Un lugar para la vida, un lugar de encuentro, así definió la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde en el momento de su inauguración a la Biblioteca de Ciudad Real el pasado diciembre, inauguración que junto al lado del presidente Barreda y la alcaldesa de la ciudad llegó como un regalo navideño para una ciudad la que, hoy Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil y pasados los 100 días que a todo buen proyecto se le debe dar para que funcione, hemos de constatar que la Biblioteca de Ciudad Real está viva y muy viva.
Lejos quedan los tiempos en los que no se podían hacer actividades por falta de espacio o de recursos, ahora la vida bibliófila y literaria se ha instalado plenamente en ella junto a las historias ya sean en papel o a viva voz, porque una biblioteca necesita hoy de otros recursos, otros formatos para que los viejos libros, esos que dicen que no pervivirán durante muchos años, se codeen con los frutos de las nuevas tecnologías y así, todos juntos, dejen de discutir de una vez por todas para llegar a una conclusión, se lee y se leerá siempre, cambiaremos los formatos, los soportes, los tamaños, los lugares, puede que también las bibliotecas aunque se inauguren como ésta en pleno siglo XXI, pero la gente necesitará recoger datos e historias en algún lugar físico o virtual, en la librería de nuestra casa o en la librería de la esquina, en un cibercafé o en librerías-cafés, o en e-book... Todo permanece en el tiempo, nada es pasajero, siempre será coetáneo con otros soportes, ocurrirá como la televisión y el cine.
Dicen que esta nueva biblioteca es la quinta inteligente de España, como si un lugar así pudiera ser poco inteligente, reuniendo a todo el saber; en realidad, quieren decir que se adapta como nadie a esas nuevas tecnologías de las que todos hacemos gala como sinónimo de futuro y de progreso, que es pionera al contar con un nuevo sistema de préstamo online e igualmente basado en la radiofrecuencia.
En cuanto a arquitectura, José Luis Martín Clavo hace gala de un proyecto majestuoso en lo más alto del Parque Gasset, así se gozarán de lecturas y estudios elevados. Y hablando de bibliotecas, tan importante son unas y otras, desde la pequeñita biblioteca del Parque situada cerca del palomar que abría con buen tiempo hasta el otro edificio que realizara Miguel Fisac y del que no sabemos todavía a qué será destinado y del que tantos buenos recuerdos guardamos al trabajar allí durante cinco años con proyectos de animación a la lectura.
Miles de metros, cientos de miles de ejemplares, decenas de miles de personas visitando a diario estos espacios, pero también comicteca, divulgación local, autopréstamo, autodevolución, cuentacuentos, club de lectura, un lugar múltiple, muy visitado y muy vivido. Y así nos felicitamos. Bibliovida.
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