Entre los días 4 y 5 de febrero se llevó a cabo en Venezuela la XI cumbre del ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) que reunió tanto a los jefes de los Estados miembros, como a los cancilleres y delegados de los países que actúan como miembros observadores de la alianza. El inicio de la cumbre coincidió esta vez con la conmemoración del vigésimo aniversario del intento de golpe cívico-militar venezolano perpetrado por Hugo Chávez Frías, actual presidente de Venezuela contra el entonces mandatario Carlos Andrés Pérez, en 1992. Tras los actos oficiales, los asistentes iniciaron la XI cumbre que tuvo como objetivo central profundizar la integración económica de los países que integran la organización creada en 2004. La idea es crear un espacio económico o Eco-ALBA.
En este sentido, se acordó que las reservas internacionales de cada uno de los Estados miembros sean destinados al Banco del ALBA, que se constituiría así en un fondo para desarrollo social y de infraestructura. Por otro lado, se abordaron temas centrales como la institucionalización física del sucre, la moneda hasta el momento virtual del ALBA, que tendrá como misión a futuro establecer una autonomía e independencia del dólar como divisa internacional, lo que se traduciría en una suerte de amortiguador ante las fluctuaciones e inestabilidades de la divisa norteamericana en los mercados mundiales. Esta es una de las cuestiones más relevantes que plantea el ALBA, ya que la idea hasta el momento incipiente, permitiría establecer una zona de unificación monetaria a semejanza de la eurozona, lo que en última instancia impulsaría una fuerte integración regional. Una aspiración que lleva años en el pensamiento latinoamericano. Otro de los temas abordados e impulsado por Venezuela fue el del comercio del cacao. En este sentido, el Presidente Hugo Chávez se manifestó mucho más proteccionista de las industrias nacionales frente a las importaciones europeas y norteamericanas, haciendo referencia a que en diversas ocasiones se ha dado mayor valor a los productos extranjeros en detrimento de las producciones locales, una política que terminó perjudicando a los pueblos latinoamericanos. Chávez también señaló la existencia de ciertas fallas comunicativas entre los miembros, y en referencia a la industria petrolera, uno de los principales motores de la economía venezolana, el mandatario estimó el crecimiento de la producción para 2014 en 4 millones de barriles diarios.
En el marco de discusiones también resultó relevante la intervención de Nicaragua. En este sentido, el Presidente Daniel Ortega solicitó una mayor ubicación de productos nicaragüenses en el contexto del ALBA, señalando que hasta el momento, su país intercambia directamente sus bienes con Estados Unidos y Venezuela y no sucede lo mismo con el resto de los estados que constituyen la organización.
En la cumbre también se dio lugar al asunto Malvinas, tema que para muchos analistas internacionales ya es tomado como una cuestión latinoamericana. Con respecto a esto los miembros del ALBA ratificaron su postura en apoyo a la Argentina por su reclamo sobre la soberanía de las islas del Atlántico Sur (Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur) y el bloqueo a los barcos con bandera británica. El objetivo es crear un efecto de aislacionismo para con las islas que obligue al gobierno de Gran Bretaña a negociar.
Finalmente se acordó una reunión de cancilleres en Haití para los días 2 y 3 de marzo como previa a la Cumbre de las Américas.
La importancia del ALBA en la región
El ALBA, creado en 2004, es tal vez el acercamiento más palpable de la aún incipiente integración regional latinoamericana. Representa la izquierda más radical de toda América Latina y está integrado por Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Bolivia, Dominica, San Vicente y las Granadinas y Antigua y Barbuda, lo que constituyen sus miembros plenos. Según datos oficiales, el ALBA es la principal reserva de petróleo y litio del mundo. Nació como bien señala Fernando Ramón Bossi como el antagonista del ALCA norteamericano y se sustenta en la idea bolivariana de unión de los pueblos latinoamericanos. La importancia de este tipo de uniones de países tiene la misión primordial de crear espacios de cooperación regional en materia económica, comercial, social, cultural y política, que en contextos como el latinoamericano son de vital importancia para el fortalecimiento de los estados de América Latina y el desarrollo social de sus pueblos.
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