La regata, nueva novela de Manuel Vicent (Castellón, 1936), tiene como trasfondo el Mediterráneo, mar siempre querido y añorado por el escritor cuando está lejos de él, y en la que reflexiona sobre el paraíso perdido que, un día, decidimos perder.
Esta novela, además, es el libro más marinero de Vicent, pues su trama es un viaje a vela, pleno de sol, salitre y sensualidad a flor de piel, aunque el mar no sólo es en esta obra la superficie rutilante, azul y centelleante, sino que también posee una profunda y turbia negrura, aspecto menos bello y sereno que forma parte de la narración como trasfondo narrativo inquietante y oscuro. El Mediterráneo ya fue también el telón de fondo de otras de sus más importantes novelas como Tranvía a la Malvarrosa (1994), Son de Mar (Premio Alfaguara 1999) y León de ojos verdes (2008).
Todos conocemos la larga y fructífera carrera literaria de Vicent y su maestría narrativa para describir ambientes y atmósferas, pero La regata muestra que es capaz, como ningún otro autor, de mezclar la sátira social y la intriga, sin renunciar por ello a un tono alegre y festivo, como puede ser una regata en el bello, milenario, luminoso y siempre sorprendente Mediterráneo; y, al mismo tiempo, hacer una aguda y lacerante denuncia de la corrupción que sufre la costa desde hace muchas décadas, retratar la lujosa y huera vida de los nuevos millonarios, sin olvidar las vidas malogradas y las tragedias personales y colectivas que terminan naufragando, metafórica y realmente, en ese mar insondable y prolífico como es el Mediterráneo.
La trama de La regata mezcla personajes de toda índole y condición, desde el veterano empresario Pepe California y su amante, la joven actriz Dora Mayo, que destaca por su belleza, quienes deciden participar en la regata a través del Mediterráneo a bordo del velero que el empresario ha conseguido gracias a sus ganancias provenientes de la primera guerra del Golfo.
Sin embargo, los planes de la pareja se ven trastocados por la súbita muerte del empresario en plena noche de amor, ayudado por la Viagra, que le lleva a quedarse fulminado en un momento de la relación amorosa para la que ha conseguido que la joven actríz le permitiera atarla a la cama. Ella consigue escapar de sus ataduras y regresa a Madrid. Allí consigue ser la elegida para ser la protagonista, Lisistrata, en una obra financiada con la tarjeta del empresario fallecido.
La vida en la costa sigue adelante en su frivolidad, superficialidad y hedonismo barato. La regata de la que ya no podrán gozar los dos amantes, ha partido de Circea a primeros de agosto. En ella participan otros personajes típicos en la realidad social y económica española: el ex ministro dado a la vida social, el cirujano plástico famoso, el abogado de cara factura y gustos elitistas, así como el constructor que ve oportunidad de negocio rentable en cualquier terreno urbanizable por explotar.
Además de los personajes citados, se encuentra la figura de Ismael, escritor novel que intenta escribir una crónica de la travesía. Conoce bien el Mediterráneo desde que era niño y se pregunta si será el mismo mar, ese paraíso puro e irreductible que guarda en su memoria. Sobre todo, se pregunta si será capaz, durante la navegación, de vivir al margen del ambiente que lo rodea, esa fantasmagoría turbia en la que se mezclan los intereses espurios, la ambición, el deseo y la absoluta banalidad. Sólo Laia, la pelirroja compañera de travesía, será su único apoyo para conseguir llevar a cabo su escritura.
Fuera de la anécdota que es toda historia narrada, La regata es una reflexión sobre el deterioro de la Naturaleza, en este caso la costa mediterránea, los turbios intereses que están detrás y la sociedad que pulula en sus costas en busca de placer, vida fácil, sol y mar, sin darse cuenta de que éste siempre pasa factura al loco quehacer de los hombres, movidos por la ambición desmedida, su falta de escrúpulos y la ceguera que los lleva a destruir a la Naturaleza de la que todos formamos parte.
Excelente novela es esta que muestra lo mejor de Manuel Vicent, su ironía siempre lúcida e inteligente, y su excelente prosa en la que parece brillar el esplendor de un mar al que parecen querer apagar su fulgor, definitivamente, quienes lo explotan, y a sus costas, sin ningún tipo de reparo.
La Regata, Manuel Vicent, Editorial Alfaguara, Madrid, 2017, 240 páginas
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