Decía Unamuno que se viaja no para buscar al destino sino para huir del lugar de donde se parte, sentencia aplicable al caso de quienes buscan probar su gran “aceptación” en el exterior visitando a parias de la comunidad internacional.
En ese contexto, el cura Fernando Lugo realizó una visita de cortesía al presidente "mau" de Haití René Preval, quien debió dejar el cargo el 7 de febrero pasado, pero que con la excusa del terremoto extendió su mandato tres meses de manera arbitraria. Ya Rousseau advertía que hay mucha diferencia entre viajar para ver países y viajar para ver pueblos, más aún si quien emprende el paseo lo hace por puro placer y por cuenta del estado.
Vividor incorregible, Lugo se trasladó de La Habana a Puerto Príncipe en un vuelo pagado por el acosado gobierno cubano, que probablemente tiene otros gastos mucho más prioritarios que los afanes turísticos del cura con hijos. Ya en Brasil se originaron quejas a raíz de su abusiva costumbre de utilizar naves oficiales extranjeras para su ociosa movilización.
Lugo realizó el periplo luego de enviar tropas colaboracionistas para invadir dicho país, donde el mandato de Preval quizás se prolongue hasta el 14 de mayo, fecha fijada en una controvertida iniciativa aprobada por el parlamento haitiano a instancias del gobernante. Cuando hablamos de las tropas que hoy ocupan Haití, hay que decirlo aunque duela, no nos estamos refiriendo a la presencia solidaria, la misma que se acepta hasta de los mas acérrimos enemigos. Nos referimos a una fuerza que no viene a dar asistencia médica, rescatar accidentados, distribuir alimentos, construir hospitales, rehacer las vías de comunicación, entre otras acciones de socorro y reconstrucción; sino de un cuerpo de ocupación de un país que tiene tradición de agresiones a naciones débiles, jamás a países poderosos.
“Las acciones de los amigos del norte en Haití deben constituirse en una alerta para los patriotas y revolucionarios dominicanos y de otras latitudes, pues si actúan de esa forma contra una nación en vía de extinción, será su accionar frente a pueblos que han dado muestras de que no tolerar humillaciones y cercenamiento de su soberanía” advertía hace poco el dominicano Angel Veras Aybar al respecto.
El encuentro entre Lugo y Preval se realizó poco después de que se manifestara una multitud en la capital haitiana para pedir la salida del presidente de Haití, cuyo mandato oficial ya concluyó. Los llamados a que abandone de inmediato el cargo conmovieron las calles de Puerto Príncipe, donde se lanzaron piedras a los agentes de Naciones Unidas y se montaron barricadas.
La policía de Haití lanzó algunos disparos al aire para tratar de dispersar a las masas de manifestantes, que gritaban ‘Preval, debes irte’ y lanzaban objetos en una plaza central.
Durante los últimos meses, sectores políticos de oposición y representantes de la comunidad internacional reclamaron insistentemente a Préval que se marchara el 7 de febrero y dejara el poder a un gobierno provisional.
Este fue uno de los temas de discusión de las reuniones a las que el gobernante asistió durante las últimas semanas, mientras se esperaba que el Consejo Electoral Provisional (CEP) oficializara los resultados de la primera vuelta de las elecciones del 28 de noviembre.
Con el delfín del gobernante, Jude Celestin, fuera de los comicios, ``ya no hay tanta presión de la oposición ni de la comunidad internacional para que Préval se vaya'', según declaró una fuente cercana al presidente haitiano.
Lugo, el presidente marioneta de los círculos reaccionarios paraguayos y el presidente mau de Haití, tal para cual.
UN EMISARIO DE LA CIA EN CUBA
Como siempre, la revolución cubana equivocando de interlocutores en Sudamérica, como en los tiempos en que fueron responsables de la derrota y ejecución extrajudicial del Che Guevara en Bolivia. Ahora su "aliado" paraguayo es el mismo cura Fernando Lugo, consumado quintacolumnnista que ha echado a perder en poco más de un par de años los sensacionales avances de la izquierda en materia de integración.
A propósito, refresquemos la memoria con un caso pertinente y emblemático que desnuda la verdadera naturaleza lacayuna y reaccionaria del actual gobierno paraguayo.
La ministra del cura Fernando Lugo, Gloria Rubin, se pronunció no hace mucho y abiertamente en contra del gobierno cubano y la revolución encabezada por los Castro desde el año 1959, a la que comparó con la dictadura de Stroessner.
“Conozco muy bien la situación”, afirmó, en referencia a la violación de los derechos humanos del régimen cubano, y remarcó: “Nosotros, que vivimos una situación similar en la dictadura de Stroessner, sabemos lo que eso significa”.
“Es una marcha por la libertad. La libertad es el bien más preciado, y por supuesto que estoy totalmente de acuerdo con esa reivindicación”, manifestó Rubín refiriéndose a una manifestación de la disidencia cubana.
La ministra Gloria Rubín y su marido fueron propagandistas del dictador Stroessner, por tres largas décadas, hasta que fueron contratados por el National Endowment for Democracy para desestabilizarlo en sus últimos meses de gobierno y seguir actuando en la transición, ya como "convencidos demócratas" al servicio de la embajada norteamericana.
La ministra Rubín también fue denunciada como ficha de la CIA por el gobierno nicaragüense de Daniel Ortega.
(Ver:http://www.lavozdelsandinismo.com/internacionales/2008-08-16/gloria-rubin-vinculada-a-stroessner-y-cia/)
A pesar de todos estos antecedentes, y de realizar una permanente campaña en contra de los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, etc., desde su holding de comunicaciones en Paraguay, la ministra Rubin es inamovible en el cargo, y para colmo una de las ministras más influyentes del gobierno arzobispal.
Dicen que los pensamientos se convierten en palabras, y las palabras en acciones. Curioso el caso del cura Fernando Lugo, donde las palabras quedan fuera de contexto, entre sus pensamientos y acciones.
|