El presentador Ramón García ha expresado sus dudas sobre la posibilidad de retransmitir en TVE las campanadas de la Nochevieja de 2016, al tiempo que ha manifestado que ve "lógico" que el ente público encomiende esta tarea a alquien de la casa. Por su parte, fuentes de RTVE consultadas por Europa Press han afirmado que no hay nada cerrado al respecto. "No tengo ni idea. Pero me imagino y sospecho que este año no las haré, porque lo lógico es que la casa llame a alguien que esté haciendo un programa en la cadena. Con la directiva nueva de TVE no he tenido ningún contacto, y no sé su plan, pero ya va siendo hora de tomarme las uvas en casa con mi mujer y mis hijas, que 14 años son muchos dando las Campanadas", afirma el presentador en una entrevista recogida por Europa Press a 'eltelevisero.com'. Desde hace cinco meses, Ramón García presenta un programa en Castilla-La Mancha Televisión, una experiencia que califica de "reencuentro con el oficio de la televisión", que afronta "con unas ganas de crecer y de hacer cosas increíble". "Y está saliendo muy bien, por lo tanto, estoy muy contento y muy feliz", apostilla, pues, como detalla, "todo ha sido muy rápido y la ha acogida estupenda". Sobre su paso por TVE, el presentador recuerda sus inicios, en 1991, aunque precisa que "hay una parte que es la que no se ve y valoro, y es el haber aprendido el oficio". "Cuando llegué a TVE allí había un montón de profesionales extraordinarios que llevaban muchos años trabajando allí y a mí me enseñaron esta profesión. Tuve buenos maestros y para mí es un orgullo haber tenido la oportunidad de hacer un master de televisión en la televisión de todos", ha subrayado. En líneas generales, Ramón García dice haber desarrollado su oficio a lo largo de más de 30 años "con mucha felicidad". "Las cosas han ido viniendo, los formatos llegando y he tenido la suerte en mi vida de triunfar en muchos. Estoy muy orgulloso del trabajo que he hecho", enfatiza. El presentador también dice estar "agradecido", tras ver "a tantos compañeros y compañeras que eran tan buenos y se han quedado por el camino sin trabajo". "Este oficio es un poco cuestión de suerte y de mucho trabajo todos los días sin que se te caigan los anillos, porque aquí nadie te regala nada", concluye.
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