Desde el pasado día 11 han corrido ríos de tinta analizando desde todos los puntos de vista posibles el hecho de que miles de catalanes salieran a la calle reivindicando la independencia para Catalunya, me da lo mismo que fueran millón y medio como dijeron los mossos y la policía local que los seiscientos mil que contabilizó la Delegada del Gobierno de Rajoy en Catalunya, fueran los que fueran supuso todo un acontecimiento que ha cogido a contrapié a la mayoría de los políticos y más cuando la convocatoria partió de la iniciativa ciudadana al margen de los partidos políticos. Una gran mayoría del pueblo catalán salió a la calle, de forma pacifica y festiva, a expresar su descontento con el estado actual en que se encuentran las relaciones entre España y Catalunya. Miles de banderas esteladas (las cuatro barras con una estrella blanca sobre fondo azul) fueron paseadas por las calles de Barcelona, nunca se habían visto tantas en calles y balcones, para mostrar el deseo del pueblo catalán de poder decidir su futuro.
A los deseos nacionalistas de los catalanes se ha unido en esta ocasión también el cabreo existente en todos los ámbitos ciudadanos contra la actual coyuntura económica que está llevando a mucha gente a los lindes de la pobreza y más cuando se sienten insultados por algún Presidente de alguna autonomía que en parte se nutre de las aportaciones económicas de la solidaridad de las CC.AA de Madrid, Baleares, el País Valencià y Catalunya. Para comprobarlo bastaría que el Ministerio de Hacienda publicará las balanzas fiscales, no lo hace desde el año 2005, no les ha interesado ni al PSOE ni al PP hacerlo, Las CC.AA que cito no ven revertidos en su comunidad una parte de los impuestos que aportan al Gobierno de España. Solidaridad si, toda la necesaria, pero que encima a los que más pagan se les llame tontos y se les insulte no es de recibo.
Lo que ha pasado ahora, este clamor independentista, se veía venir desde otra gran manifestación que se produjo en Julio del año 2010, en aquella ocasión los catalanes llenaron las calles de Barcelona para protestar contra la sentencia del Tribunal Constitucional que recortó, incluso más allá de lo que se esperaba, el Estatut que los catalanes en referéndum y su Parlament en sede parlamentaria habían aprobado. No hay que olvidar que aquel Estatut fue recurrido ante un Tribunal Constitucional francamente desacreditado y con la mayoría de sus miembros nombrados por el PSOE y el PP, algunos de sus componentes incluso ya habían agotado su mandato, pero seguían allí para dictar las sentencias que a sus “señoritos” les placían. Entonces no hubieron tantos gritos de independencia y convocaron todos los partidos, excepto naturalmente el PP que habían hecho una campaña de recogida de firmas contra el Estatut por toda España en una buena muestra de cómo entiende la muchachada de la gaviota carroñera el ejercicio de la democracia.
De aquellos polvos vinieron estos lodos, la ciudadanía se ha hartado y quiere decidir si seguir en España o hacer un punto y aparte en una relación que desde 1714 es de súbditos más que de ciudadanos. Y pronto han empezado los ataques a este derecho democrático, al de decidir qué se quiere ser. Los voceros del miedo ya han afilado los estiletes de sus ordenadores y en esta ocasión no es tan sólo la “Brunete Mediática” quien lanza el ataque. Comparan a una Catalunya independiente con Chipre que en el ranking europeo tan sólo está un puesto por debajo de España, llegan amenazas de salir del euro y de la Unión Europea y pintan un panorama tétrico para una Catalunya independiente. Desde Madrid, concepto que no ciudad como suele escribir Iu Forn, no se entienden las aspiraciones de los ciudadanos catalanes Y cuando hasta el mismo presidente de la patronal CEOE dice que hay que solucionar el problema de la financiación de Catalunya Mariano Rajoy da un portazo a Mas y con este portazo hace crecer el número de aspirantes a la independencia.
Ahora es el momento del seny( del sentido común), es llegada la hora de explicar a la ciudadanía catalana los pros y los contras de un estado independiente, es la hora de explicar con los números y sin engaños, los engaños llegarán desde la otra parte, los beneficios de ser independientes, es la hora de convencer con argumentos y razones a los que dudan o están en contra, es la hora de demostrar a los que quieren seguir en España que en nada van a verse perjudicados por seguir residiendo en la tierra que les ha acogido con los brazos abiertos, es “catalán todo aquel que quiere serlo”. Los catalanes deben saber que ha llegado una difícil época de sangre, espero que tan sólo metafórica, sudor y lágrimas que espero sean de esperanza y alegría, desde todos los puntos se les va a atacar, la mayoría de veces sin argumentos, incluso el Rey Juan Carlos, en un acto que tan sólo tiene el precedente de la que pudo ser noche de cuchillos largos el 23-F, se ha atrevido a meter baza en este asunto abandonando la posición de neutralidad que se supone le otorga la Constitución, un Monarca impuesto por un dictador del que muchos todavía estamos esperando que igual que ha hecho en esta ocasión se manifieste contra la corrupción imperante entre algunos miembros de la clase política de España.
Como arma arrojadiza contra el derecho a decidir de los catalanes emplean y más que lo harán la Constitución. No olvidemos que esta Constitución no la votaron todos los nacidos después de 1961, que hoy son millones, y que fue fruto del pasteleo al que se vio obligada la denominada izquierda que durante la tan aclamada Transición tuvo que pactar con la espalda contra la pared acosados por los espadones del Ejercito todavía franquista que en menos de dos años desde su aprobación intentó una chapuza de golpe de estado que nunca quedó claro desde que despachos partía.
Los catalanes simplemente piden su derecho a decidir, como lo han hecho Escocia y Quebec. Tanto en el Reino Unido, donde manda la derecha, como en Canadá nadie se ha opuesto a ello, pero es que estos dos países llevan largos años ejercitando la democracia y el Gobierno español cada día se acerca más al “ordeno y mando” y en este asunto cuenta con el apoyo del jacobinismo de la socialdemocracia cuyo símbolo desde hace tiempo tiene el puño abierto y la rosa ajada. El asunto va para largo, el camino va a ser duro y lleno de piedras para impedir el libre caminar y si un día los catalanes pueden votar y la opción es mayoritaria espero que una Catalunya independiente sea una nación que respete los derechos sociales y que ningún partido quiera monopolizar el clamor independentista como me temo que ya está intentado hacer CiU partido que no es para nada independentista, Oriol Pujol lo ha dicho “yo soy independentista, mi partido no”. Por favor que se aclaren y que se dejen de eufemismos a la hora de nombrar lo que desean para Catalunya, a estas alturas todavía no he escuchado la palabra independencia en boca de Artur Mas. Termino con unas palabras del poeta Martí Pol “que tot está per fer i tot és possible” (que todo está por hacer y todo es posible)
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