Diario del Siglo XXI ha acudido esta mañana a la sede central de Comisiones Obreras, ubicada en Madrid, para entrevistar al secretario de comunicación de CCOO, Fernando Lezcano.
El sindicalista, que venía ataviado con un pin de Bart Simpson, se ha mostrado muy crítico con el nuevo texto laboral aprobado hace una semana en Consejo de Ministros. Descarta una huelga general y supedita hechos futuros a la reacción ciudadana durante este domingo. Afirma que si el Gobierno no cambia su postura, la tensión irá e aumento.
Quedan tan sólo dos días para la celebración de las manifestaciones que tienen programadas en repulsa al nuevo texto de la reforma laboral, ¿cuáles son las expectativas?, ¿están nerviosos ante la respuesta de la ciudadanía?
No, no estamos nerviosos. No creemos que haya motivos para estarlo. Nosotros creemos que puede haber una respuesta muy importante, ya que las asambleas que estamos organizando para informar, en primera instancia, sobre el contenido de la reforma laboral están teniendo una respuesta masiva. Hemos hecho tres asambleas muy significativas como son, una en Madrid que hicimos el martes y donde algunas personas se quedaron fuera de la sala porque se rebasaron las expectativas. También otra en Valencia que albergó a 2500 personas y una en la que estuve yo, en Zaragoza, donde más de cien personas se quedaron fuera.
Los sindicatos han convocado solo manifestaciones, sin embargo califican esta reforma como “brutal”. ¿Por qué no convocar en los días posteriores una huelga general?
No la convocamos inmediatamente por una razón muy simple: las huelgas generales hay que prepararlas y sobre todo se preparan en la medida en que la gente conoce el verdadero contenido de la reforma y esté dispuesta a movilizarse para contestarla. Por ello, nosotros hemos hecho un proceso de asambleas de delegados para que aclaren los puntos de la reforma y lleguen las explicaciones a las empresas. Cuando calibremos el estado de ánimo de la gente, iremos secuenciando la escalada del proceso de movilizaciones.
Cuando el gobierno decía en Bruselas, teóricamente a micrófono cerrado, que esta reforma le iba a costar una reforma laboral, es porque el Gobierno lo que espera es una respuesta muy inmediata en la que se desinfle rápidamente todo el fuelle de la contestación y después tener tres años largos de legislatura para hacer lo que quiera.
¿Si Rajoy mencionó la huelga general a su homólogo finlandés, puede ser que a los políticos en la actualidad las huelgas generales no les afecte en absoluto a la hora de legislar?
No. Yo creo que en este caso lo que hacía el Presidente, como después hizo el ministro de economía, Luis de Guindos, en un comentario muy similar, era “sacar pecho” delante de las instituciones europeos. Esta reforma no se hace porque sea el principal problema de la economía española, ni para crear ni evitar destruir empleo, se hace únicamente para satisfacer la presión de los mercados internacionales y de Europa, por lo que “es compresible” que se vaya a Bruselas a rendir pleitesía.
Entonces, si la manifestación del domingo produce un buen resultado, ¿podemos estar hablando de una próxima huelga general?
No, en ese caso estaremos hablando de un proceso continuado y sostenido de movilización que va a continuar llevando a las empresas el contenido de la reforma laboral. Tendrá otro hito el 29- Febrero ya que es una jornada en la que la Confederación europea de sindicatos nos convoca a toda Europa en contra de la política comunitaria. A partir de ahí, iremos marcando el recorrido de las próximas actividades.
Por lo tanto, a tenor de sus palabras, ¿no tienen una hipotética fecha programada para la huelga general?
No, no existe ninguna fecha programada.
¿Puede llegar el momento en el que haya una situación parecida a la de Grecia, donde los sindicatos hagan manifestaciones de largo recorrido, paralizando el país durante semanas?
En estos momentos, prejuzgar cual va a ser el proceso de movilización es relativamente ocioso, porque dependen de dos cosas fundamentales: por un lado, cómo reaccione el Gobierno a la primera respuesta. Si el Gobierno reaccionase en clave de rectificación, pues entonces eliminaría tensiones en la realidad política, pero si lo hace en clave de reafirmación de sus medidas contribuye a tensionar el conflicto social.
Por otro lado, depende de cómo responda la gente en las empresas al explicarle la nueva reforma laboral. Si el Gobierno no cambia su postura la situación de tensión irá en aumento.
¿Tienen alguna esperanza de que se modifique el Decreto a su paso por el Congreso de los Diputados? ¿Esperan que incluyan algún punto defendido por ustedes?
Dada la relación de fuerzas que existe en el Parlamento, si no conseguimos ablandar las resistencias que ostenta el Partido Popular en el Parlamento, es muy difícil pensar que vayan a aceptarse enmiendas a la reforma laboral en una dirección basada en la rectificación. Esto se debe a que el Gobierno tiene mayoría absoluta y quien le puede ayudar a darle un barniz de mayor amplitud, por aquello de que no vote solo el Partido Popular, es CiU fundamentalmente, que cojea del mismo pie. Tienen el mismo criterio de cómo acometer la reforma laboral.
Si no ablandamos su resistencia no es previsible que acepten enmiendas de la izquierda, que es la única que podría acabar corrigiendo el contenido de la reforma.
El PSOE anunció que su secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, no acudirá a la manifestación del domingo. ¿Qué le parece esta postura del PSOE, que si acudirá con representantes como la flamante portavoz en el Congreso, Soraya Rodríguez?
Me parece muy oportuno porque hay que recordar que los socialistas también tienen responsabilidad en este desaguisado. El PSOE, desde aquel giro que imprimió a sus políticas a partir de 2010 y con la reforma laboral que promovieron, ha puesto una alfombra de terciopelo para que los populares hagan lo que están haciendo.
Dados los últimos movimientos que han surgido entre la ciudadanía, especialmente entre los jóvenes: ¿cree que movimientos, como el 15-M, han restado poder de convocatoria a los sindicatos?
No. Yo creo que el 15-M es la expresión de un malestar muy generalizado en la sociedad española que es muy intergeneracional, muy interclasista y que los sindicatos tenemos un espacio natural en el mundo del trabajo, donde los sindicatos tienen destacada presencia.
Al hilo de lo que responde, las últimas encuestas revelan que la ciudadanía ha perdido un poco la confianza hacia los sindicatos. ¿Debe renovarse su sindicato?
No me extraña que hayamos perdido confianza. En primer lugar, hay que reconocer que no lo hemos hecho todo bien. Pero también, esto se debe a que existe una campaña de lluvia fina, orquestada desde los poderes mediáticos que apoyan a la derecha tradicional en la que se han empeñado muy a fondo en desprestigiar a los sindicatos.
Si hoy observamos uno de los periódicos, su portada concretamente (refiriéndose a la portada de El Mundo), nos damos cuenta de que cada vez que los sindicatos decimos algo que no les gusta a los poderes fácticos, inician una campaña profunda de desprestigio que no duda en desprestigiar a las organizaciones sindicales, también incluso, a los dirigentes de las mismas.
Existe una relación directa entre nuestro nivel de crítica a lo que ellos creen que debe hacer el Gobierno y el nivel de desprestigio hacia nosotros. Eso, sostenido en el tiempo, como sigue siendo habitual, lleva a una situación en la que la gente, por ejemplo, cree que nos preocupamos solo de los trabajadores fijos y no de los parados…
Pero, a parte de la crítica a la campaña que según usted desarrollan algunos medios de comunicación, ¿no cree que CCOO debe renovarse, como organización?
No tengo ningún problema en reconocer que no acertamos siempre, por tanto en este sentido deberíamos actualizar discursos y prácticas. Pero también debemos destacar lo que he comentado anteriormente (la campaña de desprestigio desde algunos medios de comunicación).
A lo que se refería anteriormente de la portada de un periódico, creo entender que se refiere a la edición de hoy del rotativo El Mundo, donde se refleja que el dirigente de UGT-Madrid, José Ricardo Martínez cobró como Consejero de Caja Madrid una cantidad total de 181.000 euros según publica El Mundo. ¿Qué valoración le reporta esto?
Sí, me refiero a esa portada. Para empezar, debo decir que eso no se sí es verdad y como he visto otras campañas de difamación que no tenían ningún fundamento, no tengo porque darle a esta mayor importancia.
Habla de otras campañas, ¿cómo cuales?
Pues hemos vivido una actividad de derribo vinculada directamente al secretario general de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo. Decían falsedades concientes. Una de ellas está en trámite judicial. Por ejemplo, se decía que Toxo tenía dos áticos. En esta ocasión llegaron a falsificar la célula del vecino para decir que eran dos áticos suyos.
Por lo tanto, sabiendo que se puede manipular de tal manera la realidad para ahondar en una campaña de desprestigio, no confió en todo lo publicado.
En referencia a la noticia, yo no sé sí el ha cobrado o no lo ha hecho. Además, si es cierto, sería antes de que contestáramos a la reforma laboral y en cambio no ha salido antes. Esa es la cuestión. La “casualidad” es que se hayan enterado de ayer para hoy.
La entrevista consta de dos partes. La primera, que han podido leer, se basa sobre la movilización anunciada para el domingo y sobre el presente de los sindicatos.
La parte restante de la reforma versará sobre distintas cuestiones de la reforma laboral. Fernando Lezcano (CCOO) ha dejado titulares muy llamativos que podrán comprobar en la versión informativa de mañana.
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