Una noticia publicada en Paraguay por los medios asociados a la SIP y regados con los dólares del NED, así como bien aceitados por la publicidad pagada por USAID, sorprende por lo mucho que es capaz de omitir. No sin razón afirmaba Eduardo Galeano que el olvido siempre está lleno de memoria.
Según ABC color, “En la fecha se cumplen 50 años de creación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). El acto de celebración será a las 18:30 con la participación de la embajadora de los EE.UU. de América, Liliana Ayalde, en las oficinas de USAID/Paraguay (Juan de Salazar 647 c/Artigas, Asunción)”.
Añade que el evento ofrecido por la directora de USAID/Paraguay, Rose Rakas, contará también con la presencia de “autoridades nacionales, representantes de la sociedad civil, empresas y ONGs que han colaborado con USAID a lo largo de su presencia y cooperación en el país”.
Hablar en Paraguay de autoridades nacionales y representantes de las ONG que se autodenominan “la sociedad civil” es hoy mencionar a los mismos personajes. Sucede que casi en su totalidad el gabinete del cura presidente Fernando Lugo está integrado por usurpadores que se autodenominan “sociedad civil”, también eternos vividores de la embajada norteamericana de Asunción, instalados en las llamadas ONG, cuyos miembros se eligen a sí mismos y que, con tan débil respaldo popular, reclaman la totalidad de la representación social y por ende, funciones, derechos y privilegios que corresponden a entidades legítimas.
Sería difícil convencer a estos zoqueteros internacionales, quienes en el sumun de la incoherencia y caradurez se presentaron como referentes de la izquierda bolivariana en Paraguay, que así como hoy les abre sus grifos clientelistas USAID fue puntal operativo de las más sanguinarias dictaduras que asolaron a Latinoamérica en tiempos del Plan Cóndor.
Basta mencionar el caso del adiestrador de torturadores Dan Mitrione, enviado a realizar su trabajo en Uruguay con credenciales de dicha entidad.
Caballo de Troya para Evo y Chávez
Aunque por motivos de marketing y patrocinio, los gobiernos de Hugo Chávez y Evo Morales hayan participado del montaje del “marxista y bolivariano” obispo de los pobres, es imposible que ignoren que grupos como el “Movimiento Popular Tekojoja” o el Pmas, usaban como mamparas a las ONG “Gestión Local” y “Casa de la Juventud” para recibir fuertes sumas de USAID, en el marco de la campaña proselitista de Lugo.
En Venezuela, Cuba o Bolivia, el papel de USAID no ha sido tan amable con respecto a los liderazgos del “socialismo del siglo XXI”.
De acuerdo a lo señalado por Eva Golinger, en 2002 la USAID estableció en Caracas una Oficina para las iniciativas hacia una Transición (OTI) otorgándole un presupuesto de 10 millones de dólares para dos años. Contrató a una corporación estadounidense, Development Alternatives Inc. (DAI) para administrar su presupuesto y se abocó a realizar oposición a Hugo Chávez desde un conglomerado de grupos prebendarios denominados “Iniciativas para la construcción de confianza (VICC).
Actualmente, USAID financia a más de 380 organizaciones, grupos y proyectos con un multimillonario presupuesto con la finalidad de desgastar al gobierno de Chávez. Además de entidades venezolanas, la USAID financia las operaciones contra el gobierno bolivariano del IRI, NDI y Freedom House.
En la Bolivia del “compañero” Evo Morales, la USAID que tanto bien hace al Paraguay según el gobierno de Fernando Lugo, actúa de manera aún más siniestra. Su financiamiento supera los 120 millones de dólares anualmente, y desde finales del 2005, cuando Evo Morales ganó la presidencia, gran parte de esa suma se ha desviado a los sectores de la oposición y los movimientos separatistas en la región de Santa Cruz. También abrieron una OTI en Bolivia para reforzar el financiamiento de la oposición a Evo, y a los movimientos de la llamada Media Luna que buscan autonomía regional para debilitar al gobierno de La Paz.
Al contrario de Fernando Lugo, quien se pasa alabando a los personeros del imperio norteamericano en Paraguay y nombrándoles en altos cargos, Evo Morales ha denunciado las acciones de la USAID como de subversión y espionaje, alertando a la agencia estadounidense que si no deja de intervernir en los asuntos políticos del país, pudiera terminar expulsada como el embajador Phillip Goldberg, quien fue nombrado persona non grata por el gobierno boliviano en septiembre de 2008. Por esa época la misma embajada norteamericana había sido sede de una conspiración, junto a los movimientos separatistas, para desestabilizar al gobierno de Evo Morales.
En tanto esto sucedía en la vecina Bolivia, el cura Fernando Lugo ubicaba en los principales ministerios y dependencias de su administración a infiltrados de USAID, NED, IAF y otras entidades mamparas de la CIA, visitaba en Washington al saliente George W. Bush, enviaba a su ministro Rafael Filizzola para que firme acuerdos con Uribe, y realizaba excursiones de pesca apareciendo en la prensa en la misma canoa con la embajadora Liliana Ayalde.
Decía Marco Aurelio que la mejor manera de vengarse de un enemigo, era intentar no asemejársele. En este caso, Lugo no ha hecho mucho para intentar distanciarse de sus adversarios políticos, cuya misma política entreguista sólo ha profundizado.
Con este tipo de “compañeros” y aliados, vale la pena preguntarse para qué Hugo Chávez o Evo Morales necesitan inventarse enemigos.
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