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"Nuestra especie no habría sobrevivido si las mujeres no hubieran sido infieles" (Parte II) | |||
Mario Luna, escritor y director de Seducción Científica | |||
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En la segunda parte de la entrevista, Mario Luna explica por qué nos sentimos atraídos por personas diferentes. Nos habla de la variedad genética y del "nómada cazador", una figura que no aparece definida en sus libros pero que deja entrever en su última obra 'Ligar es fácil si sabes cómo'. (Continúa la entrevista desde la Parte I) En la página 44 de 'Ligar es fácil' introducís un concepto que no estaba en tus anteriores obras. Decís que las mujeres sienten atracción sexual por hombres que las complementan genéticamente. Esto es lo de “polos opuestos se atraen”. Hasta en las parejas gays hay siempre una persona que asume un rol más masculino y otro más femenino. Tengo amigas lesbianas y siempre hay una más “machita”.
Sí, incluso yo te digo que hay dos roles: uno masculino y uno femenino. Desde que se existe el sexo, desde el punto de vista de la evolución, siempre hay un rol activo y otro pasivo. Un rol protector y otro que se deja proteger. Un rol emocional y otro más orientado a resultados. Esto pasa con todos los animales.
Esto quiere decir que genéticamente no somos iguales y hay personas que por su constitución genética complementan mejor a tus genes, y esa es la famosa “química”. Por ejemplo, hay chicas que se pueden sentir atraídas hacia tu olor porque genéticamente sois compatibles. Todo esto implica que no sólo el líder de la tribu atrae. El nómada cazador también atrae. Es otro modelo que se puede explotar. Es la figura del llanero solitario. Efectivamente, es el llanero solitario que viene de en un lugar remoto. Date cuenta de que cuando viajas te miran más. Es el efecto del "nuevo de la clase". Todo esto significa que debemos desmarcarnos. Si no puedes ser el líder, sé completamente distinto. Si el líder es jugador de fútbol, hazte poeta o hazte músico. Así vas a atraer a las mujeres, no tanto por ser el "Líder de la tribu" (LDT) *, como por ser un elemento completamente distinto que viene de lejos y puede garantizar que su descendencia va a tener genes renovados. Posiblemente, nuestra especie no habría sobrevivido si las mujeres no hubieran sido infieles con nómadas cazadores.
No recuerdo haberte leído en ningún libro esta idea del nómada cazador. Quizás la he insinuado en algún lugar, pero es cierto que en el método Seducción Científica nos hemos centrado mucho en el "Líder la tribu". Sin embargo, esta opción siempre ha estado. En la página 41 de 'Ligar es fácil' decís que los hombres podemos ser monógamos o polígamos por igual de manera nautral. Sin embargo, Héctor Latorre sostiene lo contrario en una conferencia y dice que, tanto hombres como mujeres, somos polígamos por naturaleza y se apoya en el programa 26 de Redes para defender este argumento. E introduce un concepto muy interesante: nos sentimos más atraídos por aquellas mujeres que precibimos con capacidad de sernos fieles. Esto es el típico sopesar. Si tengo una cosa renuncio a otra, incluso a nivel genético. Son apuestas. Dentro de la especie humana somos muy polivalentes. En la naturaleza hay ejemplos de monogamia (como algunas aves) o poligamia extrema (como los leones). La especie humana ha jugado con muchas estrategias reproductivas y, dependiendo del contexto, cada una puede tener sus ventajas y desventajas. Héctor dice que la monogamia también puede tener sus ventajas. Te puede interesar sacrificar la cantidad por la calidad. Instintivamente, si nadie se entera, lo que nos gustaría es tener un harén porque podríamos dejar una descendencia enorme y las probabilidades de que nuestros genes sobrevivan en un futuro son tremendas.
Me estás hablando de situaciones ideales. Situación ideal del hombre: esa. Situación ideal de la mujer: tener a un príncipe que la proteja y, de vez en cuando, ponerle los cuernos con un negrito o con un vikingo, es decir, con genes que no tengan nada que ver con él para tener variedad genética. ¿Qué ocurre en la realidad? Que cuando coges los intereses de una mujer y de un hombre ves que son incompatibles. Colisionan. O llegas a un acuerdo o la engañas. En efecto. Lo que ocurre es que a lo largo de la evolución se pueden dar casos en los que llegar a ese acuerdo es ventajoso. Porque si yo me empeño en ser ese musulmán con el harén y ninguna chica quiere pasar por ahí o mi situación y la sociedad no me lo permiten, puede llegar un momento en el que yo salga ganando haciendo una apuesta más segura priorizando la descendencia de calidad por tener mucha descendencia. Es la idea de tener pocos hijos pero que van a ser muy míos, van a estar muy bien educados y voy a crear muchos lazos afectivos. Por tanto, van a tener mucha más probabilidad de éxito en la vida. En lugar de tener 100 voy a tener cinco, pero cinco ganadores. La estrategia de la fidelidad implica renuncias pero también tiene ventajas, sobre todo en el mundo real. Esto quiere decir que somos susceptibles a que una mujer nos ate. (Le interrumpo) Entonces, cuando una mujer logra que te hagas fiel a ella, ¿te ha ganado la partida evolutiva? En 'Sex Crack' citas al programa 'Naturaleza Salvaje' de la BBC en el que dicen: “El sexo es egoísta. El rey de las bestias quiere poblar en mundo con su propia progenie”. ¿Acaso el varón no quiere más siempre? Hay mucho de eso. El tema de la guerra de sexos, que es donde puede haber contradicción, es muy complejo. Constantemente, entre presa y cazador se produce una carrera armamentística. El leopardo y la gacela están constantemente evolucionando para sobrevivir. Entre el hombre y la mujer ocurre lo mismo: Hay una especie de “batalla de sexos evolutiva” donde se usan todo tipo de triquiñuelas naturales. Y te voy a poner un ejemplo: las tetas de las mujeres. ¿Tú sabes que hay mujeres que hacen trampas con sus pechos? Yo creo que todas las hacen. Las que tienen los pechos pequeños usan relleno o se implantan silicona. Las que los tienen caídos se los elevan. Todo eso lo hacen conscientemente. Pero voy más lejos: La propia naturaleza de las mujeres hace trampa. Los pechos grandes nos atraen porque nos dicen que esa mujer es más fértil y mejor madre porque tiene muchas glándulas mamarias. Pero cuidado, hay dos tipos de senos grandes: los que tienen muchas glándulas mamarias -lo cual a nivel biológico es muy costoso- y los que, más que tejido glandular mamario, tienen grasa. ¿Y qué quieres decir con esto? Quiero decir que a ti te puede gustar más una chica con las tetas grandes pero con pocas glándulas mamarias que otra con las tetas pequeñas pero con un porcentaje de glándulas mayor. Es una carrera “armamentística” en la que estamos constantemente luchando. Por ejemplo, cuando valoramos los pechos firmes estamos desarrollando una estrategia contra ese “engaño”. Con el enamoramiento ocurre lo mismo: Ellas desarrollan estratagemas para “enganchar” al hombre y tenerlo ahí, y nosotros estratagemas para escaparnos. La pregunta es: ¿tú tienes esos botones que pueden hacer que una mujer te gane la partida, te enamore y que tú seas feliz? Al final, vivimos para ser felices, no para satisfacer a nuestros genes. De hecho, estamos llegando a un punto de dominio en el que manipulamos nuestros propios genes. El concepto de vivir una vida para mis genes no tiene ningún sentido. Desde el punto de vista filosófico y ético está obsoleto.
Mi experiencia cercana en relaciones en las que me he implicado más emocionalmente me ha hecho ver cosas que se van a quedar conmigo el resto de mi vida, independientemente de que sea un cabra loca y esté por ahí de flor en flor o de que siente la cabeza con una chica. Estas experiencias me hacen reflexionar en cosas como por qué siento esto, qué gano yo o qué ganan mis genes. Para que yo tenga una vulnerabilidad a ese nivel es porque tiene que darme alguna ventaja. A nuestros genes se les puede sobornar y constantemente el hombre lo hace con la mujer y la mujer con el hombre. |
La tragedia de Valencia es una de las noticias que más impacto ha causado en nuestro país en los últimos años. Sumada a la de la erupción del volcán de La Palma, no sólo ha suscitado la empatía con las víctimas, también ha incrementado la alarma en relación al cambio climático y sus consecuencias. Las consultas por miedo a reacciones inesperadas de la naturaleza han aumentado en los últimos años en las consultas de Psicología. Es lo que se conoce como ecoansiedad.
Quedan escasos días para que finalice este año y, con ello, toda una serie de acontecimientos que nos han sucedido a cada uno de nosotros. Para algunos, cosas buenas que desearán que se sigan repitiendo en el que viene, y para otros no tan buenas y rezarán para que todo pueda cambiar e ir a mejor. Todo depende de la valoración que hagamos, de las experiencias vividas y de la actitud con la que nos tomemos todo aquello que nos va pasando.
A medida que se acerca el final del año, muchos profesionales experimentan más estrés debido a la presión de ultimar proyectos a tiempo, por los compromisos sociales y por el desafío de equilibrar entre la carga de trabajo y la vida personal. Algunos signos que pueden identificar si un profesional sufre el síndrome del trabajador quemado son la fatiga constante, la dificultad para concentrarse o mantenerse motivado, o sentirse más irritado y desconectado del trabajo.
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