Se ha dicho que nuestra sociedad ha llegado a un límite que ya no adora al becerro de oro, sino al oro del becerro, y eso aunque este becerro ya no esté hecho del preciado metal. Un ejemplo es la adoración servil a la cultura imperialista que siguen promoviendo los adictos al imperio norteamericano en Paraguay, con el cura Fernando Lugo y sus secuaces a la cabeza, aunque su misma meca haya estado esta semana al borde del Default.
La campana salvó del KO a Obama cuando la Cámara de Diputados del Congreso de Estados Unidos aprobó sobre la hora el acuerdo entre demócratas y republicanos para elevar el techo del endeudamiento y evitar el default. Sin embargo, la resolución también prevé recortes por hasta 2,4 billones de dólares en el gasto público en los próximos diez años.
Si no se alcanzaba un acuerdo, Obama, corría el riesgo de quedar imposibilitado de pedir más dinero prestado después de llegar al tope de 14,3 billones de dólares.
La situación es muy distante en otros países considerados periféricos como Argentina, donde el sentido común de enviar al FMI y su corifeo de paseo dio como resultado éxitos inusitados en lo que a estabilidad y crecimiento económico respecta. En Paraguay, la economía sigue estando bajo la atenta mirada de estos organismos de la usura internacional, a través de su más visible personero, el ministro de Hacienda Dioniso Borda.
Una Izquierda con ropaje extranjero
Según la guerrilla marxista del EPP, que curiosamente enfrenta a un gobierno de “izquierdas”, el del marxista y bolivariano “obispo de los pobres” Fernando Lugo, la izquierda reformista del luguismo “actúa como extranjera en su propia patria. Es una izquierda que subestima lo nacional y sobreestima lo extranjero, no ha logrado encarnar sus ideas con ropaje paraguayo y últimamente, devenida en gobernante por medio de una alianza con el liberalismo oligárguico y el clericalismo católico reaccionario se ha convertido en la mejor arma d ela oligarquía y el imperio contra los trabajadores, contra el pueblo”.
No podía ser de otra manera, dado que la mayoría de los funcionarios del gobierno del cura Fernando Lugo, tienen el único común denominador de la lealtad a la embajada norteamericana, su principal fuente de financiación e inspiración para “nobles causas” que justifican los embolsos.
Según el EPP, para esta izquierda de utilería “la democracia burguesa es algo aún no consumado en Paraguay, tiene una visión fantasiosa de la democracia burguesa, la quiere perfeccionar”.
Los reformistas paraguayos viven de cara al pasado, observa el EPP. Los domina “el temor de una regresión dictatorial; no viven de cara al porvenir”. Según ellos, criticar la democracia burguesa-imperial y luchar contra ella es colaborar para la regresión a una dictadura oligárquica.
“La dictadura ha dejado de existir en la realidad pero su espectro sigue dominando la conciencia y la conducta de los miembros de la izquierda reformista. El pasado domina sobre el porvenir”.
“Sus mentes solo se mueven dentro de una antinomia democracia oligárquica-imperial o dictadura oligárquica-imperial”.
Estas limitaciones son compresibles, sobre todo si recordamos a la tantas veces citada frase del libro “La agresión permanente” de Eva Golinger: “No hay que tener ninguna duda que aquellos que reciben los fondos de las agencias como USAID, NED, NDI, IRI y Freedom House, o el entrenamiento del Instituto Albert Einstein u OTPOR, son agentes del imperio estadounidense; son sus lacayos, sus portavoces y siempre estarán bajo su control y dominación”.
Tiernos gatitos sedosos del imperio
Sobre algunos pocos miembros de la izquierda consecuente que pasaron a engrosar las filas de la falsa izquierda del cura reaccionario Fernando Lugo, el EPP discierne que “esos aspirantes a revolucionarios han fracasado estrepitosamente al seguir ciegamente al reformismo inconsecuente hasta el punto de no diferenciarse de ellos. Se han convertido en tiernos gatitos sedoso del imperio”.
No podía ser otro el destino de quienes abandonaron la causa popular para acompañar a “los curas católicos” y sus ideas oscurantistas, un clero católico que al decir del EPP “tiene entre sus filas a un Livieres Bank o a un “con permiso” obispo Lugo”.
Vastas áreas de la realidad mencionada por el EPP son declaradas inexistentes en el Paraguay de hoy por la aceitada maquinaria que predomina en su superestructura cultural. Una aceitada maquinaria de triturar utopías y esperanzas, y fabricar falsos izquierdistas a través de la prensa dicta a un imperio al borde del default.
Ante ellas, unos pocos radicales se esfuerzan por luchar contra la vergüenza que se quiere imponer a quienes son utópicos, porque sólo a través de las utopías, como decía Marcusse, puede comprenderse cabalmente la realidad y tener esperanzas de cambiarla.
|