Se ha escrito que un ejemplo de fraude ideológico es presentar la necesaria alternancia al colapso de un modelo que en realidad se desploma solo, como si fuera revolucionaria, algo que sucedió en Paraguay cuando la alternancia al colapso del partido colorado pretendió presentarse como un “giro a la izquierda”, en abril del 2008.
Si Lugo hubiera sido entonces la alternativa revolucionaria en el Paraguay, no hubiera llegado al poder de la mano de los medios hegemonicos, como ABC, un diario ultraderechista vinculado a la SIP y la secta Moon, como el que dirige Aldo Zucolillo, quien hasta hoy sigue marcando la agenda y publicitando a los herederos del fraude, hoy agrupados en el Frente Guazú. Tampoco se hubiera apoyado en partidos que usan a las ONG que reciben fondos de USAID como mampara, entre ellas Gestion Local (Tekojoja) o Casa de la Juventud (Pmas), ni hubiera copado su gabinete social estos personajes conocidos como malversadores de donaciones a sus respectivas organizaciones. Si Fernando Lugo hubiera sido una alternativa surgida de la izquierda, no hubiera recibido un respaldo tan evidente como el que recibió de James Cason, durante su campaña electoral. Tampoco hubiera enviado a su ministro Filizzola a pedir asistencia a la Colombia de Alvaro Uribe, ni hubiera posado para una de las últimas fotos en la Casa Blanca, con George W. Bush.
Tampoco hubiera estado hoy su gobierno acosado por una guerrilla marxista, que en sus comunicados expresa su más encendido desprecio por los pequeños partidos fantasmas y extintos agrupados en el autodenominado “Frente Guazú”.
Caballo de Troya
Es conocida la célebre estratagema griega que posibilitó la toma de la legendaria ciudad de Troya, a través de un presente con la forma de un gigantesco caballo de madera que según la versión más difundida, fue ideado por el astuto Ulises.
Según Robert Graves, sin embargo, fue Atenea quien inspiró a Prilis, hijo de Hermes, la sugestión de que se podría entrar en Troya por medio del famoso caballo de madera; y Epeo, hijo de Panopeo, un focense del Parnaso, se ofreció voluntariamente para construir uno bajo la inspección de Atenea. Como ya en aquel tiempo la victoria tenía tantos padres como la derrota era huérfana, cuando la maniobra fue coronada por el éxito Odiseo (Ulises) reclamó el mérito de la estratagema.
Viene al caso recordar al mítico presente griego por la alusión que de él hace la guerrilla paraguaya del EPP estableciendo un paralelismo con el cura Fernando Lugo, verdadero caballo de Troya de la prensa hegemónica y la oligarquía paraguaya para los movimientos sociales paraguayos y la izquierda latinoamericana.
Para el EPP, sin embargo, Lugo ni siquiera llega a la categoría de caballo, más bien es un "mulo de la oligarquía" y los luguistas, los mulos. "Los mulos políticos del Paraguay-mulos de la oligarquía- los seudosocialistas del gobierno, están llenos de mañas para logra rebajar la ideología socialista" afirma el EPP.
Para la guerrilla, los luguistas son "los mulos de Troya introducidas al interior de las masas trabajadoras para separarlas de cualquier ideología revolucionaria y fortalecer de manera solapada la ideología burguesa contrarrevolucionaria".
Lugo es "el jefe político de los mulos de la oligarquía", quien "alardea orondamente de su condición de "Poncho Juru" (agujero de poncho, por lo centrista) y de su pensamiento ecléctico. El eclecticismo y la falta de principios van de la mano. El jefe de los eclécticos está despojado de toda teoría íntegra, coherente y meditada y se deja llevar por la corriente dominante del presente despreocupándose del futuro; sus cachorros no son menos, son igualitos. La actitud de acomodarse a las circunstancias para conseguir fines individuales o de un pequeño grupo de cortesanos es muy propia de los poncho juru paraguayos".
De nuevo la misma trampa
Dijo Anaxágoras cuando el hombre es engañado una vez, la culpa la tiene el engañador, pero cuando sucede por segunda vez, el culpable es la misma víctima. Este sería el caso de los partidos y gobiernos de izquierda de la región si vuelven a caer en el engaño del Frente Guazú.
Aunque muchos pretendan no verlo, Fernando Lugo se ha convertido un estorbo para sus supuestos aliados ideológicos de la región, y el desaire de Cristina Fernández es su exclusiva responsabilidad. Pocas veces Argentina ha tenido un gobierno tan interesado por asuntos paraguayos y con tanto interés en prestar ayuda como el que hoy tiene, y sin embargo, la deplorable imagen que Lugo ha proyectado al exterior ha echado a perder la magnífica oportunidad.
Eso por no mencionar el relacionamiento cada vez más difícil con la Venezuela boliviariana, injustamente acusada de ser aliada del luguismo, o con la Nicaragua sandinista, que ha través de su vocero “La Voz Sandinista” ha sido la primera en desnudar el fraude ideológico en cuestión.
La falsa izquierda gestada en la embajada norteamericana, que ha sumido al Paraguay en el oscurantismo en pleno siglo XXI, hoy se encuentra calamitosamente desacreditada, y por más que se perfume al muerto, nunca podrá volver a ser considerada en serio, por mucho que intente volver a contaminar la política con la falsa solemnidad y el simbolismo religioso .
Ya lo dijo Rusiñol, de todas las formas de engañar, la pose falsa de seriedad es la que más estragos causa.
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