MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
La contaminación del aire, el tabaquismo y la alta densidad de población están asociados a un mayor riesgo de obesidad infantil, según un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) -un centro apoyado por la Fundación "la Caixa"- y la Universidad del Sur de California.
Según informó este miércoles el ISGlobal, este trabajo ha estudiado la asociación entre contaminantes y factores ambientales respecto al riesgo de obesidad infantil y, para ello, se llevaron a cabo 77 exposiciones prenatales a los mismos y 96 infantiles.
Entre los resultados de este estudio se destaca que la contaminación del aire, el tabaquismo y ciertas características del entorno construido, como la alta densidad de población, pueden desempeñar un papel en el desarrollo de la obesidad en los niños.
Hasta la fecha, varios estudios han abordado el efecto de los contaminantes ambientales, los factores del estilo de vida y los factores del ambiente urbano en la obesidad infantil, pero estudiaron cada exposición de forma individual.
Este nuevo estudio, publicado en la revista 'Environmental Health Perspectives', ha contado con datos de más de 1.300 niños de 6 a 11 años de seis países europeos: Francia, Grecia, Lituania, Noruega, España y el Reino Unido.
EMBARAZO E INFANCIA
Los autores de la investigación utilizaron datos sobre el índice de masa corporal (IMC), la circunferencia de la cintura, el grosor del pliegue de la piel y la masa de grasa corporal para determinar el estado de sobrepeso y obesidad de los niños. También se analizaron muestras de sangre y orina de los niños y sus madres durante el embarazo.
En total, se evaluaron 77 exposiciones durante el embarazo y 96 en la infancia, incluidos los contaminantes del aire, el ambiente construido, los espacios verdes, el tabaco y los contaminantes químicos (contaminantes orgánicos persistentes, metales pesados, fenoles y pesticidas).
La investigadora de ISGlobal, Martine Vrijheid, comentó que "la prevalencia de la obesidad infantil está aumentando a tasas alarmantes en todo el mundo y puede haber aumentado aún más de lo normal durante el período de confinamiento por el Covid-19".
TABAQUISMO
Los resultados mostraron que la exposición al tabaquismo (tanto el tabaquismo materno durante el embarazo como el tabaquismo pasivo durante la infancia), la contaminación del aire (partículas PM2.5 y PM10 y dióxido de nitrógeno, en interiores y exteriores), así como ciertas características del entorno construido están asociados con un mayor IMC en la infancia. Las diferencias en el estado socioeconómico no explicaron estos hallazgos.
Las asociaciones con contaminantes químicos fueron menos consistentes, con algunos químicos medidos en sangre infantil (metales pesados, cobre y cesio) mostrando un IMC más alto, y otros (contaminantes orgánicos persistentes como PCB y pesticidas DDE) mostrando un IMC más bajo. Esto puede explicarse por el hecho de que los productos químicos se midieron al mismo tiempo que la obesidad en los niños, y el estado de la obesidad puede haber influido en los niveles químicos en la sangre. Se necesita un seguimiento longitudinal de la cohorte para establecer esto, según destacaron los autores del estudio.
OBESIDAD Y CIUDAD
"Los niños que viven en áreas densamente pobladas y van a escuelas en áreas con pocos servicios e instalaciones tenían más probabilidades de ser obesos", señaló Leda Chatzi, profesora de medicina preventiva en la Universidad del Sur de California.
La relación entre la obesidad y las características del entorno construido "está en línea con los hallazgos de investigaciones anteriores y podría explicarse por la falta de oportunidades para que los niños caminen o participen en otras actividades físicas al aire libre".
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