MADRID, 17 (SERVIMEDIA)
España se sitúa por segundo año consecutivo en el puesto 36, de un total de 63, del 'Informe de Competitividad Mundial' elaborado por IMD Business School y presentado este miércoles junto al Consejo General de Economistas de España (CGE).
Sobre la situación de España, el informe pone de manifiesto un empeoramiento en tres de los grandes indicadores analizados, tales como el rendimiento económico, en el que España pasa de la posición 29 a la 31; la eficiencia empresarial (del 39 a 42) y la eficiencia gubernamental (de 40 a 44).
Según los resultados del informe, “los principales desafíos que tiene que solucionar la economía española deben ir dirigidos a la reducción de la tasa de desempleo y sobre todo a mejorar la empleabilidad”. Para ello, el informe considera necesario “repensar las políticas de empleo en el marco del diálogo social” y “mejorar el clima de hacer negocios para reactivar la inversión, e impulsar la digitalización y la investigación científica, así como el desarrollo y la innovación tecnológica”. El informe también recuerda la necesidad de llevar a cabo “el renacimiento de la industria, que debe apostar por un crecimiento de alto valor añadido”.
El director del Centro de Competitividad Mundial del IMD, Arturo Bris, destacó que los primeros puestos del ranking vienen dados por el comercio internacional y la inversión, el empleo, la apertura de las sociedades, las medidas relacionadas con la estabilidad política y la igualdad social y de género. Así, señaló que “pequeños países europeos como Dinamarca, Holanda y Suiza han abanderado la eficiencia empresarial europea y han conseguido situarse entre los cinco primeros países de mundo más competitivos de las 63 economías analizadas”. “Estos países destacan por su productividad y su fuerte rendimiento en la inversión internacional, así como por la eficiencia de sus sistemas educativos y de salud”, afirmó. En concreto, el ranking es liderado por Singapur, seguido por Dinamarca, Suiza, Países Bajos y Hong Kong.
Por su parte, el presidente del CGE, Valentín Pich, resaltó que “resulta necesario aprender de la crisis sin dejar nadie atrás y abordar los retos estratégicos de Europa”. Según Pich, “sería indispensable que las políticas fueran dirigidas a potenciar la competitividad de las empresas con el fin de preservar y fortalecer el tejido empresarial, que es la mejor manera de mantener y crear empleo”.
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