MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
La Dirección General de Armamento y Material (DGAM) del Ministerio de Defensa tiene blindada la tecnología clave de la nueva clase de submarinos S-80, lo que evitaría problemas en caso de que Abengoa no pueda seguir desarrollando el sistema AIP.
Según informó el Ministerio de Defensa a Servimedia, el concurso de acreedores en el que se encuentra Abengoa desde febrero no afecta al contrato para el desarrollo del reformador de bioetanol del sistema AIP, ya que, señala, “no está firmado con la empresa matriz Abengoa, sino con la filial Abengoa Innovación (AI)”.
Desde la cartera que dirige Margarita Robles subrayan que en dicho contrato se incluyó una cláusula que permite a Navantia / DGAM, retener la propiedad industrial del Sistema AIP y poder continuar su desarrollo con otro suministrador en caso de que fuera necesario.
Según lo establecido en el programa del S-80, el objetivo es la construcción de cuatro submarinos diésel-eléctricos con sistema de propulsión AIP (Air Independent Propulsion) y capacidad de lanzamiento de misiles de ataque a tierra, así como dos simuladores (uno de plataforma y otro táctico). El contratista principal es Navantia, y como subcontratistas figuran empresas españolas como Indra, Saes, Sainsel, Gamesa, Inmapa, Tecnobit y Abengoa.
El desarrollo del sistema AIP se desacopló del desarrollo del proyecto S-80, de tal forma que los primeros sumergibles en los que se instale el AIP durante la construcción serán el S-83 y S-84. Al S-81 y S-82 se les instalará tras su entrega, en su primera gran carena.
Navantia bautizó como BEST el sistema de propulsión anaeróbica AIP para la clase S-80. El sistema desarrollado con Abengoa consta de un reformador de bioetanol para producir hidrógeno, que a su vez reacciona con oxígeno en una pila de combustible generando electricidad. El AIP permite extender la autonomía en inmersión del sumergible hasta tres semanas, lo que reduce sustancialmente su nivel de detectabilidad.
El primer sumergible de la nueva serie, el S-81 ‘Isaac Peral’, fue puesto a flote en el astillero de Navantia a principios de mayo, y está previsto que en el primer trimestre de 2022 comience con las pruebas de mar y un año después sea entregado a la Armada.
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