La vergüenza es una virtud que escasea especialmente entre una parte de la clase periodística que pisa los platós televisivos donde cada día se le da cancha a personajes que son capaces de vender sus miserias y denostar a cualquiera con tal de seguir viviendo de la sopa boba siendo personaje o personajillo de la TV, no por ejercer dignamente una profesión, a lo único que aspira toda esta tropa es a seguir amasando dinero fácilmente y salir a la calle a que todo el mundo les bese los pies y les comente lo dicharacheros que han estado en tal o cual plató. Hablo del Padre Apeles, esa figura de los años 90 que triunfó en Televisión a base de salir en programas como persona que engendraba debates, a cual peor, simplemente porque era cura y lucía alzacuellos.
La noche del viernes en DEC después de la triste exposición de la ex presentadora de TV, Maribel Sanz, más mentirosa que auténtica, conocida gracias a su matrimonio primero con el cantante Sergio D’Alma y después con Christian Jiménez, empresario que no sabemos con exactitud a qué se dedica, pudimos ver al Padre Apeles, la noche anterior le había visto en el interior de la tienda de Tiffany en Barcelona en la noche de compras, iba ataviado con una capa española y parecía relajado y contento, al menos no tan triste ni depresivo como comentó sentirse en el programa que dirige Antonio Robles.
Explicó que se sentía estafado por la vida y que notaba su ausencia de las televisiones porque era éste un medio en donde él se sentía bien y que cada vez que un taxista o que alguien de la calle le comenta “por qué no está en la TV, él, que era tan ameno e interesante” ya no sabe qué contestar y más o menos vino a indicar que eso le consume. Su exposición fue la de todos aquellos que sólo viven de su ego y para su ego, el hecho de que sea sacerdote y use alzacuellos como le hemos visto a lo largo de su trayectoria en los medios es más un “disfraz” que no una realidad en su vida.
Su indumentaria, utilizada como moneda de cambio, le ha servido como pasaporte para entrar en los programas televisivos pero no me dio la impresión de que se haya sentido nunca un hombre de Iglesia con convicciones auténticas aunque sean alejadas del Vaticano. Un cura que no esté de acuerdo con la parafernalia de la Iglesia en general es escuchado, es valorado, Apeles es un hombre que se hizo adicto a la televisión y ahora que nadie le llama, posiblemente ya está caduco o no interesan sus comentarios, se siente depresivo y no sabe qué hacer con su vida, ¡triste¡, ¡terriblemente triste¡ en un hombre que dice tener 8 carreras y que se supone debe tener capacidad de reinventarse, pero, claro, por lo que dijo él cobró muchos millones siendo un “muñequito” a los órdenes de quieres estuvieran en los programas que le contrataban y ese estipendio es mucho más atractivo que el sueldo de un párroco de barrio.
Voy a dejar bien claro que la próxima vez que alguien vaya a un programa a pedir su reingreso porque quiere seguir siendo famoso, lo voy a denunciar y el próximo inmediato que diga que se hizo millonario en la TV, voy a hacer otro tanto, ¿saben por qué?, sencillo, declaraciones como la que comento nos destroza a periodistas que como yo y tantos otros que hemos trabajo de pleno derecho en la televisión por formar parte de nuestra profesión y jamás hemos tenido un contrato más que el de suscribir el día de la colaboración el papel en donde quedaba claro que mientras estuvieras trabajando ese día tenías cubiertos los servicios si te sucedía algo o bien el de ceder a la cadena los derechos de imagen para que después de muchos años algunas escenas aún se sigan emitiendo sencillamente porque la ley les protege y por que tú en su momento les diste el correspondiente permiso.
Este Padre es un personaje forjado a base de muchas mentiras, de muchos trapicheos y porque el se creó una imagen, ahora que no se queje, que no pida milagros, él sabe que eso no existe o que se vaya a Lourdes, es probable que cuando Apeles, según dijo, le mandó un sms a la colega Pilar Eyre para excusarse por no ir a la presentación de su libro estuviera desplegando una estrategia para llamar la atención. Le salió bien, Pilar Eyre sabe de muchas-os colegas que estando capacitadas y capacitados y ahora no están en TV aunque estuvieron en su momento y si en estos momentos no están no es por falta de profesionalidad, es sencillamente que no cabe todo el mundo, la tarta es pequeña y se reparte entre muy pocos y si además, productoras, dueños de televisiones y otros lobbys diversos, amigos y amigas todas, acogen en sus programas a gentes que carecen de todo criterio es difícil trabajar en la TV , donde la mayoría de los programas son para los de toda la vida o para los que mejor hacen la pelota y por lo tanto muy pocos profesionales acceden ya a ella.
Sólo nos faltan Padres Apeles reclamando una silla para ejercer de periodista, vino a decir: “soy una piltrafa humana porque mi lugar en la vida es estar en un plató” y dejo bien claro que si como personaje ya no servía él no desistía de estar ahí , como si fuera Dios, exigiendo una silla como profesional. ¡Por favor¡, los profesionales subsistimos como podemos, amamos nuestra profesión y nuestro derecho es reclamar nuestros puestos de trabajo, no dejar que cualquier personajillo con una excusa banal: “Yo también soy periodista y sé hablar de más cosas que del corazón” ocupe el lugar de quien podría hacerlo tan bien como él que con su presencia en DEC estaba mendigando a Robles, el director, y compañía una silla de periodista con el argumento de que ese es su lugar en lugar del sillón del “personaje”, “ estoy en mi lugar, además soy listo y puedo hablar de todo” vino a decir el mosén.
¿Qué cree este impresentable con alzacuellos que es nuestra profesión? Que Apeles hable de periodismo me asquea, que los colegas que están en DEC le escucharan y no le replicaran todavía me parece más patético, si en su mano estuviera echaría a quién fuera de una de esas sillas para estar él. En ese programa tienen a la gritona Nuria Bermúdez que se jacta de no ser periodista, ni de ejercer, ni de querer aprender, ella es Nuria Bermúdez, ya basta, espero que sepa que algún día, a mi me gustaría que fuera muy pronto, ella, como personaje, también lo es, dejara de existir en los platós, si esta ahí es por sus encuentros amorosos y por airear a diestro y siniestro su vida privada, porque chilla y no aporta nada.
Tampoco aportó en su momento Apeles, era éste un guiñol bien orquestado por un profesional como Javier Sardá que sabe exprimir a sus personajes hasta que no les queda una gota, son personajes y si en su momento estaban felices, radiantes, llenando una cuenta corriente que no supieron manejar ahora les toca el infierno en vida.
Apeles dijo y mintió, él lo sabe, que no se ha ido de este mundo por propia voluntad porque tiene miedo al infierno, ¡ja¡ él sabe como van los asuntos del más allá, lo sabe más que cualquier mortal que no se ha entregado a la Teología y de eso él sabe un rato, es un estudioso y conoce que en estos momentos el cielo y el infierno están en horas bajas. No puede, según él, trabajar en El Corte Inglés, tampoco es menester, que haga de cura, es su trabajo, es el que exhibe públicamente y que no nos venga con más chorradas.
Lo digo claramente valoro a todos los profesionales de DEC porque he trabajado con la mayoría de ellos, a José Manuel Parada y Chelo García Cortés les conozco desde que llegaron a Barcelona cogidos de la mano como pareja, una pareja que se rompió con el tiempo y de la que viví sus avatares, me llevo mejor con Parada que con Chelo a quién en muchas ocasiones no reconozco, supongo que es el éxito, cuesta digerirlo, con Gustavo tengo una buena relación y hemos viajado juntos para hacer reportajes, Gustavo es amable, es solidario, quizá porque es un hombre que sabe lo que vale un peine, sabe lo que es estar horas encima de un árbol para poder tener una noticia y poder estar con la familia como se merece en días señalados, conozco a Antonio Montero y a su mujer Marisa Martín Blázquez con quién trabajé una larga temporada y a quienes les debo un gran favor porque pasé una época muy complicada a nivel laboral y ellos me ayudaron (ahora no es que esté mejor, pero me he hecho a la idea y sigo adelante, sin depresiones, con espíritu luchador y con la esperanza puesta en lo que sé hacer, mi trabajo), conozco a Jaime Cantizano de un par de veces que me han invitado a tomar parte en DEC y me consta que ama su profesión y se dedica a ella pues no le fue fácil llegar adonde ahora está, él, como todos, es consciente de que el futuro en esta profesión es una gran incógnita, no puedo hablar ni de Gema ni de María, pues nos hemos cruzado poco en DEC y aunque fuera hemos coincidido alguna vez no se puede decir que hemos trabajado juntas largo tiempo, hay que ser exactos y concretos.
Otro día hablaré de Antonio Robles, nos une una larga historia y esta sección tiene un límite y yo también. Dejo constancia que aunque considere a los profesionales de DEC y les entienda si un día veo al Padre Apeles sentado en sus sillas cambiaré de canal, me iré a pasear, a bailar, o me pondré música, pues para mi será inconcebible que un “personajillo” como este cura alzacuellos por ventilar una vida desgraciada de la que nunca ha explicado nada ni falta que nos hace e ir diciendo que tiene una depresión de caballo porque le falta la fama que tuvo antes gracias a muchos montajes ahora alguien se apiade de él y le haga feliz en una de esas preciadas sillas.
Haré campaña contra la falta de dignidad, Apeles no se muere de hambre ni está en la cola del paro, un hombre que se pasea por Tiffany poco sinsabor debe tener, mientras profesionales de talla casi no comen y cada día llevan el cinturón más apretado, sólo por eso y por mucho que callo el Padre Apeles no merece ningún espacio mas en la tele, lo tuvo, se hizo rico, malgastó su dinero pensando que aquello era para toda la vida, craso error, Apeles, trabaja, se cauto, ni eres solidario ni te importa nada el periodismo por mucho que hayas estudiado, ¡ojala fuera cierto que querías irte al Pakistán¡, otra mentira zafia, una más de tu larga lista, mira a tu alrededor y empieza desde cero, a lo mejor te das cuenta de que el mundo es de otro color, no del que tu quieres seguir formando parte porque se te acabó.
Das pena, auténtica pena y lamento que en DEC no supieran decirte toda tu verdad y lo poco que importas, el interior de los seres humanos se engrandece por sus actitudes cotidianas, yo estoy cansada de aprovechados, el mundo vive una crisis económica y de valores por culpa de seres como tú que quieren vivir del toco-mocho, sin responsabilidades, pisando a cualquiera, tu amor a tu ego es tan alto que aunque sea una gran mentira para ti sí debería existir el infierno, en su más pura esencia.
Relojes de Galliano y Cavalli en Temps de Luxe
Esta semana estuve con el joyero Jordi del Toro en Temps de Luxe, su tienda de la calle Santaló de Barcelona, en su espacio acogedor y coqueto ha ampliado el local a la zona del sótano donde hay infinidad de sorpresas, bajar a él es como vivir el cuento de las Mil y Una Noches, buscas historias, una detrás de otra para no abandonar el espacio y poder husmear en los infinitos cajones, los cajones de un chiffonnier antiguo esconden piezas de joyería de todo tipo, de todos los precios y para todos los gustos.
Jordi deja a los que tenemos acceso a esa planta que toquemos y nos probemos todo lo que hay a nuestro alcance, piezas que él crea y que no se encuentran en otra parte, collares de piedras de colores con hilo de oro, con botones de plata y mezclados con perlas australianas, el resultado es excitante y te entran ganas de ir a un banco y atracarlo para poder acceder a una de estas maravillosas piedras, en este espacio ha colocado para descansar de tanta vorágine dos sofás Chester recuperados de un anticuario inglés y otro más reciente de color sangre y de terciopelo, una maravilla, la zona del descanso es espléndida, Jordi del Toro es buen conversador, divertido y conoce a fondo su trabajo.
Ahora en Temps de Luxe y en este particular sótano hay dos vitrinas que me llamaron poderosamente la atención, dos vitrinas donde descansan en exclusiva relojes de diseño de alta costura, se trata de relojes creados por John Galliano, el hombre que todos los años hace de la Alta Costura en París un show para la Casa Dior, ha creado relojes para hombre y mujer que son estilosos en los que su maquinaria está conformada por preciadas piezas altamente profesionales creadas por mecánicos que conocen el difícil manejo para que un reloj externamente precioso funcione con precisión.
En la otra vitrina Jordi ha puesto la colección de Cavalli, que lleva 40 años en el mundo de la moda, que fiel a su estilo ha creado relojes tanto para hombre como para mujer que recuerdan a los reptiles que se ven en todas sus colecciones, Cavalli, ha ideado relojes con correas en cocodrilo, de color blanco y todos sus cristales son realizados en zafiros, en algunos el mismo cierre lo forma una mariposa, son relojes elegantes, llevables y con un tratamiento en su caja interior con la precisión de un reloj suizo.
En Temps de Luxe miman estos nuevos accesorios porque saben que esta exclusiva levanta pasiones, si en estas próximas fiestas uno de los regalos que más aprecian los hombres son los relojes llegados a este punto las mujeres tanto en la colección del gibraltareño Galliano como del italiano Cavalli pierden la cabeza, son piezas que además de servir para saber en qué horas estás viviendo, sirven también como un complemento que favorece cualquier muñeca.
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