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"Ahora aparecen estudios que corroboran lo que decía hace seis años" (Parte IV) | |||
Mario Luna, escritor y director de Seducción Científica | |||
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Lo cierto es que la prioridad del director de Seducción Científica no es "cumplir" con los estándares científicos, sino ofrecer "resultados" a las personas que confían en él. Mario no se explica por qué su trabajo no se conoce más. Hablando de críticas y manipulaciones de las que ha sido víctima, percibe "la sensación" de haber tenido "muchos frenos" por no estar haciendo algo "políticamente correcto". "La sociedad no nos ha tomado en serio (...) Hay gente que nos odia a la que no le interesa que esto se dé a conocer", añade. (Continúa la entrevista desde la Parte III) En tus primeros libros encasillas a los hombres que no conocen el mundo de la seducción en dos grandes grupos: los fruscos (los que no ligan nada) y los naturales (los que tienen habilidades innatas para hacerlo). ¿No crees que entre un extremo y otro te dejas a la mayoría de la gente? Yo creo en esos puntos medios y creo que son muy sanos. Por supuesto, en la vida real hay mucha gente a caballo entre una cosa y otra pero a veces la exageración y los extremos ayudan a aclarar cuál es nuestra dirección. Son estereotipos que sirven para saber cuándo lo estás haciendo bien y cuándo mal. Los hemos creado por didáctica. De todas formas, en la práctica las diferencias se exacervan un poco más cuando hablamos de iniciar interacciones. La gente vive más de ligues mecánicos o de su entorno. "Mi error en 'Sex Code' fue
No te voy a negar que me leí a todo el mundo para escribir ‘Sex Code’. Mi error fue dejarme influir por ciertas corrientes que venían de fuera con las que tenía que haber sido más crítico. Pongo todas las opciones, explico pros y contras y mi percepción personal. Adopto mucho el método "Mystery" pero tampoco me caso con él. Mi error fue recomendar más el método indirecto cuando yo nunca lo he sido. Aunque he hecho de todo, cuando estuve en Formentera y cambió mi vida no fui precisamente así. Me hace gracia lo de reactivo. La reactividad es un concepto que utilizamos en las interacciones de cortejo. Está muy bien no ser reactivo cuando una chica no muestra interés sexual hacia ti porque estás comunicando que tienes una vida. Pero en el ámbito de los delitos y de que alguien coja el trabajo de toda tu vida, se limpie el culo con él y lo tire a la basura, a eso le llamo estar indignado. Y eso es extremadamente reactivo. Fui totalmente reactivo con la putada que le hacen a Ray. Fue injusto y me indignó muchísimo. No creo que ser reactivo a ese nivel sea incongruente con lo que enseño. Cuando se trata de mejorar el mundo, de frenar la injusticia y de parar comportamientos inaceptables, no creo que lo alfa sea quedarte de brazos cruzados y decir: “no me afecta”. Sería una actitud casi ridícula. "Hay gente que nos odia. No me
Volviendo al caso de Manel Fuentes te diré que vi cómo la periodista levantaba cinco veces la mano a Ray diciendo “ganador por palizón” y luego lo cortaron todo y lo manipularon con el sonido de la caja registradora. Precisamente porque la sociedad no nos ha tomado en serio, los de La Sexta asumieron que éramos unos mierdas. Es gente incapaz de entender el camino que hemos hecho. Quizás buscaban audiencia a toda costa, que es lo que persigue la telebasura. Hay muchos programas que buscan audiencia y no hacen eso. ¿Cómo se puede caer ahí? Por una falta de consideración total por el trabajo de otra persona. Porque ellos nunca han hecho un trabajo serio y profundo, sino que han ido más bien por el camino del pelotazo. Asumieron directamente que no tenemos dignidad, que no nos merecemos un respecto y que nuestro trabajo no vale. Hubo una desinformación absoluta. Así como tú vienes a hacer esta entrevista y demuestras que te lo has leído todo, que conoces de qué va el tema, ellos no se habían leído ni una sola línea. El programa desapareció tras la siguiente edición.
Todo lo contrario. Creo que es una afirmación más segura. Es lo más sensato. Cuando dices que haces ciencia aparece el típico burócrata que te pregunta cuántos experimentos has hecho, bajo qué condiciones, etc. y al final sólo hacen ciencia las cuatro universidades de EEUU que tienen los medios. "Dentro de 20 años se impartirán
Da igual cómo lo partas. Me da lo mismo decir que es una asignatura dentro de psicología o que te lo enseñen como algo aparte. Lo que sí sé es que dentro de 20 años se impartirán en psicología muchas cosas que nosotros ahora enseñamos. No sé si se nos citará pero los libros están ahí. De hecho, hace poco fue noticia que en las universidades chinas es obligatoria la asignatura de psicología del amor y del sexo. Así es. Y en China se tradujo mi primer libro hace unos cuantos años. Ojalá me citen. Ahí están las fechas de publicación de mis libros. Pero bueno, que si no lo hacen ahora igual dentro de dos siglos, cuando ya dé igual todo, alguien dirá que ya lo dijimos nosotros. De todas formas el debate no es si la seducción es una ciencia o no. Es si la psicología lo es y, en general, si las ciencias humanas lo son. Si la psicología es una ciencia, ¿cómo la seducción no va a formar parte de ella? A esto que dices en filosofía le llaman fraccionar la vista. Es decir, el pensar que lo natural es lo deseable. Entender lo natural sirve para explicar cómo somos. Mi impluso natural es correr a la cocina y comerme una barra de chocolate porque mis genes están adaptados a un entorno de escasez de calorías. Una cosa es entendernos y otra aspirar a ser monos otra vez. Hay que replantear muchas cosas, pero hay que tener cuidado cuando hablamos del estado natural de las cosas porque generan una incompatibilidad básica. Por ejemplo, las mujeres no son igualmente infieles que nosotros. Tienen unos intereses diferentes. Al hombre su cerebro le favorece las fantasías en las que invierte menos para conseguir sexo. Fíjate en el argumento de cualquier película porno. Inviertes menos, luego te pones más cachondo. Sus fantasías van más hacia el valor del hombre, su misterio, si se enamorará de ella y la hará sentir especial, etc. "Cuando seducimos a una (Le interrumpo) A lo mejor tiene que ver todas las motos que les han vendido del ideal del mundo rosa. ¿Pero por qué compran esas motos? Porque tienen una predisposición genética que tú no tienes. La sociedad vende lo que compramos. Cuando seducimos a una mujer lo que hacemos es darle una parte de esa fantasía que necesita. Se produce un intercambio. Igual que tú te vas a resignar a tener sexo con la primera chica de buen ver que te cruzas por la calle –aunque tu instinto te lo pida-, ellas se van a resignar a encontrar a su príncipe azul perfecto. Pero eso no quiere decir que esas fantasías os vayan a desaparecer. Si tú no le vendes esa fantasía vendrá otro que lo hará y tendrá éxito porque la fantasía la tenemos implantada desde que vivíamos en tribus. En la Edad Media era el caballero o el juglar y ahora es el protagonista de Crepúsculo. Y encima tienes las dos versiones: el vampiro que es el amor de su vida y el lobo que es el polvo. Proveedor, amante, variedad genética… el mismo esquema que no va a cambiar nunca
¿Acaso los hombres no disfrutamos más del sexo con una mujer a medida que la vamos conociendo? Cierto. Es porque tienes más probabilidades de dejarla embarazada. Si lo haces 20 veces es más fácil que ocurra que si lo haces una. Y por eso también buscamos variedad: cuando tienes novia con el tiempo te va bajando la líbido y de repente encuentras a otra nueva y te vuelve a subir. Cuidado con esta perspectiva porque es muy masculina y muy peligrosa. Las mujeres van por ciclos y atribuir a una mujer más o menos promiscuidad por lo que te cuesta puede ser un error. Ellas eligen ser más o menos promiscuas en función del momento y de la persona, no va ligado a un patrón constante de comportamiento. Además, este tipo de criterios les dan a ellas muchas armas para manipularnos. |
La tragedia de Valencia es una de las noticias que más impacto ha causado en nuestro país en los últimos años. Sumada a la de la erupción del volcán de La Palma, no sólo ha suscitado la empatía con las víctimas, también ha incrementado la alarma en relación al cambio climático y sus consecuencias. Las consultas por miedo a reacciones inesperadas de la naturaleza han aumentado en los últimos años en las consultas de Psicología. Es lo que se conoce como ecoansiedad.
Quedan escasos días para que finalice este año y, con ello, toda una serie de acontecimientos que nos han sucedido a cada uno de nosotros. Para algunos, cosas buenas que desearán que se sigan repitiendo en el que viene, y para otros no tan buenas y rezarán para que todo pueda cambiar e ir a mejor. Todo depende de la valoración que hagamos, de las experiencias vividas y de la actitud con la que nos tomemos todo aquello que nos va pasando.
A medida que se acerca el final del año, muchos profesionales experimentan más estrés debido a la presión de ultimar proyectos a tiempo, por los compromisos sociales y por el desafío de equilibrar entre la carga de trabajo y la vida personal. Algunos signos que pueden identificar si un profesional sufre el síndrome del trabajador quemado son la fatiga constante, la dificultad para concentrarse o mantenerse motivado, o sentirse más irritado y desconectado del trabajo.
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