MADRID, 27 (SERVIMEDIA) Las tendencias de la sequía en Europa se están alineando con las proyecciones del cambio climático, lo que apunta a una disminución de la frecuencia de la escasez de agua en el norte del continente y una aumento de estos episodios en el sur. Así lo aseguran cuatro geocientíficos de instituciones de Estados Unidos, Nueva Zelanda, Noruega y Reino Unido, en un estudio publicado en la revista ‘Scientific Reports’, donde señalan que los principales índices de sequía se están correlacionando con las simulaciones climáticas. “Ha habido muchas proyecciones, pero ahora que estamos empezando a ver que las proyecciones y las observaciones se alinean, no se trata de ‘¿está sucediendo?’ Es cuestión de ‘¿cuánto?’ y ‘¿qué hacemos?’”, señala James Stagge, investigador postdoctoral en la Universidad Estatal de Utah (Reino Unido). Los patrones espaciales observados por Stagge y su equipo coinciden con las proyecciones de cambio climático para Europa, que sugieren sequías menos frecuentes en el norte y más frecuentes en el sur de Europa. “Una vez que agregas los aumentos de temperatura para toda Europa, tienes todas las características del cambio climático”, apunta Stagge. LÍMITE DE SEQUÍA A medida que las temperaturas aumentan en Europa aumenta la evapotranspiración, es decir, lo que está saliendo de la tierra y regresando a la atmósfera. Se trata de la evaporación desde el suelo y desde la superficie cubierta por las plantas, además de la transpiración desde las hojas de las plantas. Según Stagge, un índice de sequía capta este concepto, el otro no. "Cuando se incluye la evapotranspiración, el límite desde donde se está mojando hasta donde se está secando se está empujando cada vez más hacia el norte. Así que no es sólo el Mediterráneo el que se está poniendo más seco. Está subiendo hacia Alemania e Inglaterra. Está moviéndose todo más lejos hacia el norte", recalca. Esta creciente desviación en la frecuencia de sequía en Europa se observa desde la década de 1980 hasta la actualidad. En un clima estacionario, Stagge y sus colegas creen que esta diferencia se distribuiría aleatoriamente y sería estable como lo fue entre las décadas de 1950 hasta la de 1970. “Esta tendencia reciente y consistentemente creciente es una señal clara, no un ruido aleatorio”, añade. Stagge dice que los nuevos hallazgos son importantes para la comunidad científica y podrían influir en las políticas públicas y las industrias agrícolas de Europa. Muchas agencias de seguimiento de la sequía usan índices para determinar en qué consiste ésta y las aseguradoras han considerado su uso para determinar si los agricultores tienen derecho a una indemnización si la sequía afecta a su región. "La investigación destaca la creciente necesidad de definir cuidadosamente la sequía en un clima cambiante. Los índices que fueron estandarizados en el pasado pueden derivar significativamente en un clima cambiante dependiendo de cómo se mide un conjunto de datos y qué período de tiempo se considera", comenta Stagge.
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