Tener amigos reduce los espacios de soledad, refuerza el crecimiento personal, da apoyo emocional, nutre la autoestima, fortalece la memoria emocional a través de los recuerdos y eleva el nivel de resiliencia personal en los momentos de dificultad de las personas mayores, según apunta la doctora Conchita García, médico de la Dirección Asistencial de Sanitas Mayores.
Con motivo del Día de la Amistad, que se celebra este lunes, la experta aporta algunos datos sobre la incidencia de la socialización en los mayores, entre los que se encuentran también efectos favorables en determinadas patologías como el dolor articular, el control de enfermedades crónicas como la hipertensión arterial o la diabetes, así como en la prevención de patologías de la esfera psicosocial como la depresión y la ansiedad.
Por otro lado, Conchita García apunta que rodearse de gente favorece la salud física, mental y emocional para estos mayores. Según la doctora, la oxitocina, conocida como 'la hormona de los abrazos', reduce el dolor, la ansiedad, aumenta la energía y fortalece el sistema inmune.
"Además, también ayuda al aprendizaje a través de las experiencias con las personas que nos rodean. Aprendemos al construir relaciones, al mejorar nuestra comunicación y al escuchar consejos", explica la especialista de Sanitas, añadiendo que, a su juicio, "el abrazo y consuelo de un amigo son buenos antidepresivos"
También hay estudios que apuntan a que tener buenos amigos aumenta la esperanza de vida. "Un estudio realizado por la Universidad de California (Estados Unidos) en alrededor de 3.000 mujeres con cáncer de mama reveló que las pacientes sin amigos íntimos tenían un riesgo de fallecer cuatro veces más alto que las que tenían diez o más amigos que les brindaban.
PROTEGE FRENTE AL ALZHÉIMER
Además, apunta que tener un círculo de amigos cercanos protege frente al alzhéimer y fomenta hábitos de vida saludables. "Las personas que viven solas y que apenas se relacionan con los demás tienden a llevar un estilo de vida menos saludable y por ello envejecen antes", indica la doctora.
Por otra parte, señala que tener amigos sin lazos de parentesco proporciona un amparo ante las situaciones que nos aconteciendo. "Envejecer es una etapa de la vida, pero que es nueva y por eso puede resultar confusa. Además, puede generar inseguridad y temor, por lo que si se cuenta con amigos que estén en la misma situación y que nos entiendan, la adecuación será mucho más sencilla", añade.
Asimismo, considera que tener amigos en la etapa madura provoca que se creen nuevos hábitos con ellos, ya que "a medida que se envejece se van dejando atrás algunas de las costumbres que se solían llevar a cabo".
De hecho, asegura que un estudio de la Universidad de Purdue (Estados Unidos) publicado en 2010 destaca que las personas mayores afirman tener mejores matrimonios, amistades más comprensivas y menos conflictos con sus hijos y hermanos en la vejez que en la juventud. Para la doctora, "se debe al hecho de que son conscientes del poco tiempo que puede quedarles a sus relaciones, por eso cuidan y valoran más cada momento".
Ante la pérdida de un amigo, algo a lo que se enfrentan más a menudo los mayores, la doctora indica que "no sólo genera un gran dolor y sentimiento de soledad, sino que también es algo con lo que pueden verse reflejados y por lo tanto sentir que su muerte está cerca".
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