Quienes sabemos que es mejor molestar con la verdad que complacer con adulaciones, siempre supimos que el proyecto “marxista y bolivariano” del cura Fernando Lugo incubaba el huevo de Stroessner. Eran los mismos publicistas, los mismos personajes enriquecidos al amparo de la autocracia neo-nazi, quienes se agazapaban detrás de unos seudo-izquierdistas hambrientos, cansados de vivir en la miseria de la militancia social y ávidos de mejorar su nivel de vida.
Ahora, en las puertas del vitaliciado, no podemos sino observar cómo este abigarrado grupo de oportunista recrea los mismos pasos con los cuales se gestó la dictadura perpetua de Stroessner.
En 1972, una mazorca de beneficiarios de la dictadura militar de Alfredo Stroessner en Paraguay, se había reunido con la finalidad de apuntalar el vitaliciado de su único Líder.
Decía la famosa declaración del “Acta de Ñeembucú” que “En clara coincidencia de principios y sentimientos nacionalistas de los presentes, se vierte conceptos laudatorios sobre el artífice del gran momento que vive el pais, el egregio conductor de los destinos patrios desde el 15 de agosto de 1954, el general de Ejército don Alfredo Stroessner, quien con su ejemplo de patriotismo sin límites, capacidad creadora y voluntad indoblegable, ha abierto una marcha que ya no será detenida jamás porque impone la trilogía imbatible del Gobierno, Fuerzas Armadas y Partido Colorado en la realización de los caros anhelos de un pueblo digno de este esplendor de paz, trabajo, bienestar y progreso acelerado”.
Tan admirable como la capacidad de estos chupamedias para cantar loas a su jefe era la debilidad que sentía el autócrata por la adulación, debilidad que le hacía creer en todo lo que estos tiralevitas decían o plasmaban en “actas” semejantes.
Así el Paraguay durmió una siesta de 35 años, arropada en una dictadura que se antojaba eterna.
El Manual de Stroessner
Hoy actores políticos llaman la atención en Paraguay sobre el plan que siguiendo el manual de Stroessner, llevan adelante los luguistas con el tácito beneplácito del cura Lugo.
“Están llevando al país a una grave crisis. No solo quieren forzar la violación de la Constitución, sino que pretenden saltarse la legitimidad del Congreso, único órgano institucional facultado a aprobar una enmienda” señaló un legislador ante los medios.
“No se puede interpretar la Constitución de acuerdo a la conveniencia de cada uno”, significó también.
Varios legisladores apuntaron además que la enmienda constitucional no puede habilitar la reelección, dado que lo excluye el artículo 267.
Según el Art. 269 de la Ley 834, inclusive el presidente del Congreso tiene la potestad de rechazar la iniciativa popular, si versa sobre las materias mencionadas en el Art. 267, que dice “quedan excluidas de la iniciativa popular las cuestiones relativas a la legislación departamental o municipal así como las materias mencionadas en el Art. 122 de la Constitución”.
El artículo de referencia señala “que no podrán ser objeto de referéndum las relaciones internacionales... las elecciones nacionales, departamentales y municipales”.
No solamente en la estrategia para lograr el vitaliciado es que Lugo se asemeja a Stroessner de manera tan sorprende. También en los puntales de su propaganda, dado que cotidianamente se jacta de sus “logros” en el tema energético, usando como caballito de batalla Itaipú, una represa construida por la dictadura de Stroessner con apoyo del Partido Colorado.
Las monumentales represas hidroeléctricas de Itaipú y Yacyreta, construidas por las dictaduras en tiempos del tenebroso Plan Cóndor, fueron la excusa para que los centros de poder mundial oxigenaran con créditos a personajes como Stroessner, Videla o los personeros de la dictadura militar brasileña, en retribución por el cumplimiento de sus deberes anticomunistas.
La identificación de Lugo con los intereses de la embajada norteamericana de Asunción, el Plan Colombia y los condicionamientos de USAID son cada vez más palpables.
En el Museo de la Memoria, lugar donde se exhiben reliquias de los perseguidos por las dictaduras del Plan Cóndor en la capital paraguaya, se han retirado todos los indicios de la acción norteamericana en la represión de las dictaduras pro-yanquis.
El hecho es significativo, sobre todo si se tiene en cuenta la alta dependencia de las dádivas de USAID, particularmente agudizada durante el actual gobierno de Fernando Lugo.
Vitaliciado viento en popa
Un diputado esclareció asi el plan de Lugo y sus incondicionales: “Van a aplicar el clásico manual stronista, primero, consiguen las firmas de sus leales en el gobierno y sus familiares, sumados a algunos campesinos hambrientos”.
“El siguiente paso es arrearlos hasta la plaza del Congreso, alimentarlos con vaka’i(Carne en conservas), entregarles unos carteles que digan ‘reelección ya’ para recitar después en coro: ‘nde jevýta mante Fernando’(nuevamente vos, Fernando), todo para seguir dilapidando los bienes del Estado”
Como resultados palpables de la gestión oficial pueden citarse los procesos judiciales que se siguen a Camilo Soares, Pablino Cáceres, Héctor Lacognata, David Yinde, etc., por corrupción administrativa.
Hoy los funcionarios encumbrados del luguismo ya tienen en su haber estancias, mansiones y cuentas abultadas en bancos del exterior, productos del saqueo cotidiano a las arcas del estado. Como resulta obvio, el vitaliciado apunta a seguir con la fiesta.
Es que como alguna vez lo expresó Mark Twain, Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.
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