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MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
El exministro de Transportes José Luis Ábalos puso en duda este lunes la existencia de una “trama” y de que su asesor Koldo García fuera el “cerebro”, al tiempo que calificó de “exitoso” el proceso de compra de mascarillas que realizó su Departamento.
Durante su comparecencia en la comisión de investigación en el Senado sobre el llamado ‘caso Koldo’, Ábalos negó cualquier implicación suya en este asunto y defendió que delegó todo el sistema de contratación en el subsecretario porque, como inspector de Hacienda, le inspiraba confianza y defendió que siempre ha estado "contento con su gestión".
“Encargué que se pusiera en marcha y todo lo supervisó el subsecretario del Ministerio. Absolutamente toda la gestión. La llevó él y yo siempre he estado contento con su gestión” pero “el será el que podrá decir cómo se gestionó todo”, zanjó el exministro.
En su relato, dijo sobre Koldo García que “es difícil creer que fuera el cerebro de la trama” al tiempo que negó denominarle como “portero de un prostíbulo”. Explicó que se le contrató para consejos de empresas públicas como a cualquiera de sus cinco asesores, aunque le tocó Renfe Mercancías, de “los menos pagados, de los más económicos”.
También reconoció la contratación de la mujer de Koldo García para ayudar en la conciliación ya que él quería a un asesor que estuviera disponible 24 horas al día, los siete días de la semana, y también que conocía a Víctor Aldama, por su relación con Air Europa, y sabía de la relación de éste con Koldo García así como que no le gustaba especialmente y prefería que no se vieran en el Ministerio.
Pero precisó que “jamás” despachó con Koldo García y con Aldama y que no hay ninguna evidencia. De saber lo que se dice que hacían, “no me hubiera prestado jamás”, señaló. También apuntó que el posible incremento patrimonial de García, “según tengo entendido, se produce después del Ministerio” pero, ironizó, son coches de "segunda, segunda mano".
Ábalos sostuvo que a García “ni siquiera se le puede considerar un servidor público” aunque a veces le hacía de chofer en cosas del partido, y otras le acompañaba en temas logísticos o de seguridad del Ministerio, y que le llevó al aeropuerto en el caso de Delcy Rodríguez. Reconoció que hubo “vínculo personal” entre ellos y justificó muchas cosas de las que pasaron en el Ministerio y de las que no se enteró por el “factor humano”.
Durante la sesión, de más de dos horas, Ábalos respondió de manera tranquila y fiel a su perfil político, y admitió que de la “trastienda” de estas contrataciones “es de lo que me estoy enterando ahora” por los medios de comunicación.
Sí que reconoció que presionó “a todo el equipo del Ministerio que no estaba en casa" para que se adquiriera material "de manera urgente” pero sin indicar “donde”. En este sentido, calificó de “exitoso” el procedimiento porque “no ha habido ningún quebranto" al Ministerio.
En este sentido, negó contactos con los ejecutivos canario o balear para la compra de mascarillas con las empresas relacionadas con Aldama o García pero sí admitió que por la confianza que tenía en Koldo García sí hubiese quien pensara que podía hablar en su nombre.
De hecho, sobre el episodio relatado por el entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, de que se le presentó García en su despacho, Ábalos defendió que se enteró del mismo “en directo” cuando lo explicó el hoy líder del PSC y él estaba en un programa de televisión. “Si lo dice Salvador llla, lo creo” tal y como lo describió el exministro catalán, pero Ábalos comentó que entonces éste no le dijo nada y que, “por mucho colegueo" que hubiera en el partido, el Gobierno "está por encima" y hay que "actuar de otro modo".
No obstante, sí apuntó que Illa le advirtió en otro momento cuando Ábalos le pidió mascarillas que “todos” estaban “igual”, buscando suministro, y le alertó: "No te fíes, hay mucha estafa”.
El exministro llegó y salió solo del Senado, sin nadie del PSOE que le arropase, pero tampoco recibió ataque alguno por el senador socialista en la comisión, Alfonso Gil, quien sí puso en valor su gestión al frente del Ministerio durante la pandemia y cómo fue el “artífice” de que España se parase para frenar los contagios.
Ábalos expuso sus argumentos con datos que consultaba en algunos momentos con el taco de papales con los que acudió a la comparecencia, de la que salió con la conciencia tranquila. “Yo no voy a defender a nadie", precisó, pero tampoco "acusar a nadie ni ser obstáculo a su defensa”, señaló en varios momentos el ex dirigente socialista, que reconoció que “decepciones” tiene “muchas” pero que se las guarda para él.
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