Han pasado algo
más de veinticuatro horas ya de la consecución de la quinta Copa Davis, un hito
histórico para nuestro tenis, cuyo equipo nacional masculino iguala las cinco
Copas Federación logradas por nuestras chicas en los años noventa, durante la era
de Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez.
Un
acontecimiento que este humilde periodista que les habla ha tenido la gran
suerte y el enorme placer de vivirlo “in situ” en el sevillano Estadio Olímpico
de la Isla de La Cartuja como redactor de Diario Siglo XXI, y cuyas conclusiones e impresiones
particulares se dispone a exponer, como punto final a este memorable fin de
semana tenístico.
Por lo
general, refiriéndonos tanto a lo deportivo como a lo profesional, no nos
podemos quejar. Todo ha salido estupendamente en algunos casos, y bastante bien
en otros; sin embargo –no podemos evitar comentarlo- también ha habido algunos
aspectos negativos, los menos pero que, por suerte o por desgracia, hay que
reseñar.
LO MEJOR:
- El tenis español. Parece algo de Pero
Grullo, pero lo más positivo de todo ha sido, no podía ser de otra forma, que
el equipo español de Copa Davis haya demostrado, una vez más, que si es el equipo
número 1 del ranking no es por casualidad.
Cinco
títulos en doce años –a caballo de dos estupendas generaciones- y tres de las
cuatro últimas ediciones son suficiente aval como para que estos jugadores, tal
y como hiciera el sábado Emilio Sánchez Vicario, pasen a engrosar la lista del “Hall
of Fame” de la Copa Davis.
- Rafa Nadal. Actualmente en el número
dos del ranking de la ATP, acumula un total de diez títulos de Grand Slam, y 102
semanas como número uno, 56 de ellas consecutivas –así le presentaba el “speaker”
oficial antes de sus dos encuentros-; pero hasta ayer no había tenido la
oportunidad de “cerrar” una final de Copa Davis.
Le costó
porque Del Potro le hizo sudar incluso más de lo que muchos pensábamos, pero la
justicia le debía una de éstas, y por ello ayer “Rocky” Nadal pudo vivir en sus
carnes el placer de dar a España el punto decisivo.
Además, Rafa
es el único jugador que ha intervenido, de una forma o de otra, en los cinco
títulos, ya que a las tres finales jugadas y ganadas -2004, 2009 y 2011- hay
que sumarle también de manera oficial el éxito de 2008 al participar en
anteriores eliminatorias; mientras que en 2000, con apenas 14 años, fue el
abanderado de los Ferrero, Costa, Corretja y Balcells.
- David Ferrer. Es el mayor “gladiador”
del tenis español, un currante que se ha ganado a pulso ser el número 5 del
mundo, y que en las citas históricas siempre suele hacer honor a su apellido, “Ferru”.
El “hombre
de hierro” (Ferrum=hierro en latín), fiel a su cita, hizo el viernes ante Del
Potro lo mismo que contra Andy Roddick en la semifinal de 2008, Radek Stepanek
en la final de 2009, y Mardy Fish –aunque contra éste no agotara los cinco
sets- en los cuartos de final de este mismo año: ganar un punto realmente épico
y maratoniano. En Sevilla, una vez más, demostró que, tal y como titulamos en
la crónica, a la heroica siempre gana él.
- Juan Martín Del Potro. Como
representante del excelente trabajo realizado por el equipo argentino pese a la
derrota -por lo que les felicité personalmente en la comparecencia de prensa de ayer-, Del Potro puso en apuros a los dos mejores jugadores españoles en una
superficie que no favorece tanto su espectacular juego con la derecha.
Especialmente
meritoria fue la tremenda lucha que tuvo ayer contra el mejor jugador de la
historia de la tierra batida, Rafa Nadal, lo que nos hace pensar que, a poco
que en 2012 disponga de un mínimo de regularidad competitiva y las lesiones
dejen de lastrarlo, estará como poco entre los cinco primeros de la ATP.
Además, para
qué negarlo, con su competitividad, su lucha, su orgullo, su forma de encajar
las derrotas y sus declaraciones en las ruedas de prensa es un jugador que,
personalmente, me ha ganado para la causa.
- El ambientazo en el Estadio Olímpico. Impresionante. No fueron
los 27.700 espectadores que se decía, pero sí unos 23.400 de media entre
viernes y sábado, y casi 24.600 ayer. El público sevillano y español, como
siempre, estuvo excelente, pero aquí hay que hacer una mención a las “barras”
argentinas, las mejores a la hora de animar del mundo entero.
Un total de
3.000 aficionados venidos desde el otro lado del atlántico, que no cesaron de
expresar los cánticos habituales de la hinchada deportiva albiceleste y que, como
suele ser habitual en ellos, fueron realmente inasequibles al desaliento.
Aunque, todo hay que decirlo, con una “mancha”: en el cuarto set de ayer se
pasaron; tanto que el juez de silla, el francés Pascal Maria, tuvo que
amonestar al equipo argentino. Es decir, al visitante; algo muy poco habitual
en la Davis.
- El trato humano a la prensa. No nos
podemos quejar. El trabajo de los voluntarios y demás personas encargadas de la
zona habilitada para la prensa ha sido excelente, y desde aquí me gustaría
darles las gracias públicamente a todos ellos.
Además,
también querría agradecer muy especialmente las atenciones de Manuela Pulido,
responsable del Departamento de Comunicación de la RFET –gracias directamente a
ella nuestro periódico ha intervenido en las ruedas de prensa cuatro de las
cinco veces en las que se lo han permitido-, y de nuestra compañera en Diario
Siglo XXI y ayudante de prensa Estrella Rojo.
LO “MENOS BUENO”:
- Los defectos de organización. Que en
medio de tanta fiesta los ha habido, y serios. Es inadmisible, por ejemplo, que
aparecieran goteras el viernes por la mañana en la cubierta de la pista, con el
único “chaparroncillo” que ha habido a lo largo de toda la semana, lo que puso
en peligro por momentos el comienzo de la final.
Como tampoco
se puede pasar por alto la cantidad de localidades que se han vendido con
visibilidad no reducida, sino reducidísima; localidades que se correspondían
con las tribunas laterales superiores del estadio, ubicadas a la misma o a
mayor altura que el techo de la pista habilitada.
Y, en el
caso de la prensa, el que en las cabinas de radio no hubiera, al menos el
primer día, ni monitores de TV, ni Internet, ni tan siquiera la posibilidad de
ver alguno de los marcadores por la construcción y ubicación de las mismas.
Varios periodistas españoles y argentinos se llegaron a quejar por ello.
Por no
hablar también, quizás en un ámbito más secundario, de que los redactores de
los medios escritos y digitales nos quedamos a última hora sin acreditaciones
para el parking de prensa porque el Ayuntamiento de Sevilla, dirigido por el
señor Juan Ignacio Zoido –y no tengo nada contra él-, habilitó bastantes menos
plazas de las que se prometieron en un principio; siendo concedidas éstas por
el personal del gabinete de comunicación –con muy buen criterio, que conste- a
las radios y las emisoras de TV, por los diferentes equipos que debían
transportar.
- La actuación del “doble” español. El
partido de Feliciano López y Fernando Verdasco, como en la semifinal de Córdoba
ante Francia, fue sencillamente para olvidar. El toledano confesó el sábado, a punto de
echarse a llorar, que había sido su peor actuación en la Davis; mientras que el
madrileño, por lo general, no ha tenido su año.
Pero no
estoy para nada de acuerdo con los excesivos palos que algunos se han apresurado
a darles. Como pareja han ganado a lo largo de su recorrido en la Davis puntos
importantísimos –entre ellos los de las finales de 2008 y 2009-, mientras que
este año, en la primera ronda, vencieron fuera de casa a los belgas Steve
Darcis y Olivier Rochus.
No creo que,
continúen o no en el equipo, estén acabados para la Davis; además no hay que
olvidar que su estilo como jugadores no es el que mejor se adapta al polvo de
ladrillo. Algo que queda demostrado viendo que sus mejores actuaciones de
siempre, tanto en el “dobles” como en los individuales –sobre todo por parte de
Feliciano López- han llegado siempre en las pistas más rápidas; es decir, fuera
de casa.
- El posible fin de ciclo/año sabático de los
jugadores. No nos gusta, pero no podemos por menos que comprender lo que
ayer atisbaron en la rueda de prensa los componentes del equipo nacional. No
obstante, por lo menos en el caso de Rafa que es el más joven de todos, en 2013
volveremos a albergar esperanzas de verlos de nuevo, aunque no sea a los cuatro
juntos, como dijo Ferrer.
Son aspectos
que, pese a todo, no deben empañar lo principal: que este fin de semana se ha
vivido en Sevilla una gran fiesta deportiva y sociocultural en la que todos
hemos disfrutado; en la que españoles y argentinos –jugadores, prensa y
aficionados- hemos vuelto a demostrar que estamos hermanados; y en la que, para
nosotros, lo mejor es que se ha terminado saldando con una nueva Copa Davis
para España. Y por todo ello, no sólo por esto último, ha merecido la pena prácticamente
“vivir” a lo largo de estos tres días en el Estadio Olímpico de La Cartuja.
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