Un reciente artículo señalaba con acierto que desde su llegada al gobierno del infortunado Paraguay, el gobierno del cura Fernando Lugo solo se ha abocado al despilfarro y la corrupción, y que a pocos meses de dejar el poder, sigue insistiendo con fantasiosas promesas de inversiones que nunca llegan, conformado equipos fantasmas y derrochando dinero público en auditorías.
Una de las facetas más perniciosas de esta gestión ha sido, sin dudas, la adjudicación de juegos de azar a empresarios de dudosa reputación. Una denuncia similar a la que atañe al quinielero arzobispal protegido por el luguismo Jorge Escobar apareció en medios argentinos, involucrando-cuando no-al gobierno del nunca bien ponderado cura Fernando Lugo.
Dicen las noticias internacionales que en Paraguay, por medio de un decreto firmado por el presidente Fernando Lugo, Mascardi logró un contrato de explotación de apuestas deportivas por un período de cinco años o sesenta meses. Gustavo Mascardi es un manager de futbolistas, es dueño de Giocomovile, una empresa que explota un sistema de apuestas en Paraguay, donde dejó un tendal de deudas y enfrenta un juicio del gobierno. Pese a sus pésimos antecedentes, el gobernador Urribarri le concedió la construcción de un Casino en Gualeguaychú. Mascardi es representante del hijo del gobernador que juega en Colón.
Con polémicos antecedentes, mediante su marca en la web Azarmovil.com, se postula como una de las primeras empresas en Latinoamérica proveedora de soluciones interactivas vía teléfonos móviles y/u otros dispositivos móviles para aplicarse al juego de azar de entidades oficiales.
Pero a la hora de evaluar su desempeño Giacomovile presenta deficiencias inusuales en el rubro. Lo demostró en el Paraguay donde adeuda el pago del canon desde febrero a junio del año pasado, por lo que ya fue multada por la Comisión Nacional de Juegos de Azar (Conajzar) de ese país.
La mora obligó a la Comisión a instar a la aseguradora Sancor SA a preparar una demanda para que la empresa pague al menos los intereses que generó el incumpliendo del pago del canon, que sería de no más de 500 millones de guaraníes.
Sancor SA ya se comprometió al pago de aproximadamente G. 3.000 millones, según informó el presidente de la Conajzar, Gerardo Gómez. “El desembolso se haría la próxima semana pero mientras, la aseguradora ya depositó la suma de G. 2.755 millones en concepto de pago por 4 meses de canon que no abonó Giocomovile, más G. 200 millones que representa a la indemnización a la Comisión Nacional de Juegos de Azar”, señaló.
Sin embargo, al igual que en el caso de Jorge Escobar, el daño ya está hecho y la debilidad del politizado y corrupto poder judicial paraguayo no hace prever mayores preocupaciones para estos prototipos del chanta argentino.
Al intendente argentino de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, pareció no preocuparle mucho este antecedente cuando autoridades de Giacomovile se presentaron en su despacho con la propuesta de invertir 30 millones de dólares en el predio del ex frigorífico de la ciudad, para levantar un hotel cinco estrellas un helipuerto, amarradero para yate, spa, paseo costanero, circuito deportivo, plazas secas y un casino de alta gama. Sin ninguna duda el lugar será perfecto para el relax de otros personajes vinculados al poder en países vecinos, como el cura Fernando Lugo y su séquito de cortesanos.
“El Frigorífico es parte del corazón de la ciudad y está ligado a la identidad del pueblo de Gualeguaychú. Creo que lo mejor que nos puede pasar es que su destino sea decidido entre todos”, aseveró Bahillo, quien giró la iniciativa al Concejo Deliberante, que estaría obligado a convocar a una licitación. Pocos imaginan que Giacomovile pierda una licitación para ese proyecto ya que es la única compañía con autorización para explotar el juego en el distrito. Además, para las autoridades locales sería una forma de abrir un área de turismo ABC1, que demanda una combinación de descanso, recreación y juegos de azar.
El titular de Giocomovile desde su creación es José Luis Tolosa, quien fue el que firmó la presentación del proyecto sobre el ex Frigorífico por mesa de entrada de la Municipalidad.
El interminable Jorge Escobar
En el Paraguay, país donde se aplaude al corrupto, es evidente que lo poco que hay está de un modo sustantivo y eterno, incluidos los vicios y la corrupción.
Permitir estafas al estado paraguayo ha sido la mayor traición perpetrada por el gobierno de Fernando Lugo, el cual no puede alegar su propia torpeza en su defensa dado que la mayoría de los estafadores fueron introducidos a los círculos del poder de la mano de sus principales colaboradores. Entre ellos puede citarse como ejemplo al fantoche Jorge Escobar, quien merced a sus influencias sigue resistiendo una orden de desalojo, tras ser encumbrado a las cumbres estratosféricas del poder luguista gracias al lobby de Zuny Castiñeira ante Miguel Ángel López Perito, campeón en nombramientos de cuñados de la administración arzobispal.
Cuando ya todos pensaban que la antiestética aparición mediática del quinielero arzobispal y figura emblemática del gobierno del cambio, Jorge Escobar, había llegado a su fin, el fuerte padrinazgo de quienes lo introdujeron en la corte del ganadero de las sandalias Fernando Lugo lo sigue manteniendo en la palestra, para envidia de varias figuras de la farándula luguista, en una coqueta confitería sobre la avenida España que resiste en local usurpado.
Al parecer, no fue suficiente aparecer en todos los medios del Paraguay como el gran estafador al estado paraguayo, caracterizando como doble de riesgo a su patrón Juan Carlos Wasmosy, santo varón. Ni siquiera fue suficiente que los propios empleados de su productora lo escrachen como un conspicuo farsante y deudor, iniciándole demandas por no abonar los salarios correspondientes que lo llevaron ante el Ministerio de Justicia y Trabajo. No fue suficiente ser sindicado como el responsable de dejar a la beneficiencia sin fondos, al dilapidar en inolvidables fiestas con modelos y aeromodelistas el canon que debía servir para esa asistencia bajo un gobierno embanderado con la teología de la Liberación, aunque hoy no se haga responsable Leonardo Boff.
No fue suficiente recibir una demanda de desalojo en su último bastión, la confitería Madelaine by Kokitos, propiedad de la conocida ex modelo y empresaria Mariángela Martínez, a quien su sobrino Marcos Fariña introdujo en el brete, como hizo con Luis Enrique Araújo Vann y su búfalos de la estancia “Carmen”, a la que ni siquiera necesitó cambiar el nombre porque también su madre se llama así.
No bastó al interminable Jorge Escobar comprar su propio espacio en la TV para intentar imitar a Don Francisco, o participar como Jurado en reemplazo de Zuny Castiñeira en el programa Baila Conmigo Paraguay, viajar en limusina por los patéticos empedrados de Asunción dándose la gran vida de pizza con champán.
La última hazaña del quinielero arzobispal fue presentada por el comerciante César Chaparro, quien había abonado 800 millones en concepto de garantía, como parte de un contrato que la empresa del dúo Wasmosy-Escobar jamás cumplió. También demanda la devolución deun pagaré de 1500 millones, y una indemnización de más de 63 millones como lucro cesante por no cumplirse el preaviso. Como sucedió con los fondos de muchos otros incautos, el dinero acabó dilapidado en las bacanales sin fin del interminable Escobar, quien no se fijaba en gastos cuando debía asumir compromisos por cuenta de cánones y bolsillos ajenos.
Dijo Mirabeau que los privilegios algún día acabarán, pero el pueblo es eterno, aunque bajo el gobierno arzobispal que hoy padece el Paraguay es más probable que sean los privilegios eternos los que pronto acaben con el pueblo.
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