El saber estar siempre se ha visto reflejado en los trajes de novia de la realeza británica. Desde 1840, con la boda entre la Reina Victoria y el Príncipe Alberto de Sajonia, hasta el próximo enlace del presente 29 de abril entre el Príncipe Guillermo y Kate, siempre han aparecido reflejadas estas cualidades.
Podría haber utilizado un vestido de novia impresionante pero, en su lugar, optó por uno más simple hecho con satén de seda blanco. El príncipe Alberto, tenía un estatus más bajo que la Reina Victoria y, por esta razón, decidió un atuendo que estuviera más en concordancia con respecto al que llevó el novio.
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