MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
El Pleno del Senado debate este miércoles el proyecto de la reforma educativa impulsada por la ministra Isabel Celaá, a partir del dictamen elaborado por la Comisión de Educación y Formación Profesional que no aceptó incorporar ninguna de las casi 650 enmiendas para mejorar el texto ni prolongar el debate de la norma hasta la fecha inicialmente establecida para poder hacerlo, el próximo 25 de febrero.
A falta de las votaciones definitivas, que se producirán en las próximas horas, y según las intenciones mostradas durante el debate, la Cámara Alta dará el visto bueno a la norma, sin necesidad de volver al Congreso. Portavoces de varios grupos como Ciudadanos, Mixto y Popular, vincularon directamente el trámite "exprés" de la norma educativa a los apoyos de ERC y PNV a los Presupuestos Generales del Estado, que se aprobaron este martes.
El presidente de la Comisión de Educación y Formación Profesional en el Senado, el socialista José Asensi recordó que el proyecto entró en el Senado el 25 de noviembre de 2020 y que tiene como objetivo actualizar el marco normativo educativo de 2006, reformado mediante ley orgánica con la Lomce, y “adaptarlo a la situación actual” para establecer un marco normativo “integrado y claro”; trabajar por los objetivos internacionales en educación; mejorar la igualdad de oportunidades; buscar la calidad “para todos y todas mediante la equidad”; impulsar el dominio de las competencias básicas; desarrollo de una ciudadanía “activa y crítica”; el fomento de la Formación Profesional; la “apertura” de los centros a la sociedad, y reconocer la “diversidad” del alumnado.
Asensi señaló que el texto es el mismo que se sometió a consulta “de múltiples organismos públicos y privados” antes de la disolución de las Cortes por las elecciones de hace más de un año y que esa misma propuesta se remitió “en idénticos términos” al Congreso el pasado 4 de marzo, apenas diez días antes de la declaración del estado de alarma por la pandemia de Covid-19.
650 ENMIENDAS
El presidente de la comisión reflejó en su intervención que el proyecto ha recibido tres propuestas de veto (de Ciudadanos, del senador de UPN Alberto Catalán y del Grupo Popular) y 650 enmiendas, de las que se retiraron dos (150 del Grupo Mixto, 72 del Grupo Nacionalista, 185 de Izquierda Confederal, 59 de Ciudadanos y 184 del Grupo Popular), pero que “la ponencia acordó por mayoría no introducir enmiendas al texto remitido por el Congreso”, aunque posteriormente, el dictamen recibió 13 votos particulares, incluidas tres propuestas de veto.
“Hoy puede ser un gran día”, aseveró la senadora socialista Inés Plaza, parafraseando la canción de Joan Manuel Serrat, y justificando que el texto ha estado en el Congreso, ante la interrupción electoral y el estado de alarma, alrededor de año y medio. También recordó que en la Cámara Alta “se han aprobado 320 enmiendas” y tiene el apoyo de siete partidos.
Su compañero de grupo José María Oleaga desmontó lo que considera mentiras contra la reforma educativa, para lo que comparó a los políticos del Grupo Popular con el personaje literario de Pinocho. “La nariz de madera del PP empieza a crecer”, reiteró mientras desmentía que la Lomloe ataque a la concertada, se elimine el castellano como lengua vehicular o se cierren los centros de educación especial.
En su opinión, los populares abanderan una “ideología temerosa” porque “tienen miedo a la diversidad”. “Ustedes tienen que decidir si las siglas de su partido significan Partido Pinocho o Partido Popular y espero que aprendan a ser generosos y veraces”, zanjó, en referencia a las cualidades del personaje literario.
El senador del PP Pablo Ruz defendió, sin embargo, que la ‘p’ de Pinocho corresponde a la de Pedro Sánchez, “la de la mentira” y aseguró que hoy es “un día triste” porque la ‘ley Celaá’ “quita libertades, supone una regresión indudable y profundiza la grieta social”. “Vamos a trabajar en una alternativa para un pacto educativo”, advirtió.
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