‘El Legado del Valle’ es un thriller que relata las investigaciones de Arnau Miró sobre la muerte del único familiar vivo que le quedaba, su tía María, fallecida en extrañas circunstancias en su casa del Vall de Boí (Lleida), donde guardaba un objeto que podía cambiar la Historia de Occidente para siempre jamás.
Las ansias por destruir este objeto han provocado centenares de muertos a lo largo del último milenio, siempre con la pretensión de conseguir que la Humanidad no llegue a conocer nunca el Legado. Para desentrañar este intríngulis, Arnau tendrá que adentrarse en los oscuros recovecos de la Historia de España y Cataluña y unir las piezas de ese extraño rompecabezas, urdido a lo largo de muchos siglos.
Todo lo que antecede, que no es poco, son los mimbres con los que Jordi Badía Pérez (Barcelona, 1961) y Luisjo Gómez Álvarez (Barcelona, 1961) han construido su novela, recientemente editada por RBA. En la cafetería del Hotel Astoria de Valencia, mientras el sol ajusticiaba las calles de la capital del Turia y a sus transeúntes más osados, pude charlar durante unos minutos con los dos escritores barceloneses - aunque ellos no se consideren todavía como tales - acerca de su libro. Una charla a tres bandas: uno que pregunta y dos que responden.
‘El Legado del Valle’ es vuestra ópera prima.
Luisjo (LJ).- Sí. Antes habíamos escrito otras cosas que se quedaron en el cajón, pero ésta es la primera que publicamos. La verdad es que estamos encantados con RBA. Nos ha costado dos años escribirla, tras otros siete de investigación previa por parte de Jordi. Esperamos que no sea lo último que hagamos, porque tenemos un par de proyectos interesantes. De todos modos, por el hecho de haber publicado no nos sentimos escritores. Este es un término que nos queda muy grande. Además, en contra de lo que les ocurre a muchos autores, publicar para nosotros no ha significado un camino de espinas sino todo lo contrario.
A priori, escribir a cuatro manos se antoja dificultoso, ¿cómo os lo montáis vosotros?
Jordi Badía (JB).- Le pasé a Luisjo toda la documentación que disponía del Vall de Boí para preparar un libro de viajes. Y él me respondió que de guía de viajes nada, que íbamos a escribir una novela. Nos hemos comportado de acuerdo con lo que pensábamos que era lógico y normal entre dos amigos: uno ha entrado en lo que ha escrito el otro y viceversa. Todo lo hemos hecho entre los dos, aunque parece ser que eso no es lo habitual entre otras parejas de escritores.
LJ.- Una buena parte de la novela ha sido escrita en restaurantes de Barcelona donde quedábamos para comer. Pedíamos dos mesas, abríamos nuestros ordenadores, comíamos y trabajábamos. Muchas páginas de la novela se han corregido de esta manera.
JB. Ahora que se ha publicado ‘El Legado del Valle’, en nuestras familias y en nuestros trabajos respectivos ya entienden que esto puede ser una ocupación más para los dos.
Por lo que veo, los conceptos de concentración y silencio, tan caros para otros escritores, no van con vosotros: lo vuestro es la escritura pública.
LJ.- Efectivamente, no existen, lo nuestro es la escritura pública y sin notarios [risas], Y además con el comentario añadido de algún camarero.
¿Qué fue antes el amor al Vall de Boí o el interés por los cátaros?
LJ.- Aquí el que me trasladó su amor por el Vall de Boí fue Jordi y yo lo asumí. En mi caso, el interés por los cátaros es previo a este amor por el Vall.
JB.- En el Vall de Boí surge una serie de preguntas que se convierten en un enigma. Empezamos a investigar y a recopilar material y todo eso nos llevó a escribir la novela. Y hemos hecho una novela porque no somos historiadores.
| Jordi Badía y Luis Gómez
| ¿Por qué fue tan importante el Vall de Boi?
JB.-. El Vall de Boí es lo que consideramos un baluarte inexpugnable, pretendido por condados vecinos, y que jamás pudo ser invadido hasta su caída definitiva en el siglo XIV. Era como la aldea de Astérix. Esta circunstancia le permitió disfrutar de un nivel sociocultural y de bienestar mucho más alto que el de otras zonas.
Con tanto que se ha escrito, y publicado, sobre cátaros y templarios, ¿todavía quedan secretos por descubrir?
LJ.- Uff, se han dado tantas vueltas de tuerca en este sentido…
JB.- ‘El Legado del Valle’ es una novela con una trama contemporánea, aunque efectivamente hay capítulos medievales donde aparecen los cátaros y los templarios, pero también hay capítulos más modernos, los que se desarrollan durante la Guerra Civil española, en los que salen fascistas y rojos.
En ‘El Legado del Valle’, los cátaros y templarios son muy buenos y los demás muy malos, ¿no?
LJ.-Tienes razón. En ese sentido pecamos de un cierto maniqueísmo. Esta novela es de buenos y malos, de héroes y villanos, no hay posturas intermedias. Nosotros defendemos a los cátaros frente a la Iglesia Católica, radical y ultramontana, que lideró una cruzada, que consideramos injusta, contra ellos y de la que todavía no ha pedido perdón.
JB.- Sostenemos que la interpretación del mensaje que nos deja el Románico es diferente de la oficial y que su contenido se encuentra más próximo a los cátaros. En pleno siglo XX, el pantocrátor de Sant Climent de Taull fue censurado. Sabemos quién lo hizo, cuándo y por qué. Todo eso está novelado y el antagonismo existente con la Iglesia de Roma nos venía perfecto a la hora de escribir.
| Portada del libro
| ¿Quién de vosotros dos es Arnau Miró, el protagonista de la novela?
JB.- Ninguno de los dos es Arnau. Y tampoco somos Charlotte [risas]. Hay detalles autobiográficos pero sólo son pinceladas. El trabajo que desarrolla Arnau en Uganda me lo propusieron a mí, pero no lo acepté. Sin embargo, como nos venía bien tener al protagonista alejado, pues aprovechamos aquella experiencia mía y la incluimos en la novela.
¿La presencia cátara en Catalunya parece más intensa que en otros lugares de España?
Sin duda que sí. En Cataluña existe la llamada Ruta dels Bons Homes (Ruta de los Hombres Buenos), que nace en la Cerdaña y que utilizaban secretamente los cátaros para no ser apresados y ejecutados. Incluso los nazis pensaban que Montsegur, la mítica ciudad cátara, podía ser Montserrat. Por ello, en 1942, Himmler visitó la abadía para ver qué podía encontrar allí.
Pero no encontró nada y, además, creo que le robaron la cartera.
LJ.- Efectivamente, en pleno apogeo del poderío del III Reich en Europa, a Himmler le robaron su portafolios en un hotel de Barcelona. Aquí somos así y aquí estamos para hacer lo que sea menester [silenciosas risas por lo bajini].
Alguien por ahí ha definido ‘El Legado del Valle’ como un thriller histórico-conspirativo, ¿qué es un thriller histórico-conspirativo?
JB.- Fue la editorial RBA quien dio esa definición. Realmente es un thriller contemporáneo, diría yo, con capítulos históricos que explican por qué al protagonista le cambia la vida a causa de una herencia. Y también es conspirativo porque hay sectas y conspiraciones. Creo que los dos compartimos esa denominación.
LJ.- De acuerdo con Jordi, la definición no es patrimonio nuestro pero la suscribimos plenamente.
La novela está organizada en base a dos líneas paralelas, que en algún momento convergen. ¿Esta estructura es de cosecha propia o sugerida por alguien?
LJ.- No hemos recibido sugerencias en ese sentido, salvo nuestras propias iniciativas. La novela tiene dos partes y queríamos una gestación que fuera trepidante, rápida, que se desarrollara en diez días, reforzada con hechos constatables que contuvieran personajes actuales, para darle un mayor viso de realidad y acercarla más al lector. A través de la novela tratamos de romper una lanza contra la intolerancia religiosa. Afirmamos que existió un acercamiento entre los templarios, que lucharon en territorios de ultramar, y los musulmanes, con los que, de alguna manera, llegaron a un entendimiento y adoptaron posturas de convivencia. Esas posturas se trasladaron al catarismo que se desarrolló en el Languedoc.
JB.- Hay obras incluso románicas que ya hablan de este acercamiento.
Incluís en el texto una serie de músicos como Van Morrison, Steve Hacket o Peter Gabriel entre otros, cuyas canciones suenan a lo largo de la novela, ¿tiene banda sonora este libro?
JB.- Sí, sí que la tiene. Estamos permanentemente rodeados de música y está tan integrada en nuestra vida que no nos damos cuenta. Los temas que aparecen son piezas musicales que nos gustan y que hemos querido trasladar el libro. Hay una docena de canciones y un proyecto de hacer una banda sonora, pero por asunto de derechos está paralizado actualmente.
LJ.- Hemos tratado de añadir los sentidos a la novela. Vazquez Montalbán incluía en sus libros restaurantes y guisos que se olían mientras el lector leía. Nosotros queremos que quien lea ‘El Legado del Valle’ recuerde que Billie Holiday está allí y que eso le produzca un mayor acercamiento al texto gracias a la música.
Terminamos, ¿vuestros proyectos futuros van por el registro histórico también?
LJ.- Hay uno que sí y otro que no. Aunque esta novela es redonda, los franceses dicen ronde, y está cerrada, disponemos de una segunda parte. Si esta segunda parte no existiese, no ocurriría nada porque nuestra novela es absolutamente independiente, como un spin off.
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