Resulta difícil encontrar un palmarés similar, en el mundo de la Copa Davis, al del tenis español en tan corto intervalo de tiempo. Con la de 2011 es ya la quinta "ensaladera" en apenas doce años, algo realmente inesperado antes de la llegada de la primera, allá por el año 2000. Y como debe ocurrir para que sepa mejor, todo triunfo que se precie debe venir acompañado de una buena dosis de emoción y sufrimiento. Porque eso exactamente es lo que ha ocurrido en la victoria, tremendamente emotiva y trabajada, de Rafa Nadal sobre un muy batallador Juan Martín Del Potro. Tiene un mérito enorme lo que ha hecho esta tarde el número 1 argentino y 11 del mundo, porque es tremendamente difícil, más tras las cinco horas del viernes ante Ferrer, poner en apuros a todo un Nadal, mejor jugador de la historia en tierra batida, sobre el polvo de ladrillo y en su propio país. Pero esta Davis, por justicia divina con él mismo, debía cerrarla Rafa; y así lo ha hecho después de más de cuatro horas de batalla -1-6, 6-4, 6-1 y 7-6(0)-, en un encuentro que ha tenido todos, pero absolutamente todos, los ingredientes de los mejores choques del torneo por equipos más importante del tenis mundial. Rafa tarda en "entrar" en el partido Nadal, presentado como todo el equipo a ritmo de "Rocky", cuenta con diez títulos de Grand Slam y dos años como número 1 mundial; pero nunca había tenido la oportunidad de sentenciar un título de Copa Davis. Y éste, como decimos, le ha costado sangre, sudor y lágrimas. El manacorí prácticamente ha estado "ausente" durante todo el primer set. Ha empezado bien, con un break gracias a dos dobles faltas de Del Potro, pero luego ha enlazado siete juegos -los seis que le ha ganado el argentino en el primer set más el primero del segundo- en los que no sabíamos si era realmente él y no un doble el que estaba sobre la pista central del Estadio Olímpico de Sevilla. Ha sido un set, no obstante, de resultado un poco engañoso porque todos los juegos fueron muy disputados -de hecho, pese al 1-6, ha durado una hora y un minuto-; aunque en ellos Del Potro se mostró algo menos errático y más afortunado -su "matrimonio" con la cinta ha durado hasta el "tie-break" del cuarto set-. Los fallos de Nadal y las derechas conectadas por el tandilense gracias a las bolas que constantemente le dejaba Rafa a media pista han llevado en cierto modo a temer por el triunfo español. No obstante, todo iba a depender de cuándo consiguiera Nadal "entrar" en el partido. Y eso ocurrió en el segundo juego del segundo set. Con un "break" abajo en la segunda manga, Rafa ha logrado romper el servicio de Del Potro y, acto seguido, ganar el suyo por primera vez en todo el partido, después de cuatro intentos. Habrá que mirar cuándo ha perdido el número 2 mundial tantos juegos seguidos en tierra, además de su saque cuatro veces seguidas. Poco a poco Nadal ha ido creciendo hasta ganar el set por 6-4, quebrando el servicio del tandilense. La afición española, eclipsada hasta ahora por la argentina, comenzó a hacer la ola, y más aún cuando el ciclón llamado Nadal pasó por encima de su rival albiceleste en un set, el tercero (6-1) tras el que prácticamente todo el mundo comenzaba a poner hora al recibimiento de la copa -el set ganado por Del Potro eliminaba la posibilidad del quinto partido en caso de victoria española-. Sobre todo cuando, en el inicio del cuarto, Rafa volvía a hacerse con un "break". El espíritu de la Davis, resumido en un set Lo que ha ocurrido de ahí en adelante resume perfectamente cuál es el espíritu de los partidos de Copa Davis: emoción, alternativas, irregularidad por los nervios, orgullo nacional... y el papel jugado por el público. No los aficionados españoles, sino la hinchada albiceleste. Los aficionados visitantes, absolutamente callados durante set y medio, han retomado sus cánticos cuando parecía que "Delpo" estaba "muerto", levantando a su jugador con unos cánticos que, con la correspondiente respuesta española, han detenido el juego durante algunos minutos. Juan Martín, animado y recuperado, ha enjugado el "break" de Rafa y, tras una sucesión de roturas y de irregularidad, ha llegado a disponer de 3-5 y saque para forzar un dramático quinto set. Nadal volvía a ser, sobre todo al saque, el jugador deficiente del primer set; pero cuando todos le dábamos la manga a su rival, se ha recuperado como los grandes campeones, ha recuperado su servicio con un punto de maestro, y se ha colocado, tras una nueva rotura, con 6-5 y servicio para ganar la Davis. Entre medias, un "warning" del juez de silla, el francés Pascal Maria, al equipo argentino porque su hinchada, posiblemente la mejor del mundo a la hora de animar, estaba comenzando a pasarse de verdad. No obstante, un set tan loco no podía terminarse tan "pronto"; la lucha del equipo argentino, además, no lo merecía. Del Potro sacó arrestos y grandes golpes para volver a quebrar el servicio de Nadal y forzar el "tie-break"; mas fue su "canto del cisne". En la muerte súbita el aplomo de Nadal, algunos errores de "Delpo" y una oportuna cinta con 2-0 para Rafa -la única favorable al español, en el mejor momento- han quebrado definitivamente la resistencia de un guerrero, como lo es el número uno de Argentina. Algo más de cuatro horas después de comenzar, un 7-0 en el "tie-break" del cuarto set ha certificado la victoria de Rafa, la quinta Copa Davis para España y, quién sabe, si también un "último baile" juntos de este grupo de jugadores que tanta gloria le está dando al tenis español a lo largo de estos años. De momento Nadal no jugará la Davis en 2012, mientras que Ferrer y Feliciano López se lo están pensando. Ya habrá tiempo, pese a todo, de pensar en el futuro. Ahora toca disfrutar con la quinta "ensaladera" -repetimos, la quinta- en doce años para el tenis de nuestro país.
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