Dijo el periodista y político
francés Emile de Girardin que de todos los presagios siniestros el más grave,
el más infalible, es el optimismo, y los propietarios de medios paraguayos pudieron
comprobarlo hace unos días cuando corroboraron que el muerto que habían matado
gozaba de muy buena salud.
Flanqueado por poderosos
empresarios, el senador Juan Carlos Galaverna, a quien los propietarios de
medios consideraban eliminado del escenario, lanzó en un multitudinario acto su candidatura a senador dentro del Partido
Colorado a fines de la semana pasada.
Coincidentemente, las encuestas
señalaron que por primera vez el otrora favorito para ganar las elecciones del
2013, el empresario y dirigente deportivo Horacio Cartes, se encontraba por
debajo en las encuestas ante su principal adversario, Javier Zacarías.
No fue difícil relacionar la tendencia
a la baja de Cartes en las últimas semanas con la salida de su movimiento de
Galaverna, quien el viernes lanzó su propio movimiento, Compañeros Colorados,
apoyado por fuertes referentes del sector privado del país.
El éxito de la candidatura cayó como
un balde de agua fría sobre los propietarios de medios como Zucolillo o Antonio
J. Vierci, quienes pudieron comprobar que los verdaderos espanta votos eran
ellos. Lo afirmado quedó de manifiesto
cuando el dueño del diario ABC color, Aldo Zucolillo, apareció en grandes
espacios periodísticos como “padre de la criatura” tras haber fraguado el
alejamiento de Galaverna del movimiento de Cartes. Accidentado
camino al poder
Evidentemente, el camino rumbo al poder del movimiento que
postula al empresario Horacio Cartes no estará cubierto por pétalos de rosas, mucho
menos si lo siguen induciendo a cometer errores desde las cumbres estratosféricas
del poder económico y mediático.
El problema entre Galaverna y Cartes supuestamente se inició
cuando fiel a su estilo y tradición opuesta a la obsecuencia luguista con los
medios, el senador Juan Carlos Galaverna atacó hace unas semanas desde una
emisora con dureza a propietarios de medios de Paraguay. Entre estos se refirió
al ex propagandista de Videla, Pinochet
y Stroessner, Aldo Zuccolillo, como un gran sinvergüenza, y al
propietario del diario Ultima Hora, Antonio Vierci, a quien imputó
evasión de impuestos y contrabando a gran escala. La reacción de los
empresarios de medios fue inmediata, y realizaron a través de sus periodistas lacayunos
un bombardeo contra Galaverna buscando que Cartes tome distancia de sus
declaraciones, campaña que disparó versiones y desmentidos.
Declararse enemigo de Galaverna periódica y públicamente es
uno de los principales requisitos que exigen los propietarios de medios para
ceder espacio a los políticos deseosos de destaque en la prensa, y así fue que
el luguismo anexó el discurso anti-Galaverna de ABC color y Zucolillo a su
propaganda electoralista en el 2008.
Buscando el favor de ABC o alguna mención en sus páginas,
varios grupúsculos luguistas como el PMAS o el Partido Comunista hacen los
deberes emitiendo comunicados contra el citado senador.
La última maniobra para intentar debilitar a Galaverna, que
lleva dos décadas resistiendo al permanente ataque de los medios, fue
marginarlo del movimiento de Cartes. La
estrategia dio resultado contrario al esperado, dado que el debilitado terminó
siendo Horacio Cartes, según se lee de las últimas encuestas.
Lugo prepara el terreno
La soberbia es siempre mala consejera a la hora de leer un
escenario político, y se comprobó cuando los propietarios de medios
consideraron eliminado a Galaverna, erróneamente. El terreno para la soberbia lo abona permanentemente
el actual gobierno encabezado por el cura presidente Fernando Lugo, quien con
sus dobleces ante el poder mediático ha hecho que éste sobrestime su verdadero
papel político.
Desde que saltó a la arena política, doblegarse ante los
propietarios de medios ha sido la marca registrada de Lugo. Por complacer a sus
publicistas, durante su campaña hizo suyas las “reivindicaciones” de esos
medios enemigos del Mercosur, que solo buscaban disturbios en el bloque
regional por medio de ellas.
Por complacer a sus publicistas, Lugo no dudó en dejar de
lado su supuesta afinidad con Hugo Chávez, y se arrojó a los brazos de Alvaro
Uribe, quien colaboró a montar el andamiaje represivo del gobierno arzobispal.
Por complacer a los propietarios de medios, incluidos los
medios hegemónicos de Argentina como Clarín o La Nación, Lugo no dudó en
reprender por supuesta llegada tardía a la presidenta Argentina Cristina
Fernández durante una cumbre del Mercosur. Así buscaba ganarse el favor
de los medios de Buenos Aires enfrentados al gobierno kirchnerista.
Estos propietarios de medios, ensoberbecidos por el éxito de
sus manipulaciones y mentiras en abril de 2008, han ganado protagonismo
político a través del gobierno del cura Fernando Lugo, tanto que hoy parecen considerarse
capaces de tratar como un mero gerente
al poder político.
Desafortunadamente para ellos, las
últimas encuestas le han demostrado cuán equivocados están, y que por mucho
tiempo aún, Vierci y Zucolillo seguirán siendo humillados por Galaverna.
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