No pudo ser. El Cajasol se quedó a las puertas de lograr el primer título de su historia al caer en la final de la Eurocup ante un poderoso Unics Kazan. Los rusos, con un equipo a golpe de talonario, impusieron un ritmo de crucero desde el comienzo; y pese a los esfuerzos de los cajistas en la segunda mitad, hicieron valer los veinte puntos de los que gozaban a los quince minutos.
| Ficha técnica | 92- Unics Kazan: Popovic (18), Lyday (15), McCarthy (18), Veremeenko (6), Lampe (26) -cinco inicial--; Pashutin (3), Rizvic (6) y Minard (-).
77- Cajasol: Satoransky (4), Bullock (15), Kirksay (10), Ivanov (3), Davis (5) --cinco inicial--; Calloway (6), Triguero (10), Katelynas (9), Urtasun (15), y Cabanas (-).
Parciales: 32-16, 19-20, 20-26 y 21-15
Árbitros: Cerebuch (ITA), Ryzhyk (UCR) y Anastopoulos (GRE). Eliminaron por faltas personales a Katelynas en el Cajasol, y a Rizvic y Veremeenko por el Unics Kazan. (1).
Incidencias: Final de la Eurocup en el Palaverde, de Treviso (Italia). 4.500 espectadores. |
Datos destacables | Lo mejor: la sociedad Popovic-Lampe Fueron los principales artífices de la derrota del Cajasol.
Lo peor: Los veinte puntos que cedió el Cajasol en la primera mitad Ante un equipo como el Unics Kazan, perder por veinte puntos en el minuto 15 supone despedirse automáticamente de la victoria.
El dato: Cuarto subcampeonato para el Cajasol El equipo sevillano ya había sido anteriormente subcampeón de liga por dos veces y de Copa en una. Esta vez tampoco pudo sumar el primer título de su historia. |
| Víctor Díaz/ DIARIO SIGLO XXI
El Unics salió decidido a hacer valer su favoritismo, y a fe que lo consiguió desde los primeros instantes. La canasta inicial de Kirksay fue el único momento en el que el Cajasol estuvo por delante, porque los rusos comenzaron a imponer su ritmo ante la impotencia de los de Plaza.
Los sevillanos, además, acusaron los nervios de disputar su primera final europea, y fueron presa fácil de su rival, que defendía con la intensidad propia de un equipo de Euroliga, y mostraba una rapidez en sus acciones ofensivas imposible de contrarrestar por el Cajasol.
A los de las tierras ex soviéticas les daba igual anotar desde dentro o desde fuera: casi siempre lo terminaban haciendo. Comenzaron haciendo mucho daño en la pintura –la propia y la contraria- por medio del pívot ex madridista Maciej Lampe, que en el primer cuarto se comió en ambas zonas primero a Davis y luego a Triguero. Bien con movimientos en la pintura, bien –la mayoría de las veces- en la salida del pick and roll, el polaco fue una verdadera pesadilla.
Y cuando Lampe bajó un poco el ritmo, empezaron a ametrallar el aro cajista desde más allá de 6,75. Seis triples de nueve intentos en los primeros veinte minutos, con destacada aportación de Marko Popovic. El base, ex del Power Electronics Valencia, desesperaba con su acierto –tres de cinco antes del descanso- a Plaza y a toda la expedición cajista, si bien la tibia defensa que sobre él ejercían los sevillanos también ayudaba al festival no ya de Popovic, sino de todo el Unics.
Los 32 puntos anotados por los rusos en los primeros diez minutos eran buena muestra de su enorme potencial, aunque, como decimos, el Cajasol también puso de su parte con el –lógico- desconcierto que estaba sufriendo.
Y los colegiados, a diferencia de ayer, tampoco ayudaban. Sin influir en el resultado, lo cierto es que la tripleta arbitral cada vez que tenía que pitar hacia un lado siempre lo hacía a favor de los rusos. Plaza se llevó una técnica mediado el segundo cuarto por protestar una falta bastante clara cometida sobre Paul Davis.
Pero los veinte puntos que supusieron la gran losa para los cajistas (40-20, min 15) no eran cosa de los árbitros. McCarthy había tomado, entre mediados del primer y del segundo cuarto, el relevo anotador de Lampe y Popovic; mientras que por el Cajasol, apenas un par de triples de Katelynas y de Calloway ponían un poquito de ilusión en sus filas.
El Cajasol llegó a soñar
No obstante, tras un tiempo muerto de Plaza el Cajasol, viéndose absolutamente perdido, se quitó la presión y los nervios de encima, y cambió la actitud hasta el punto de meterse de lleno en el partido. Aprovechando la entrada de varios reservas, los sevillanos activaron su defensa presionante al final del segundo cuarto, y en apenas un minuto recuperaron hasta seis puntos (51-36, min 20).
Y de perdidos al río, debieron seguir pensando los sevillanos tras el descanso. El Cajasol comenzó a ligar jugadas espectaculares ante la mirada de unos rusos probablemente algo relajados. Katelynas y Triguero volvieron a la pista “enchufados”, y en combinación con Satoransky enlazaron consecutivamente un alley-hoop del primero y un gran mate del segundo, tras el cual la diferencia había bajado hasta los siete puntos (55-48, min 25).
En esa fase del partido sólo los numerosos tiros libres y la aportación del pívot esloveno Hasan Rizvic salvaron al Unics Kazan de la remontada cajista. Seis puntos bajo el aro de Rizvic y varios lanzamientos desde la personal de Popovic devolvieron una renta tranquilizadora a su equipo, antes de que Calloway la volviera a dejar por debajo de los diez (71-62) con un triple segundos antes de que sonara la bocina del tercer cuarto.
Popovic y Lampe acaban con los sevillanos
Pero esa canasta fue el segundo principio del fin para el Cajasol. La tempranera eliminación de Rizvic devolvió a Lampe a la cancha antes de tiempo; y maldita fue la gracia para los sevillanos, porque el polaco volvió a asociarse con el “play-maker” Popovic para ajusticiar al equipo de Plaza. Ni más ni menos que catorce puntos para un total de 26, aprovechando las asistencias de su compañero a veces, y haciendo valer su potencia en la zona rival en otras ocasiones.
El canto del cisne llegó cuando, estando a diez, Kirksay tuvo una oportunidad para reducir la ventaja tártara a siete; pero el capitán erró el tiro desde más allá de 6,75, y Lampe no perdonó, para colocar al Unics catorce arriba. Un triple de Lyday (85-68) selló definitivamente el destino del Cajasol.
En la entrega de medallas, como era lógico, se notaba la decepción de los jugadores y del cuerpo técnico; aunque estamos seguros de que con el tiempo sabrán valorar la hazaña que ha significado llegar hasta la final en la presente Eurocup, el cuarto subcampeonato del equipo en su historia tras los dos de liga (96 y 99) y el de copa (99).
Mientras tanto, el Unics Kazan disfrutaba de su momento, el de la conquista de su segundo título de la ULEB/Eurocup tras el de 2004, y el de su definitiva clasificación para la próxima Euroliga. Popovic fue elegido el MVP de la “Final Four”, aunque el galardón también pudo haber recaído perfectamente en Lampe. Porque entre ellos, con la ayuda de McCarthy, se cargaron las ilusiones del Cajasol.
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