El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha presentado este viernes la actualización del plan de cambio climático de Ottawa, en el que se incluye una triplicación del impuesto al carbono y un gasto de más de 15.000 millones de dólares canadienses (unos 9.600 millones de euros) para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero del país para el año 2030. Para lograr las metas de reducción de un 40 por ciento de las emisiones, el precio del carbono aumentará hasta los 170 dólares canadienses (unos 110 euros) por tonelada métrica para 2030. No obstante, esta medida no ha encajado bien en todos los sectores, y está siendo impugnada en los tribunales por una empresa de petróleo. De hecho, este nuevo plan climático de da tras cinco años contenciosos en los que el Gobierno se ha visto enfrascado en batallas con las provincias sobre las medidas para reducir las emisiones, tal y como informa el diario local 'The Globe and Mail'. Así, el plan de Trudeau sólo será viable si el Tribunal Supremo canadiense dictamina a favor de la constitucionalidad del impuesto federal al carbono. "Sabemos que los canadienses comprenden que ya no pueden contaminar libremente en ningún lugar del país", ha destacado el líder este viernes en una rueda de prensa. La decisión ha sido celebrada por los grupos ambientalistas y ecologistas, aunque ha sido criticada por la oposición conservadora. El anuncio de la Administración de Trudeau se produce un día antes de la celebración de la conferencia sobre el clima que celebra este fin de semana Naciones Unidas.
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