Hace ya varios años advertí que la izquierda hacía un mal negocio promocionando al cura Fernando Lugo, dado que se agazapaban detrás de su falsa imagen de impoluto referente moral y de la teología de la liberación, los reaccionarios y voraces propietarios de medios de Paraguay.
Hace tiempo el mundo se dio cuenta que Lugo no era impoluto referente moral, sino un cura libidinoso que deshonraba a su investidura de obispo revolcándose con parroquianas y menores indigentes de la zona de su obispado, al lloverle demandas por paternidad irresponsable. Más adelante el mismo Leonardo Boff se desentendió, en respuesta escrita a Tácito Loureiro, de la supuesta filiación de Lugo con la manoseada teología de la Liberación.
Sin embargo, todas estas decepciones no han desanimado a quienes siguen repitiendo como una letanía el deshilachado libreto del “obispo de los pobres, marxista y bolivariano” aliado a USAID, los medios subsidiados por el NED y la prensa afiliada a la SIP.
El persistente retraso al ingreso de Venezuela al Mercosur, que el mismo Lugo se encarga de sabotear aunque aparezca en los medios diciendo lo contrario, solo demuestra que decíamos la verdad cuando años atrás advertíamos que este cura reaccionario constituiría en realidad un gran fiasco para la izquierda, y un caballo de Troya al proceso de integración regional.
Hábiles pescadores en río revuelto, agentes del consenso de Washington y enemigos declarados del MERCOSUR pretendieron así hacerse pasar por "izquierdistas" para alcanzar el poder en Paraguay, en ancas del impulso de izquierdas y el Socialismo del siglo 21. Luego se sabría a través de las filtraciones de Wikileaks, que la izquierda en realidad había entronado a un personaje a quien James Cason describía como un futuro aliado de Estados Unidos, útil para dividir a los bolivarianos con su estilo “moderado”, cuyos principales asesores sólo fingían simpatía por Chávez por dinero, y que solicitaban equipos de espionaje en la embajada norteamericana para combatir a sus antagonistas políticos.
Mal operador político
El cura Fernando Lugo, quien llegó al poder impulsado por grupos antagónicos a la revolución bolivariana y a su líder Hugo Chávez, fue un mal negocio para Venezuela, y ello ya es notado por importantes referentes políticos paraguayos.
Roberto Campos, presidente del Partido Patria Querida, aseguró ayer que Fernando Lugo es el peor negociador político que Hugo Chávez puede tener para facilitar su ingreso al Mercado Común del Sur.
Campos, parlamentario del Mercosur, señaló que el mandatario no tiene la “cintura política” para hacer negociaciones, y hace alusión a la firma del acuerdo que efectuó sin antes consultar internamente en el país.
“Si hoy buscáramos en el espectro político interno en el Paraguay, el peor operador político que tiene Hugo Chávez para que Venezuela entre al parlamento del Mercosur es Fernando Lugo" afirma el referente del importante partido político con representación parlamentaria.
(http://www.abc.com.py/nota/el-peor-negociador-de-chavez-es-el-presidente-dice-campos/)
Desde la llegada de Lugo al poder, todos los planes bolivarianos en Paraguay se han estancado, y debido a ello el impulso chavista perdió fuerza en la región.
Profecías sobre un falso profeta
La desilusión la vaticiné cuando años atrás anuncié que con semejantes patrocinadores, Lugo jamás lograría metas progresistas. Mis vaticinios se basaban en dos tesis centrales:
1) Fernando Lugo fue una creación de la embajada norteamericana de Asunción, las ONGs solventadas por ésta, y los amigos que posee en los medios del NED y la CIA.
2) Fernando Lugo es, fue y siempre será, un gran farsante. Cuando saltó a la arena política el obispo Fernando Lugo sus tendenciosos allegados lo presentaron como incuestionable portador de credenciales izquierdistas y con una supuesta militancia en el movimiento de la
Teología de la Liberación a cuestas.
Pero pronto algo empezó a oler mal en Dinamarca cuando los sectores más retardatarios de la sociedad paraguaya, como los Maccartistas propietarios de medios de comunicación que prosperaron empresarialmente gracias al dictador anticomunista Alfredo Stroessner, saludaron con grandes espacios y favorables comentarios la supuesta inédita incursión de izquierdas en un mundillo dominado desde hacía más de un siglo por exponentes de la más reaccionaria derecha. Desde el inicio del gobierno luguista, estos propietarios de medios han centrado sus ataques en la persona de Hugo Chávez antes que en Lugo, haciendo que el discurso de la clase política dirija su artillería contra el proceso bolivariano prácticamente olvidando lo que sucede en Paraguay.
Alianzas regadas con dinero público
Desde un inicio, Lugo dejó en claro que lo único que le interesaba es tener buena prensa, y para ello recurrió a alianzas con propietarios de medios reaccionarios, como Aldo zucolillo, quien hoy recibe solo por suscripciones desde las oficinas de Itaipú, unos treinta millones.
En cuanto al ex animador de los cumpleaños de Stroessner devenido en alcahuete arzobispal, el ministro consorte Humberto Rubin –hoy gran ecologi$ta- basta reproducir un comentario de Nemesio Barreto Monzón en las redes sociales: “A todo pulmón - Paraguay respira. Hoy hay millones de árboles nuevos que renuevan el oxígeno y la conciencia social", comenta Rubín. “Millones de árboles nuevos” (en plural).
¿Cuántos, dos millones por lo menos? Con un árbol por metro cuadrado tendríamos 10.000 por hectárea.
Pero una distancia tan poco espaciada daría como resultado que los árboles competirían por el sol y los nutrientes. Para que la reforestación tuviera alguna posibilidad de éxito se tendría que reducir a la mitad (5.000). Este cálculo a grosso modo daría como resultado 400 hectáreas reforestadas. Si tuvieran la gentileza de indicar dónde están ubicadas esas 400 hectáreas de árboles, van las gracias anticipadas.
Recuérdese que el 1 de febrero de 2010 la binacional Yacyretá le donó a Rubín la bonita suma de 160.000 dólares para oxigenar “la conciencia social”. Si Zucolillo y Rubin en realidad fueran críticos al gobierno como buscan aparentar, ¿por qué reciben tanto dinero público de manos del luguismo?
Evidentemente, el supuesto izquierdismo luguista se trató de un burdo montaje para engañar a la izquierda y suscitar apoyo transnacional a Lugo. Desafortunadamente, como escribiera Cervantes, la falsedad tiene alas y vuela, y la verdad la sigue arrastrándose, por ello cuando se descubre el engaño por lo general es demasiado tarde.
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