Sé que es poco otodoxo que, como autor de esta entrevista, aporte mi opinión sobre el libro que la motiva; pero en este caso voy a hacer una excepción: Los últimos años de la magia es una novela que volveré a leer, no sólo porque esté muy bien escrita y te cautive hasta el final, sino por el hecho de que con una sola lectura resulta imposible abarcar todos los mensajes que encierra. Sospecho que los miembros del jurado que en 2016 decidieron otorgar a su autor el Premio Minotauro de Literatura Fantástica, debieron de tener una sensación parecida.
Vivimos rodeados de magia, pero muchos parecen no notarlo, acaso por ser víctimas de esos hábiles “cazadores de hadas”, empeñados desde que el mundo es mundo en sustraernos esa otra realidad que,de vivirla con plenitud, nos haría menos aferrados a lo material y, en definitiva, más libres.
Como autor de guiones de comic, José Antonio Fideu era ya muy conocido entre los aficionados al género. Ahora, con esta novela, ha dado un paso definitivo en su carrera literaria.
¿Cómo logras compaginar tu actividad de escritor con tu trabajo como profesor?
Es algo sencillo y complicado a la vez. La mayoría de los centros de enseñanza de Castilla-La Mancha tienen jornada continua, con lo cual suelo tener las tardes libres y aprovecho ese tiempo lo más que puedo para escribir. Lo complicado viene del hecho de que, aparte de mi actividad como docente y de dedicarme también a la literatura, tengo dos hijos, soy padre de familia y he de ocuparme de ella. Pero lo cierto es que existe un factor que influye definitivamente y es el amor de mi mujer a la literatura y su fe en lo que hago. Me ayuda mucho librándome de un monton de faenas y tareas. Gracias a ella escribo. A veces me siento hasta culpable por cargarla en exceso de quehaceres, pero este es el secreto:suelo dedicar unas tres horas diarias a la literatura y se las debo sin duda a ella.
¿Cómo surgió la idea de escribir Los últimos años de la magia?
Escribí una trilogía fantástica formada por tres volúmenes, con casi mil páginas, que las editoriales me rechazaron dada la extensión y por ser un autor novel. Tras acabarla decidí escribir una obra más asequible,en el sentido de centrarla en un solo volumen y con una narración más lineal.Empecé a darle vueltas a una idea(esto es algo que no he contado en otras ocasiones)que encontré en un libro de Ray Bradbury titulado Zen en el arte de escribir, en el que explica que a él a veces un cuento le surge de una palabra o una frase.Yo tenía en mente el término “cazador de hadas”, que me parecía sumamente evocador; algo de lo que podía sacar cosas interesantes.Y con esas palabras comencé a hilvanar una serie de posibles historias; una en la que había un personaje que iba cazando hadas,otra historia de cierto corte medieval... Pero a partir de ahí llegué al concepto de “cazador de hadas” como un ser casi mitológico cuyo empeño es acabar con la magia y a eso le uní mi deseo de escribir una historia de ambientación victoriana en el Londres de la época de Dickens... Por aquel tiempo murió mi padre y durante las noches previas que pasé con él en el hospital fui hilando una historia que era, en cierto modo, la propia historia de mi padre. Fui introduciendo otros personajes que me gustaban, con ese trasfondo del Londres de aquella época, y la trama fue adquiriendo forma, aunque sólo consideré tener la historia como tal cuando di con el final. Fue entonces cuando me puse a escribirla.
¿Puede decirse entonces que fue tu padre quien inspiró la novela?
Sí, desde luego; pero ello requiere una explicación. En aquellos días previos a su muerte sentí que toda la magia que me había transmitido a lo largo de los años se acababa. Y aunque es verdad que las personas a las que hemos querido y nos han querido viven en el recuerdo,en el caso de mi padre, que había sido un gran contador de historias, me parecía muy injusto que todo desapareciera y la idea de escribir esta novela (esto tampoco lo he contado demasiadas veces) fue fruto de la rebelión que sentí ante este hecho.
La acción de la novela comienza en Inglaterra, una Inglaterra dickensiana, para luego trasladarse a otros parajes de Centroeuropa ¿ No estuviste tentado de incluir alguno de esos lugares que de manera un tanto inconcreta se denominan “la España mágica”?
Pues sí. Es curioso que lo menciones.Cuando empecé a desarrollar la novela mi idea era ambientarla en España. Pero luego pasaron varias cosas: conforme la fui soñando, la ambientación londinense se fue imponiendo y también vi que, de alguna manera, en lo que yo estaba contando aparecía Julio Verne. Hay un eco de sus novelas, aunque en un tono muy diferente. Cuando ideé el viaje que harían los protagonistas tuve presente La vuelta al mundo en 80 días, un libro que devoré de niño. De ese viaje quise hacer un homenaje a la obra de Verne y de hecho muchas de las paradas en el viaje que se desarrolla en mi libro coinciden con las paradas de La vuelta al mundo en 80 días. Todo esto contribuyó a que me decidiera por esos parajes en concreto. Recientemente he descubierto una tienda en Barcelona que se llama El Rey de la Magia, en la que se lleva trabajando sobre la magia desde el siglo XIX. Si esto lo hubiera sabido cuando me hallaba escribiendo el libro, los personajes habrían hecho una parada allí. Sin embargo surgió como surgió porque con frecuencia los personajes van trazando su propio camino.
Entonces todo esto quizá dé para otro libro sobre magia...
El tema me encanta.Y cuando terminas un libro y hablas con la gente te surgen ideas que bien pueden apuntar hacia desarrollar más lo que hiciste o bien a adentrarte por otros caminos. Pero no estaría mal que en alguna otra novela, Aurelius, protagonista de Los últimos años de la magia, visitara España y se pasara por El rey de la magia. Cuando empezaba a escribir siempre pensé en hacer un libro ambientado en mi Albacete natal y llamarla Guía del Albacete mágico y contar cómo cada sitio tiene una historia mágica, que en este caso no sería real sino ficticia. Y no descarto hacerlo algún día.
¿Cuánto hay de magia en la vida, en nuestras vidas?
Eso depende. En la vida de una persona depende de cuánta magia esté dispuesta a introducir.Hay gente que es muy prosaica y que todo lo ve de manera muy racional, para la que todo es cuadrar balances. Pero existe otra gente que se deja llevar por la magia,que la permite entrar en su casa.Refiriéndome a mi novela, siempre he querido dejar claro que la magia es el motor que mueve el universo. Pensemos por ejemplo que hay un orden que permite que los planetas giren,que los átomos se unan formando moléculas, que un óvulo y un espermatozoide se unan y den lugar a un ser que en tres o cuatro meses va a estar respirando,soñando, sintiendo... A este fenómeno, que podemos ponerle el nombre que queramos (física, biología, matemática)es una suerte de magia. Cuando toco un objeto veo que mis dedos lo palpan, pero en realidad son átomos que está moviéndose e interactuando; esto, en esencia, es magia, ya que llega un momento en que el cerebro no puede comprender, abarcar ni racionalizar todo el universo. Puede darse el nombre que se quiera –Dios, ciencia- pero para mí es la magia como motor del universo la que lo mueve todo y está constantemente presente en nuestras vidas.
Encontramos mucha simbología en tu novela ¿ Existen los “Telesios”, los “cazadores de hadas” en lo que entendemos por mundo real, el mundo que vivimos?
Por supuesto. La novela es en parte una llamada, una protesta, un grito contra un mundo que es cada vez más sombrío, más gris, en el que se intenta expulsar a lo mágico.Aunque no quiero que nadie se confunda, ya que se trata de una novela de aventuras. Sin embargo, hay todo un trasfondo. Por supuesto que hay muchos cazadores de hadas: son los que intentan que la gente no sueñe y que sólo se preocupe por balances, estadísticas, por rendir al máximo. No hay más que encender la televisión y ver a los que nos gobiernan: la mayoría son secuaces del “cazador de hadas”... Y la vida tiene que ser otra cosa. Hay que intentar que, sin dejarse llevar en exceso por la fantasía, entendiendo que el mundo funciona con unas reglas, la magia se introduzca en nuestras vidas,porque de lo contrario el mundo se convierte en algo oscuro, casi sin sentido. Y entonces ¿qué nos queda? ¿el suicidio de la gente que se desespera? ¿Las crisis? ¿Las guerras? ¿Las injusticias? Creo que en efecto hay muchos “Telesios” por ahí sueltos a los que hay que intentar poner coto. La novela es en definitiva un clamor para creer en algo diferente, en la fantasía, y sobre todo para tener esperanza. Porque la fantasía lleva a la esperanza.
¿Y si la magia es tan real como este plano en el que vivimos, limitado por los sentidos, por la experiencia que nos impone ese cancerbero mayor que es el sentido común ¿ Qué llave -o clave- puede abrirnos la puerta de tiza de Arcadia o transportarnos a lo mágico?
Hay varias herramientas, pero en concreto existe una que nos ayuda a viajar al Reino de Arcadia, que nos ayuda a soñar. Se trata de una herramienta real, nada imaginaria:los libros. Lo comenté cuando me dieron el premio en el Festival de Sitges: cuando coges un libro, por ejemplo de Cervantes, de Homero, de Dante, estás escuchando las palabras de alguien que murió hace muchos siglos. Es una suerte de espiritismo real que te permite entrar en contacto con los pensamientos de alguien que hace mucho que no está en este mundo. Esa maravilla ¿no es magia? La literatura te permite llegar a sitios a los que nunca irás: sé que nunca iré a Marte, pero cuando leí Crónicas marcianas, de Ray Bradbury, estuve allí. O también podemos viajar a épocas pasadas o futuras. La literatura es una forma de acceder a la magia. Y si no dispones de un libro, la forma de llegar a la magia es a través de la ensoñación, mirando al cielo, contemplando una puesta de sol... Eso es en gran medida lo que nos distingue de una piedra. Y es un don que deberíamos potenciar más. Tendríamos que entender que la vida es un regalo muy corto, que vamos a estar aquí muy poco tiempo y que no todo consiste en procurarse comida, vestimenta y dinero, sino que hay que intentar buscar otras cosas en ella; ya sea a través de la música, de disfrutar con tus hijos de un paseo, de estar con tus amigos o, por qué no, de apasionarse con un partido de baloncesto. Existen muchas formas de encontrar la magia y suelen estar a menudo relacionadas con cosas que aparentemente no tienen mucho valor material.
¿Por qué elige el Gran Houdin a Aurelius Wyllt de pupilo?
Hay un momento en el libro o quizá en la película de El Hobbit en el que se platea la pregunta de por qué se eligió a un personaje tan pequeño y desgarbado y autor responde “porque me infunde esperanza”. Para mí Aurelius es como la representación de esa esperanza. Por tener tanto amor por la magia, por la fantasía, y porque posee también un valor tan devaluado como la bondad. Aurelio es esencialmente bueno. Estas dos virtudes hacen que el mago se fije en él. Aparte de esto,cuando pensaba a la novela quise crear un trasfondo en el que tiene mucho que ver su orfandad, su origen, que acaso algún día revele en alguna otra novela.
Imagino que hay una dosis de ti mismo en Aurelius...
Bueno yo quisiera que mis mejores virtudes fueran las de Aurelius. Y es que en realidad cuando escribimos todos los personajes, incluso los villanos, son parte del autor. Cuando creas un personaje, aunque sea uno secundario, tienes que rebuscar en ti mismo para hallar los sentimientos que lo motivan, las razones de su ser, para crear su historia. Al final todo esto son partes de ti, las que te gustan más y las que te gustan menos. En Telesio, el malo, hay una parte de mí; quizá una que detesto; como también otra, acaso idealizada, en Aurelius. En mi primera novela,Núbilus, el protagonista se llamaba “Joe meteoro” porque yo me llamo José... y hay poco más que explicar.La historia de Aurelius tiene muchos puntos en común con la mía. Cuando él sale a la calle y ver los carteles que anuncian la llegada del Gran Houdin,le ocurre lo que a mí cuando siendo niño salía de la escuela y veía los carteles del cine Palafox,anunciando Star Trek o los Gremlins,y me quedaba encantado por la fantasía, por la magia que sugerían. Aurelius llega a la magia y termina triunfando y yo me sentí un poco así cuando estuve en Sitges y me entregaron el premio Minotauro y, rodeado de mi familia, vi la portada de mi novela proyectada en una pantalla de cine. Hay mucho de mí en Aurelius y espero que haya mucho de Aurelius en mí.
Una pregunta larga: Maese Calibán, Gabrielle y Hans son junto con Aurelius, que es el protagonista, los personajes fundamentales de la historia. También podría incluir a Telesio, pero este es el antihéroe, y a Miranda tampoco la incluyo porque al final se convierte en una de esas víctimas que acaban siendo fieles a sus verdugos ¿Existe un cierto fatalismo en el destino del mago enano, la mujer loba y el hombre erizo? Quiero decir ¿Son sólo personajes necesarios para que se cumplan las expectativas de Gran Houdin de convertir a Aurelius en un verdadero mago, o tienen capacidad para “renacer”?
Siempre pensé que los personajes trazaban su propio camino. De hecho con Caliban y con Gabrielle no tuve muy claro lo que iba a hacer, aunque ya tenía estructurada la novela. Ellos fueron escribiendo poco a poco su destino. Al final me di cuenta de que, por ejemplo Gabrielle, que es un personaje muy relacionado con Caperucita Roja, tenía que morir ya que existe como cuento. Al final del libro no podía tener una existencia física. El fin último de la mayoría de ellos no es llegar a donde llegan; pero el desarrollo de la historia les llevo por ahí y es adecuado a lo que se relata. No obstante, no están del todo muertos, pueden volver a aparecer, están en otro sitio, en otra realidad. Además los escritores tenemos la posibilidad de volver sobre ellos, de contar, por ejemplo, su niñez ¿ Pueden resurgir o estaba todo predeterminado? La respuesta es que teniendo magia de por medio, que es un material maleable que se adapta al tamaño de todas las imaginaciones, puede pasar cualquier cosa con ellos.
El término “cendal” aparece con frecuencia en tu novela ¿Se trata de un conjuro?
Efectivamente el cendal es un tipo de conjuro que sirve para enmascarar un acto mágico. Yo entiendo la magia como una fuerza que está ahí y a la que los seres humanos, por nuestra propia limitación, no podemos acceder directamente. Es como cuando a un niño le enseñas a sumar y el concepto de la suma y a continuación le enseñas un algoritmo, el algoritmo de la suma, para poder realizar cálculos de suma más complejos.Los encantamientos en la novela son como algoritmos que permiten a los magos interactuar con la magia. Uno de esos encantamientos sería el cendal. Sin embargo llega un momento en que el mago está tan dotado, domina tanto la magia, que no necesita el algoritmo.Volviendo al ejemplo de la suma, es como si uno hubiera llegado a tal nivel de abstraccion que fuera de capaz de sumar 2367000 + 9646000 sin necesidad de hacerlo a través de unidades, decenas, centenas etc. Eso es lo que llamamos las “vías mágicas”, cuando un mago utiliza la magia de manera directa, sin necesidad del algoritmo, de la muleta que lo ayuda. El cendal es un encantamiento que trata de disimular el “aroma a magia”, es, pues, un hechizo más de los que emplean los magos. Y en este caso concreto,utilizado para que el cazador de hadas no detecte que se ha alterado la realidad.
Veo claro a través de tu explicación por qué una de las acepciones que he encontrado de la palabra “cendal” sea la de una suerte de paño que se emplea en los altares
Así es. Una tela o gasa que cubre ciertos objetos de culto. Está clara la relación.
¿Seguirás la senda de la magia... en lo literario?
Ojalá. Me siento muy cómodo escribiendo sobre fantasía y lo mágico y precisamente ahora me hallo con una novela que también tiene tintes mágicos. Podría dedicar el resto de mi carrera al género fantástico. No sólo me encanta, sino que me sumerjo en las historias y disfruto plenamente con ellas. No sé qué pasará el día de mañana pero de momento continuó con la magia. Aunque también es cierto que este género literario cuenta con poca tradición en España y no resulta fácil llegar a la gente en masa y vender muchos libros. Pero mientras las editoriales me los acepten seguiré publicando novelas de este género (Te digo esto y me hago esta reflexión: tampoco descarto dedicarme a otros géneros porque me atrae todo tipo de literatura)
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