus padres, acepta trabajos muy por debajo de su cualificación. Con ello se da a entender al lector que Marta, con su inteligencia y su constancia, acabará ganando esas oposiciones. Es un guiño a la cantidad de jóvenes que estudian una carrera de Humanidades en España y que se ven condenados al paro; pero no con un enfoque pesimista sino como un aliento de esperanza. Marta, la joven doctora, no se amilana ante la situación, sino que reacciona con la esperanza de ver la luz al final del túnel.Ésa era la idea.
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