El ambiente al que están expuestos los usuarios de lentillas influye en la integridad de la superficie ocular, tal y como ha mostrado un equipo de investigadores del Grupo de Superficie Ocular del Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid, del Centro de Investigación Biomédica en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BNN) y la Universidade do Minho de Portugal. Y es que, pese a que más de 140 millones de personas en todo el mundo utilizan lentes de contacto, cerca de la mitad sufre síntomas como sequedad, picor, quemazón o sensación de cuerpo extraño, lo que supone la primera causa de abandono del uso. Durante el día a día se está expuesto a condiciones ambientales artificialmente controladas (como el aire acondicionado y las calefacciones de oficinas, vehículos o cabinas de avión), las cuales están relacionadas con problemas oculares, principalmente debido a la baja humedad y el flujo de aire que se produce. De estas condiciones, las cabinas de avión representan una de las más extremas dada la baja humedad, baja presión atmosférica y el flujo de aire continuo. "Conocer el comportamiento de la superficie ocular en usuarios de lentes de contacto bajo diferentes condiciones ambientales puede ayudar a conocer mejor cómo se produce el proceso de incomodidad que sufre un gran número de personas", ha explicado María Jesús González-García, una de las investigadoras del estudio publicado en 'Ophthalmic and Physiological Optic' y recogido por la plataforma Sinc. Para alcanzar sus resultados, los autores utilizaron la cámara ambiental (CERLab) de la empresa Visión I+D, una infraestructura formada por 17.000 kilogramos de acero con la que se pueden recrear las condiciones ambientales extremas a las que se somete el ojo humano en determinadas situaciones, como vuelos transoceánicos, al permitir modular la temperatura, la humedad relativa, la presión atmosférica y el flujo de aire en su interior.
ASINTOMÁTICOS Y CON SÍNTOMAS
Los investigadores reclutaron a 54 usuarios de lentes de contacto, la mitad asintomáticos y la mitad con síntomas de incomodidad ocular mientras usan sus lentes. Todos ellos realizaron cuatro visitas combinando el uso de dos tipos de lentes diferentes, hidrogel (blandas) convencional e hidrogel de silicona. Además, la exposición en la cámara ambiental fue realizada a dos condiciones controladas diferentes, estándar (23 grados de temperatura, 50 por ciento de humedad relativa y 930 milibares de presión atmosférica) y adversa (23 grados de temperatura, 5 por ciento de humedad relativa, 750 milibares de presión atmosférica y flujo de aire continuo), durante 90 minutos. De esta forma, el equipo encontró que la condición adversa tuvo un mayor impacto sobre la superficie ocular, lo que, a juicio de los expertos, demuestra que la condición ambiental a la que los usuarios de lentes de contacto están expuestos tiene un efecto importante sobre la integridad de la superficie ocular. Por otro lado, las dos lentes de contacto ensayadas obtuvieron comportamientos diferentes, lo que indica que el tipo de lente "también es un factor importante". Sin embargo, no encontraron diferencias entre los dos grupos de usuarios de lentes de contacto (sintomáticos y asintomáticos), una ausencia de relación entre síntomas y signos clínicos que se repite una y otra vez en la literatura científica. "La causa de la incomodidad durante el uso de lentes de contacto sigue siendo desconocida, por lo que todavía queda mucho por descubrir para tratar de comprender mejor esta condición", ha zanjado González-García.
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