Iglesia por el Trabajo Decente, una iniciativa promovida por Cáritas, Conferencia Española de Religiosos (CONFER), Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC), invita a movilizarse públicamente el próximo 1 de mayo, Día del Trabajo, contra "la lacra de la precariedad laboral", bajo el lema 'No soy un descarte'.
Las entidades de la Iglesia unen sus voces, por segundo año consecutivo, en un manifiesto titulado 'Priorizando a las personas, descartamos la indecente precariedad' en el que denuncian la precariedad laboral "que lesiona los derechos de las personas trabajadoras y de sus familias". En redes sociales han lanzado el hashtag #NoSoyUnDescarte, junto a imágenes de jóvenes, mayores, mujeres y migrantes.
En concreto, denuncian los graves efectos que la precariedad laboral está teniendo en "la juventud, hundida en una pobreza crónica que les imposibilita un proyecto de vida"; en las "familias, cuyas necesidades básicas quedan sin asegurar o sin cubrir, como son el techo, luz, comida, ropa o medicamentos" y en las "personas mayores, que sufren una vejez sin calidad a causa de unas pensiones indignas".
Además de subrayar que "el trabajo es esencial para la vida de las personas porque ayuda a construir la humanidad", las organizaciones exigen "a políticos, gobernantes y poderes económicos unos derechos que son básicos para la construcción de una sociedad cuyo sentido y función sirvan al bien común".
Para ello proponen, recogiendo uno de los focos señalados por la Organización Internacional del Trabajo con motivo de la celebración del centenario, "un programa centrado en las personas y basado en la inversión en las capacidades de los individuos, las instituciones laborales y en el trabajo decente y sostenible".
El manifiesto incluye el testimonio de César, un joven de Zaragoza que sufre los efectos de la precariedad laboral. "La mayoría de trabajos que me ofrecen las empresas son precarios, horas sueltas, sustituciones puntuales, no dan para vivir de forma digna, ni mucho menos. Este tipo de trabajo me genera mucho estrés y tengo miedo del día de mañana", explica.
En este contexto, Cáritas, CONFER, HOAC, Justicia y Paz, JEC y JOC reclaman "que se sitúe a la persona en el centro de la vida política, de las relaciones laborales y del trabajo, a fin de abordar la indecente precariedad que descarta a millones de personas al acceso a un trabajo decente, y de facilitar el diálogo social entre los gobiernos y las organizaciones de trabajadores y trabajadoras, empresariado y agentes sociales".
RECONOCER EL TRABAJO DE CUIDADOS
Asimismo, piden a los poderes públicos que "hagan efectivo el derecho a un trabajo digno para todas las personas"; y que se reconozca "social y jurídicamente el trabajo de cuidados, basado en un planteamiento nuevo de políticas sociales, de género y educativas que facilite una prestación de los cuidados compartida por hombres y mujeres".
También sugieren que se promuevan "unas condiciones laborales que garanticen la integridad física y psíquica de la persona, y su protección social, para que no haya ni una persona muerta más por accidente de trabajo".
En el marco del 1 de Mayo, las entidades que lideran la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente han convocado en todo el país una agenda de actividades de movilización pública para exigir, de la mano de las organizaciones sindicales, "un trabajo decente acorde con la dignidad de todas las personas".
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