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Compartir nombre y apellido con uno de los hombres más destacados del movimiento olímpico moderno es nacer predestinado a formar parte del mundo de los cinco aros de alguna u otra manera. Con Juan Antonio Samaranch Salisachs, queremos conocer los entresijos que rodean a la organización encargada de dirigir la orquesta deportiva más grande del planeta y, no menos importante, decidir en qué lugar será la siguiente actuación. En pleno sprint final para el tercer intento de Madrid, otro Samaranch lucha por concluir con acento español aquella inolvidable "à la ville de...".
Genes olímpicos (MONTAJE)
Los Juegos Olímpicos son la fiesta final pero, ¿en qué consiste el trabajo diario que se lleva a cabo en el COI?
Más que el trabajo hablaría de responsabilidad, que va mucho más allá de organizar perfectamente los Juegos cada dos años (NdA: juegos de verano e invierno). Son la culminación de todo nuestro esfuerzo, pero la responsabilidad del Comité Olímpico está en promocionar y expandir los valores olímpicos. En un mundo con pocos valores como el actual, es una de las pocas organizaciones que presentan un programa indiscutible para toda la humanidad en temas como el fair-play, el cuidado de las personas, la lucha contra el sedentarismo y la obesidad, una mejor educación, respeto por los rivales… Todo ese conjunto de valores a los que podemos llamar olimpismo es lo que en verdad nos tiene ocupados. Aunque, obviamente, ¡solo faltaría que no los organizáramos perfectamente!
Supongo que entrar en el Comité fue un sueño cumplido. ¿Cómo recuerda el ingreso?
Fue en el año 2001, en Moscú, en la misma sesión en la que mi padre dejó la presidencia. Lo recuerdo con mucha alegría, pero sobre todo con mucha responsabilidad. Mi padre dejaba una carrera importante en el mundo olímpico, y no puedo decir que tomara el testigo, pero empezaba la mía en el COI, después de muchos años en el mundo federativo.
Un relevo generacional que dio por terminada una etapa crucial en el olimpismo. ¿Ha sido su padre un Coubertain moderno?
Cogió un movimiento que ya era muy potente, con sus problemas y debilidades, pero que necesitaba una clarísima remodelación y una adaptación a los tiempos en los que vivía. El ingreso de la mujer, el fin del amateurismo, apertura a todos los países del mundo sin tener en cuenta creencias o ideologías, la incorporación de China, la vuelta de Sudáfrica,… Consiguió modernizar al movimiento olímpico y hacerlo poderoso dentro de su tiempo.
"Es una gran oportunidad para ayudar a un país y una zona del mundo, como es el sur de Europa, con dificultades financieras y económicas"
¿Ha cumplido Rogge las expectativas como sucesor?
Mucho más que cumplidas. Ha hecho un grandísimo trabajo y una serie de contribuciones indispensables con las que sería imposible entender el movimiento olímpico actual, como el fondo de reserva financiero o mucha mayor organización.
Se cumplen en este 2012 dos décadas desde el sueño de Barcelona, y el país tiene más hambre de Olimpiadas. ¿Podemos confiar en Madrid 2020?
Absolutamente, como lo hubiéramos podido hacer incluso para organizar los de este año. España tiene una capacidad más que probada para organizar un evento de esta magnitud, como hizo en Barcelona, y en la infinidad de campeonatos del mundo y de Europa en cualquier modalidad, olímpica o no, que hemos realizado desde entonces. Tenemos una credibilidad muy alta. A Madrid nadie le discute su capacidad de organizar unos Juegos.
En la imagen del aficionado están los viajes agotadores para convencer uno a uno a cada miembro del comité pero, ¿qué más hay que hacer o tener para organizar unos Juegos Olímpicos?
A nosotros ya nadie nos pregunta el “cómo” los vamos a organizar, se da por supuesto, y ahora estamos trabajando mucho más en el “por qué”. Cómo se va a beneficiar el movimiento olímpico al pasar por Madrid en vez de por otras ciudades. Es una gran oportunidad para ayudar a un país y una zona del mundo, como es el sur de Europa, con dificultades financieras y económicas que están en boca de todos. Traer los Juegos significaría un impulso de optimismo, de generación de empleo y fuerza en el motor económico, que son muy necesarios en estos momentos. El movimiento olímpico siempre ha estado en los sitios donde se le necesitaba, y creo que seremos capaces de atraerlos aquí.
"La inversión ya se hizo y hay que ponerla en valor"
El apoyo popular es notable pero, al igual que sucedió en los años 70, el aspecto económico vuelve a preocupar a un sector importante de la población. ¿La balanza entre gastos y beneficios sale a favor para el país organizador?
Hay dos balances olímpicos. Por un lado las cuentas de los Juegos, que desde hace muchísimos años son siempre positivas. Están los sponsors, los ingresos de televisión o las entradas, que permiten equilibrar los gastos directos de organización como sueldos, adaptación de estadios o telecomunicaciones. Este balance siempre sale positivo. En el tema de infraestructuras, además, Madrid tiene casi todo el trabajo realizado porque se presentó ya dos veces. El estadio olímpico financiado, el tenis, las piscinas olímpicas, el IFEMA, más del ochenta por ciento del programa olímpico realizado. Además, toda la infraestructura ciudadana de aeropuertos, carreteras y hoteles instalada. Por lo tanto, esa cuenta que en otras ciudades puede ser de miles de millones de euros, en Madrid es muy pequeña. Que Madrid pida los Juegos para el año 20, no solo no es un acto de irresponsabilidad en estos momentos de crisis económica, sino al contrario, es un acto de infinita responsabilidad. La inversión ya se hizo y hay que ponerla en valor. Puede capturar todos los beneficios y conseguir el estímulo económico y de moral que viene con unos Juegos Olímpicos.
La apertura a esos patrocinadores privados de los que nos ha hablado, llevada a cabo durante la presidencia de su padre, ¿ha salvado los Juegos Modernos?
Más que salvarlos, les ha dado impulso. Hay que tener en cuenta que el movimiento olímpico moverá cerca de cuatro mil millones de dólares cada cuatro años. La mitad va para los organizadores, y de la otra mitad un ochenta y cinco por ciento se invierte en la promoción y desarrollo de los distintos deportes, mediante las federaciones internacionales y los comités olímpicos de cada país. Esta capacidad financiera adquirida en los Juegos Modernos ha hecho que el mundo del deporte sea más potente e independiente y haya tomado un rol más central en la sociedad actual.
El gran objetivo tras cuatro años de trabajo (london2012.com)