La historia de Juan Pujol y la lucense Araceli González es la de "un matrimonio de veiteañeros" recién casados "que un día decidieron que iban a tumbar a Hitler" y, tras "muchas peripecias", lo "consiguieron", una "historia increíble" que ahora José de Cora retoma en su última novela, 'El estornudo de la mariposa'. Nacido tras un trabajo documental realizado por el autor, el libro "da cuerpo" a modo de novela a la historia del matrimonio formado por Pujol y González que, en plena II Guerra Mundial, convencieron al Gobierno alemán de que eran espías a su servicio para ayudar a los aliados a que se desarrollase con éxito el Desembarco de Normandía. "La historia te atrapa porque es increíble", ha dicho, en una entrevista concedida a Europa Press, el autor, que ha trabajado durante años en la recopilación de los entresijos de esta cuestión. Su vinculación con los protagonistas nace de Lugo, dado que el padre de José de Cora era "primo de Araceli", mientras que su madre era "amiga de juventud". Con la protagonista de su novela tuvo su primer contacto en Madrid, cuando se trasladó para estudiar periodismo y, más tarde, cuando era director del diario El Progreso y Araceli González lo llamó para poner una esquela para Juan Pujol. "Yo no sabía que había estado casada con él", ha indicado el escritor, que recuerda que en aquel momento, finales de los años 80, ya era conocido que Pujol había ejercido como espía doble durante la II Guerra Mundial. Aunque José de Cora entrevistó a Araceli con posterioridad, ella le "mintió" y le dijo que "nunca supo a qué se dedicaba" su marido. No obstante, para De Cora, la "verdad es tozuda" y demuestra lo contrario.
UN "MOLDE QUE SE ROMPE" CON ELLOS
El autor asegura que la historia es "un molde que se rompe" con la pareja, ya que "no hay ninguna otra persona que haya hecho algo comparable a lo que ellos hicieron", poniendo en práctica su intención de "tumbar a Hitler sin ayuda oficial". "Hicieron un ejercicio de malabarismo, de ilusionismo", ha resumido José de Cora, para quien Hitler estaba "totalmente conquistado por ellos" y por eso se fió totalmente de su información falsa sobre cuando se produciría el desembarco de los aliados. De hecho, el Führer llegó a falsificar documentación para entregar la Cruz de Hierro alemana a Pujol, que tiene también la máxima condecoración del bando británico. Pasado el desembarco, en un primer momento, ha indicado el escritor, ambos miembros de la pareja optaron por el anonimato por "miedo a las represalias" nazis. Él se exilió a Venezuela, mientras que ella hizo su vida, casa de nuevo, en Madrid. Posteriormente, después de que se hiciese público que él había sido un espía doble, Araceli González le dijo que "no quería saber nada de eso" y, hasta el final de su vida, negó haber sido partícipe, negándoselo incluso a sus propios hijos. Para José de Cora, esta actitud pudo deberse a que Araceli González continuase realizando "actividades cercanas al espionaje" en Madrid, relacionadas con la Embajada de Estados Unidos, y que no desease que su nombre estuviese relacionado con el caso.
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