Decía Spinoza que para no repetir el pasado deberíamos primero estudiarlo, aunque en el Paraguay, la realidad presente sigue sin estar dominada merced a la confusión reinante creada a partir del “cambio” de gatopardo por liebre acaecido el 20 de abril de 2008.
Un conglomerado de partidos fantasmas y extintos, acompañados del reaccionario y derechista partido Liberal paraguayo y a una cadena de ONG engarzadas por la embajada norteamericana de Asunción, a través de USAID, tomaron en esa fecha el poder en Paraguay saltando sobre las ruinas fascistoides del Partido Colorado, que llevaba seis décadas ejerciendo el poder.
Es una forma de decir, dado que buena parte de las cuotas de ese poder ya era manejado por ellos, los personeros de la embajada incrustados en todas las instituciones, medios y otros factores de poder.
La estafa se repite
Para comprender la estafa política en ciernes debe considerarse que, como lo señalé al iniciarse el gobierno luguista en “La CIA y la elección del Obispo”, Fernando Lugo fue una creación de la embajada norteamericana de Asunción, su prensa adicta y las ONG que ésta solventa para controlar a la “sociedad civil” paraguaya, así como de los “notables” que abogan por la penetración imperialista norteamericana en Paraguay, estratégicamente ubicados en el entramado social.
En la página 57 de su libro “La agresión permanente” la abogada venezolana Eva Golinger señala de manera tajante que “No hay que tener ninguna duda que aquellos que reciben fondos de las agencias como USAID, NED, NDI, IRI y Freedom House, o el entrenamiento del Instituto Albert Einstein u OTPOR, son agentes del imperio estadounidense, son sus lacayos, sus portavoces y siempre estarán bajo su control y dominación”. El primer anillo del gobierno arzobispal de Fernando Lugo reúne todos los requisitos, e incluso lo llegaron a reconocerlo en una entrevista realizada por Martha Hanecker.
Tal es así que los principales impulsores mediáticos del cura, Radio Ñandutí (hoy vocera oficiosa del régimen arzobispal y clerofascista al servicio de la embajada norteamericana) y el diario ABC color, son conocidos por una relación de vieja data con la Freedom House y el National Endowment for Democracy, dos conocidos entes anticomunistas. Entre los supuestos grupos de “izquierda” destacaron Tekojoja-Gestión Local y Pmas-Casa de la Juventud, dos núcleos disfrazados donde se agazapaban en la semipenumbra los principales beneficiarios de los sobornos de USAID en el Paraguay.
El resultado no podía ser otro si la “izquierda” necesitaba la publicidad de Aldo Zucolillo o Humberto Rubin, dos viejos propagandistas del dictador neo nazi Alfredo Stroessner. El primero de ellos incluso figura en los Archivos del Terror como financista de congresos de torturadores de la Liga Mundial Anticomunista que se llevaron a cabo en Asunción, y el segundo se hizo célebre por animar los cumpleaños del Tiranosaurio, como llamara a Stroessner el genial Augusto Roa Bastos.
Futurología aplicada
Una vez que esta cofradía logre retener en Paraguay el poder, no es difícil deducir lo que vendrá.
Igual que hizo Lugo, solicitarán ayuda en la embajada norteamericana y al gobierno colombiano para desatar una caza de brujas contra todos los disidentes que no deseen participar de su estafa política. López Perito volverá a llenar la administración pública con su familia política de turno, Camilo Soares volverá a sobrefacturar panificados y la quiniela recaerá nuevamente en manos de fantoches como Jorge Escobar. La parte del león del a publicidad oficial, por supuesto, irá a parar a bolsillos de Aldo Zucolillo y la familia Rubin.
Todo ello, por supuesto, en el nombre del mentado “cambio”. Cambio de máscaras y fantoches, por supuesto, para seguir administrando con los códigos del viejo orden el poder.
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