MADRID, 09 (SERVIMEDIA) Científicos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) han comprobado que los ancianos con un mayor consumo de azúcares añadidos en su dieta tienen más riesgo de ser frágiles, unos resultados que han sido publicados en la revista ‘The American Journal of Clinical Nutrition’. Según informó la UAM este lunes, en el estudio ha participado Martín Laclaustra, investigador de la Fundación Aragón Investigación y Desarrollo (Araid, IIS-Aragón y Cibercv), quien explicó que “el síndrome de fragilidad asociado a la edad es una condición que resulta de la pérdida de reserva funcional, y que tiene entre sus fundamentos fisipatológicos la sarcopenia, o insuficiente masa muscular”. “La fragilidad se expresa con un mayor número de caídas, más discapacidad, institucionalización y muerte prematura. Se trata, además, de un síndrome potencialmente evitable. Durante el seguimiento de este estudio, un participante se consideró frágil cuando presentó al menos 3 de los siguientes criterios: cansancio, baja actividad física, lentitud al caminar, pérdida de peso no intencional y debilidad muscular”. Los resultados mostraron que los participantes que consumieron más de 36 gramos al día de azucares añadidos desarrollaban el síndrome de fragilidad con mayor frecuencia –más del doble (2,27)– que aquellos que tomaron menos de 15 gramos al día. Los componentes del síndrome de fragilidad más relacionados con el consumo de azúcares añadidos fueron la baja actividad física y la pérdida de peso no intencional. Curiosamente, esta asociación se observó al estudiar los azucares añadidos por la manipulación o procesado de los alimentos, pero no se observó al estudiar los azucares simples presentes de forma natural en los alimentos.
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